La Gloriosa: Una revolución de las masas populares

Nombre: Cristina Calle

La Gloriosa: Una revolución de las masas populares

Introducción

     La Gloriosa, fue una de las mayores revoluciones del país ecuatoriano que se desató el 28 de mayo de 1944, fecha en la cual las masas populares en diversos puntos del territorio se movilizaron en las calles debido la situación precaria que fue surgiendo. Ahora bien, esta insurrección implica un proceso bastante complejo, pues estuvo inmersa en varios acontecimientos de inestabilidad en diferentes ámbitos como sociales, económicos y políticos, los cuales ya se venían manifestando a inicios del siglo XX. No obstante, durante el gobierno de Carlos Alberto Arroyo del Río (1940-1944), las disputas llegan a un límite de fuerte tensión. Pues, se impone un régimen político autoritario y se favorece a las oligarquías bancarias y exportadoras guayaquileñas. Por ello, el descontento de los sectores populares comienza a consolidarse en acciones y movilizaciones más ofensivas, siendo el epicentro de estas protestas la ciudad de Guayaquil, lugar donde estalla la revolución La Gloriosa. Cabe destacar que, la causa se extendió a diversos puntos del país, lo que reflejó el malestar de la sociedad ecuatoriana. De manera que, el presente ensayo se propone a exponer los antecedentes que desataron esta insurrección y los protagonistas que participaron en ella.

Antecedentes de La Gloriosa

     La revolución llamada La Gloriosa, no es un hecho aislado que ocurrió de un día para otro, sino que fue un proceso que según Caicho (2019), tuvo su umbral a inicio de los años 20, cuando el régimen plutocrático tomó las riendas del poder y el resto de la sociedad vivió un escenario precario. Esta inestabilidad social, política y económica se iría intensificando en las siguientes décadas hasta el estallido de esta revolución en 1994 durante el gobierno de Carlos Alberto Arroyo del Río. Es importante mencionar, que Ogaz (2015) afirma que esta figura, candidato del partido Liberal Radical, llega a la presidencia tras un gran fraude electoral en 1940, y siendo la persona más impopular, causó un fuerte malestar en casi todas las clases sociales, pues, el “candidato popular” según la prensa fue Velasco Ibarra. Ya en su mandato, Arroyo del Río impuso un fuerte régimen autoritario, y para mantener su poder hizo que el Congreso le confiera verdaderos poderes totalitarios. De manera que, los sectores populares estuvieron claramente en contra de su gobierno, pues Ogaz (2015) destaca que lo identificaban como un hombre de la oligarquía guayaquileña que velaba solo por los intereses del bloque “agro-exportador-bancario”.

     Esto sería una de las razones que causó una fuerte inestabilidad económica, ya que, si bien surge un importante incremento de las exportaciones por la demanda de productos, en especial la balsa y el caucho debido a la coyuntura de la segunda Guerra Mundial, esta acumulación de riqueza se concentra unos pocos sectores y en las principales ciudades del país (Saltos 2019, Caicho 2019). Asimismo, otra situación desfavorable para los diferentes sectores de la sociedad, fue lo que señala Saltos (2019), mientras los precios de los productos de primera necesidad incrementaron, los salarios de los trabajadores disminuían, así la situación socioeconómica se tornó más crítica. Estos factores económicos, la mala administración política, las decisiones tomadas ante el conflicto territorial con Perú, engendró una activa movilización y protesta de las masas populares. Con el fin de refrenarlos, Arroyo del Río fortaleció varios aspectos de la policía, denominada en ese entonces como los Carabineros, quienes tenía la obligación de defender tanto el orden interno como al presidente, pues no contó con el apoyo del ejército.  (López, 2016)

Principales protagonistas

    La Revolución Juliana, que se desató como golpe militar contra la oligarquía bancaria y produjo cambios en el aparato estatal como en la sociedad, también posibilitó según señala Caico, “la organización de núcleos socialistas en varias provincias del país, siendo esta la primera fase de la constitución de la izquierda” (2019, p. 29). Un claro ejemplo, es la conformación de partidos y organizaciones laborales, estudiantiles e indígenas, durante la inestabilidad que se suscitaba entre los años 1940 y 1944: Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador (FEUE), Confederación de Trabajadores Ecuatorianos (CTE), Federación Ecuatorianos de Indios (FEI), Acción Revolucionaria Nacionalista Ecuatoriana, (ARNE), Alianza Democrática Ecuatoriana (ADE). Este último jugo un papel importante en la revolución ya que estuvo conformada por casi todos los partidos políticos y lideró a las masas populares. Asimismo, cabe destacar que los dirigentes de la izquierda y las organizaciones se orientaron hacia una perspectiva reformista, democrático, con énfasis en el antifascismo y en la unidad nacional. (López 2016).

    Como se aprecia, es innegable que la insurrección tuvo un carácter social muy significativo, pues incluso como señala Ogaz (2015) no hubo la intervención del candidato José María Velasco Ibarra. De este modo, las acciones que se llevaron a cabo fue mediante la unificación de las fuerzas del pueblo tanto civiles, militares, como políticas. Entre los sectores subalternos destacan estudiantes universitarios, oficiales jóvenes, campesinos. Asimismo, cabe destacar el rol de otros protagonistas; cuya participación en la organización revolucionaria según Caicho (2019) fue determinante, el autor hace referencia al Partido Socialista y Comunistas, los cuales influyeron en los sindicatos y gremios de obreros consiguiendo un gran apoyo. De igual manera, la Alianza Femenina Ecuatoriana (AFE) llevo a cabo un accionar de gran importancia para La Gloriosa, pues Saltos (2019) destaca que las mujeres impulsaron una masiva movilización en las calles, resaltando sus capacidades organizativas y movilizadoras; convirtiéndose en protagonistas de varios puntos estratégicos del país. Tal fue el caso de Nela Martínez, Dolores Cacuango, Ana Moreno, Alba Calderón, entre otras.

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