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La II República (1931-1936)

tucho5Trabajo4 de Mayo de 2012

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TEMA XIII: La II República (1931-1936)

1. La caída de la Monarquía de Alfonso XIII y la proclamación de la II República:

Tras la dimisión de Primo de Rivera el 28 de enero de 1930, el nuevo gobierno

presidido por el general Berenguer, hombre de confianza de Alfonso XIII y uno de los

principales responsables del desastre de Annual, pretendió la vuelta a la normalidad

constitucional. Pero, para buena parte de la opinión pública, el comportamiento del Rey

durante la dictadura había significado una trasgresión de su papel moderador y la

monarquía misma era cuestionada.

Los republicanos, pese a su fraccionamiento, aparecían, junto con los socialistas, como

la única fuerza realmente renovadora. En el Pacto de San Sebastián (agosto 1930)

republicanos, socialistas y catalanistas de izquierdas se pusieron de acuerdo para exigir

la apertura de un proceso constituyente para instaurar un régimen republicano y

reconocían el derecho de Cataluña a un estatuto de autonomía. Ante la negativa de

Berenguer de conceder estas peticiones, los republicanos recurren a las conspiraciones:

- 12 diciembre 1930: insurrección de Jaca que fue reprimida violentamente (ejecución

de los capitanes Galán y García Hernández), hecho que incrementó el desprestigio

gubernamental y de la misma monarquía.

- 15 diciembre 1930: ocupación del aeródromo de Cuatro Vientos.

E l n u e v o g o b i e r n o p r e s i d i d o p o r e l a l m i r a n t e A z n a r a c e p t ó c o n v o c a r e l e c c i o n e s

municipales para abril de 1931, las primeras en 8 años, y por ello tendrían carácter de

plebiscito sobre el régimen monárquico. El triunfo republicano en las grandes ciudades

significó la caída de la Monarquía.

La campaña electoral aglutinó a las fuerzas políticas en dos bandos: monárquico y

republicano. La derecha monárquica se presentó dividida, mientras que los firmantes del

Pacto de San Sebastián se presentaban bajo el nombre de Conjunción RepublicanoSocialista (grupos republicanos, PSOE, Esquerra Republicana de Cataluña y la ORGA

gallega). La Lliga y el PNV quedaron al margen, mientras que la UGT apoyaba a la

coalición, mientras que la CNT dejó libertad de voto a sus militantes.

El día 13 de abril las multitudes empezaron a tomar la calle, mientras que el ejército y la

guardia civil no intervinieron para restablecer el orden. Romanones (ministro de Estado)

aconsejaba al rey salir del país.

A primeras horas del 14 de abril el ayuntamiento de Eibar proclamó la República y al

medio día en Barcelona, Macià anunció la instauración de la "República Catalana dentro

de la Federación Ibérica". Al atardecer el movimiento se había extendido a las ciudades

de Sevilla, Valencia, Zaragoza... El rey Alfonso XIII salía hacia Cartagena camino del

exilio; al mismo tiempo, el comité revolucionario, integrado por los miembros del Pacto

de San Sebastián, se constituían en Gobierno Provisional de la República, sin

derramamiento de sangre.

Este primer gobierno republicano estaba integrado por una coalición formada por

republicanos católicos de derecha (Niceto Alcalá Zamora como presidente, Miguel

Maura), por republicanos de centro-izquierda (Manual Azaña y Marcelino Domingo),

socialistas (Largo Caballero, Indalecio Prieto, Fernando de los Ríos), nacionalistas

catalanes (Nicolau d´Olwer) y gallegos (Casares Quiroga). Esta coalición era

mayoritariamente representativa de la pequeña burguesía y un sector de la clase obrera y

obtuvo, al menos al principio, un amplio apoyo. Al margen de este entusiasmo

quedaban los grandes propietarios (en buena parte pertenecientes a la vieja aristocracia),

la oligarquía financiera, parte del ejército y de la Iglesia. La CNT tampoco mostró

entusiasmo. Pedro A. Ruiz Lalinde

IES “Marqués de la Ensenada”

Haro

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2. El periodo constituyente: e l G o b i e r n o P r o v i s i o n a l s e c o m p r o m e t i ó a c o n v o c a r

Cortes constituyentes. En esos meses, Azaña, Largo Caballero y Marcelino Domingo

redactaron los primeros decretos sobre el ejército, el campo y la cultura. Los primeros

conflictos llegaron pronto: 11 y 12 de mayo del 31 se produjo la quema de conventos en

Madrid y otras ciudades y ello impresionó a importantes sectores católicos; si a ello

sumamos el recorte de los privilegios de la Iglesia tenemos las condiciones para que el

episcopado pase a la oposición legal (expulsión del cardenal Segura, apoyo de la Iglesia

al grupo de derechas Acción Nacional -CEDA desde 1933-).

Las elecciones de junio de 1931 se celebraron con gran civismo, con una participación

del 70%; la conjunción republicano-socialista obtuvo una victoria clara (250 diputados)

sobre los radicales de Lerroux con 90 escaños y 80 las derechas.

Las Cortes constituyentes elaboraron una nueva constitución muy avanzada para su

t i e m p o . L o s d e b a t e s m á s p o l é m i c o s f u e r o n l o s r e f e r i d o s a l a c u e s t i ó n r e l i g i o s a y l a s

autonomías. Fue aprobada el 9 de diciembre de 1931:

* Cámara única.

* El sufragio universal se amplió a mujeres y soldados.

* El Estado era "integral", no federal, pero se daba la oportunidad a las

"regiones" para acceder a la autonomía.

* Se reconocían los derechos individuales.

* El gobierno podía expropiar bienes considerados de utilidad pública.

Alcalá Zamora (Derecha Liberal Republicana) fue elegido Presidente de la República y

Azaña presidía el gobierno formado por republicanos, socialistas y nacionalistas.

3. El bienio reformista:

El nuevo gobierno va a afrontar una serie de reformas que pretenden la radical

separación de la Iglesia y el Estado, la modernización del ejército, la descentralización

del Estado para satisfacer a los nacionalistas y la redistribución de la tierra, reformas

que acabarán dividiendo el país en dos sectores enfrentados.

a/ La cuestión religiosa: la separación de la Iglesia y el Estado y la laicización de una

sociedad de absoluta mayoría católica fueron objetivos prioritarios de los primeros

gobiernos republicanos, a la vez que una fuente inacabable de conflictos.

En las raíces de este conflicto tenemos, de un lado, el anticlericalismo tradicional de

gran parte de la pequeña burguesía, que esporádicamente se manifestaba en los sectores

más marginados de la sociedad; por otro lado, la actitud de gran parte del episcopado

celoso de sus prerrogativas. La Iglesia tenía entonces 11921 fincas rústicas y 7828

urbanas, suponía el 2% de los gastos del Estado y su influencia en la educación era

indiscutible. Para modificar esta situación sucesivos decretos disolvieron la Compañía

de Jesús, confiscaron sus fincas, establecieron el matrimonio civil, el divorcio y la

secularización de los cementerios. La ley de Congregaciones de 1933 prohibía a la

Iglesia y a las órdenes religiosas la enseñanza (fecha límite para el cese de su actividad

docente el 1 de octubre de 1933), el comercio y la industria, lo que provocó una pastoral

colectiva que llamaba a la resistencia pacífica.

b/ Hacia la modernización del ejército: la reforma del ejército se debe a Azaña que

pretendía un régimen desmilitarizado reduciendo la función de las fuerzas armadas a la

defensa exterior. Para modernizarlo había que reducir los mandos, el deterioro técnico,

la burocracia y la división entre ejército metropolitano y colonial. El ejército colonial,

desde la Guerra de Marruecos, era en cierta manera un instrumento en manos de sus

jefes, los "africanistas". Por la Ley Azaña de 1931 se permitía a los jefes oficiales que lo

deseasen el retiro con el sueldo íntegro. Se acogieron 84 generales (de 170) y 8650 jefes

y oficiales (de 14000). Posteriormente creó la Guardia de Asalto (fuerza de orden Pedro A. Ruiz Lalinde

IES “Marqués de la Ensenada”

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público de fidelidad republicana) y se cerró la Academia General Militar de Zaragoza,

dirigida por el general Franco.

La derecha pretendió capitalizar el posible descontento que producían estos cambios y

la oposición se puso de manifiesto mediante un golpe de Estado fracasado del general

Sanjurjo en agosto de 1932 y con la creación de la Unión Militar Española (UME) en

1933 como organización clandestina de militares de derechas.

c/ Descentralización: política autonomista: las aspiraciones de autogobierno de Calaluña

estaban recogidas en el Pacto de San Sebastián. El gobierno,

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