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La Industria Azucarera


Enviado por   •  11 de Septiembre de 2013  •  2.997 Palabras (12 Páginas)  •  920 Visitas

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INTRODUCCION

A continuación, expondremos lo que a nuestro entender son puntos claves al momento de estudiar un sector de suma importancia en nuestra economía: Industria Azucarera.

Veremos en este trabajo como se origino la industria azucarera en la republicana, como surgió el cultivo de la caña y la producción de azúcar, la diferencia entre un ingenio y u trapiche, cual era la inversión que requería un ingenio, así como también cuál era el aporte de esta industria a la Economía Dominicana, Cuales fueron las causas que originaron la Crisis de la Industria Azucarera y las características de la Crisis. Veremos si fue correcto el manejo que dieron los sucesivos gobiernos a la crisis del sector así como otras respuestas de suma importancia para nuestra investigación.

Como se origina la Industria Azucarera en la RD?

En el segundo viaje (1493), Cristóbal Colón introdujo a la Hispaniola la caña de azúcar, eso ocurrió en las cercanías de Puerto Plata, en el litoral norte de la isla. Pero no fue hasta el año 1501, después de varios intentos, cuando se logró prender la planta que procedía de las Islas Canarias. Su cultivo aumentó significativamente a partir de 1516 durante el gobierno de los Padres Jerónimos, quienes adoptaron un conjunto de medidas económicas en apoyo a la producción azucarera colonial.

En el principio de los tiempos coloniales la industria azucarera tomó su forma a tal grado que según el historiador Frank Moya Pons en su obra Historia Colonial de Santo Domingo, en 1535 habían 200 técnicos portugueses en los ingenios azucareros mientras en 1547 más de 35,000 esclavos africanos laboraban en los cañaverales.

Durante los gobiernos subsiguientes ocupados en forma sucesiva por Rodrigo de Figueroa y Alonso Suazo, las políticas de incentivo al cultivo de la caña y a la producción azucarera fueron continuadas y para 1527 en la colonia existían 19 ingenios y 6 trapiches, todos concentrados en las márgenes de los ríos Ozama, Haina, Nizao, Nigua y Yaque del Sur. Existía una importante diferencia “tecnológica” entre un ingenio y un trapiche. El primero era movido con energía hidráulica y el segundo con energía animal. Los ingenios eran más productivos que los trapiches. Funcionaban en la riveras de los ríos, para aprovechar el agua, que era desviada por un canal que terminaba en un torrente que hacia girar un molino, y este a su vez hacia mover la maquinaria completa hasta extraer el guarapo de la caña.

En cambio, los trapiches eran instrumentos rústicos; consistían en dos o más cilindros de madera colocados en forma paralela y vertical, en torno a los cuales pendían dos palancas atadas a varios bueyes, caballos o esclavos, que eran su fuerza motriz. Desde la Isla La Hispaniola fue extendida hacia Cuba, Puerto Rico y toda América, convirtiéndose el continente Americano en el mayor productor de azúcar de caña del mundo. Las grandes extensiones de tierras aptas para el cultivo de caña en el Nuevo Mundo, junto al descubrimiento de métodos de refinado del azúcar, proporcionaron el ambiente adecuado para la expansión del producto.

Nuestra industria azucarera nació en un ciclo de apogeo del comercio internacional. Desde los principales centros industriales se demandaban materias primas y se exportaban mercancías y bienes de capital, estimulando en las economías periféricas la producción a gran escala de bienes agropecuarios y mineros de exportación. Unos de los factores que favorecieron el auge de la producción azucarera en nuestro país fue la guerra de los diez años en Cuba (1868-1878), atrayendo hacia el país a empresarios y técnicos del sector.

Otro factor que incidió en la industria azucarera local fue la guerra franco-alemana de 1870, siendo estos de los países mayores productores de azúcar de remolacha y la Guerra de Secesión Norteamericana entre 1861-1865, que provocó efectos devastadores sobre las plantaciones de caña en Luisiana. En el país, el fin de la Guerra de la Restauración en 1865, el gobierno de los 6 años de Báez (1868-74) y los gobernantes azules que dominaron el último cuarto del siglo XIX, favorecieron esta industria. A todos estos acontecimientos se sumó el ambiente favorable creado por las autoridades con la creación de leyes para incentivar la inversión de capital en el fomento de explotaciones agroindustriales en gran escala. Entre estas leyes están, exoneraciones de pago de arancel a las maquinarias, implemento de trabajo e insumos productivos, franquicias temporales que eximían el pago de derecho de exportación y concesiones de terrenos estatales.

A los empresarios que decidieron fomentar los ingenios azucareros a gran escala se les dieron facilidades adicionales. Otro elemento a destacar fue la existencia de comerciantes locales vinculados al financiamiento del tabaco y los cortes de madera, dispuesto a invertir en éste sector. Por encima de todo esto el país poseía las condiciones naturales ideales, abundante tierra de excelente calidad con amplia red de irrigación fluvial.

Cuál era el aporte de esta industria a la Economía Dominicana?

Desde esa época (Siglo XVI) la producción de azúcar de caña asume una posición importante en el orden económico. Estaba fundamentada en el trabajo intensivo de esclavos indígenas y africanos; y su mercado principal era local y sus excedentes eran enviados a Puerto Rico y a España.

Para finales del Siglo XVIII, la parte occidental de la isla comienza el desarrollo de la industria azucarera, la misma se realizaba bajo técnicas rudimentarias. Los molinos y trapiches eran de madera, el jugo extraído de la caña se procesaba en ollas de cobre, en fogones individuales los cuales se preparaban con leña. Este sistema se mantuvo hasta finales del Siglo XIX, cuando se origina el desarrollo industrial de la fabricación de azúcar.

Para finales del Siglo XIX se produce el cambio del ingenio motorizado por fuerza animal al uso de la máquina de vapor como fuente de energía, conformándose así el inicio de la industria moderna, lo que generó la expansión de los cañaverales y la instalación de ingenios mecanizados.

Hasta la década de los años 70 a la industria azucarera solía llamársele la “espina dorsal” de la economía dominicana por su importante aporte, tanto en la composición del Producto Bruto Interno, en las exportaciones totales y en la generación de empleo, como en su capacidad distributiva del ingreso y en la generación de demanda hacia otros sectores de la economía nacional. En un análisis

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