La Ingeniería Civil A Través De La Historia De México
iron82curtain10 de Diciembre de 2012
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Índice
1.- Introducción
2.- Prologo
3.- La Ingeniería Civil A través de la Historia de México
4.- La Ingeniería de la Nueva España
5.- México Colonial
6.- Un Proyecto Modernizador
7.- Colegio de Ingenieros Civiles de México
8.- Bibliografía
Introducción
Antes de iniciar a escribir el grueso forje o pesado calibre del aglomerado de mi texto, quisiera hacer un énfasis pro-sublime, de la intención de enfocar el marco histórico de la ingeniería civil en el cuadro cultural de la vivencia de nuestro país al pasar de sus centurias recorridas. Ya que para bien o para mal, es importante discernir que las grandes obras de arte cimentadas, erigidas y enaltecidas, son el resultado del choque de dos culturas, de la mítica arquitectura proveniente del imperio Azteca, Olmeca, Tolteca, entre otras, hasta la folklórica arquitectura española que vino a invadir estas tierras, dándole una picaresca y autentica forma de belleza a toda esa urbe mediática de construcciones que inicio con un gran legado que a la fecha se arrastra con orgullo la “ingeniería civil de este país”.
Es importante ver y analizar el poderío de esta orde y disciplina la cual ha ido evolucionando al paso del tiempo y ha tenido las mejores escuelas que el tiempo nos ha venido a dar, como legado del folclor y deporte de esta afición, “afición a la ingeniería civil”.
Uno de los mas grandes tesoros de este país es sin mas preámbulo sus construcciones, su ingeniería, sus fachadas sus vestigios el cual refleja la vasta prominencia de esta vasta y creciente explosión artística, que hoy se forja como carrera profesional y la cual su historia no pude pasarse por alta, por que es una joya, “una joya cultural de nuestra historia”, la cual considero debe ser analizada, saboreada y digerida para ustedes en estas líneas.
Prologo
A lo largo del tiempo, el ingenio humano se ha visto infectado de creatividad por la necesidad de saciar las necesidades básicas mas susceptibles o criticas para una sociedad, como lo son: el suministro de agua potable, la navegación, la cimentación de estructuras fuertes y la vivienda, que hoy por hoy siguen siendo factor de búsqueda de soluciones para lograr satisfactores a este tipo de disyuntivas o conflictos.
A medida que los antiguos fueron conociendo la utilidad de los materiales, de la vasta naturaleza, viene a crear una filosofía y ética de aprovechamiento de los mismos para beneficio del hombre, ya que aunada a la creatividad, vino a darle forma a la creciente fuerza de ingenio que provee la evolución, pues de aquí nace la mecánica de materiales y de suelos. Considero que el primer factor generador de esta trepidante cultura en apogeo de aquella época (la ingeniería civil) fue el saciar la necesidad del abastecimiento de agua, esto fue el ignisor de inicio para no solo pensar en el manejo del agua, sino de la vivienda, centros ceremoniales, hasta incluso la siembra y como todos conocemos, el poderío estético de las construcciones míticas hechas realidad que solapan las tierras de México, por eso gratos lectores los invito a leer con gusto y critica las siguientes líneas, muchas gracias.
La Ingeniería Civil A través de la Historia de México
Hablar de la historia de una cultura, cualquiera que ésta sea, lleva en un interrelación disciplinaria a conceptuar el marco físico en el que se ha desenvuelto; es decir, el generado por un grupo de individuos que, con una sensibilidad innata, partiendo de la observación de la naturaleza, no sólo la imitó sino que llegó a la audacia de modificarla en beneficio de su comunidad, aunque procurando no perder de vista el equilibrio que la misma naturaleza impuso, y sigue imponiendo , a quienes buscan entenderla.
En el caso de México, la ingeniería civil tiene con el respaldo de la observación, de experiencias y de intentos de aplicaciones deductivas encauzadas a resolver problemas-, una antigüedad tan grande que a no ser por los testimonios aún presentes, bien podría corresponder a una narración, la transmisión generacional al destacar la mayoría de las veces la grandiosidad de las obras, ha hecho que disminuyera, cuando no deformado, su enorme valor como fruto del pensamiento y del ingenio humanos.
Pero no todo fueron construcciones espectaculares; las hubo de diversos tamaños, dependiendo de su capacidad de respuesta, sin que por ello disminuyera su importancia; así, el agua, en tesis y antítesis de abundancia y de escasez desarrolló la imaginación de los ingenieros. En el primer caso destacan las hasta hace poco mal interpretadas construcciones piramidales, localizadas en la Quemada, Zacatecas que, como generadores de lluvias, retaban a su vez la resequedad del entorno, y la gran presa de Moquitongo, en puebla: primer control de agua para la irrigación. Por otra parte es necesario señalar que las torrenciales precipitaciones-en otras zonas-, no impidieron la construcción de inmensas plataformas de bloques de adobe altamente resistentes, en las que se cimentó el conjunto de San Lorenzo, de la cultura Olmeca.
En una combinación premonitoria de tiempo y espacio en la que el grupo mexica tuvo un lugar preponderante como cultura tardía en el Valle de Anáhuac, éste-en su largo peregrinar-asimiló técnicas de ingeniería empírica que puso en práctica al llevar a la realidad su anhelado deseo de erigir el más grandioso y espectacular señorío prehispánico. Su primer asentamiento, en lo que hoy es la avenida Hidalgo, los enfrentó a un medio hostil que lejos de amedrentarlos, les provocó encontrar lo que siempre existe de positivo en lo negativo.
En este caso hallaron la solución a través de la ingeniería, aunque ya interrelacionada con la hidráulica, la mecánica de suelos, así como la estructura y resistencia de materiales.
Empezaron por aprovechar las aguas salobres del mar interior, en cuya ribera pudieron abastecerse de tierras fértiles con la creación de chinampas a pesar de las agresivas aguas. Eso les llevó a proyectos de transformación del entorno físico cada vez más ambiciosos; uno de ellos, el albarradón, que separaría las aguas dulces de las saladas, se logró gracias a un ingeniero innato, Nezahualcoyotl, señor de Texcoco. Con dicha obra habían, pues, superado un obstáculo impuesto por la naturaleza a los pueblos ribereños. La aplicación de una ingeniería empírica, les permitió vislumbrar algo que aún hoy podría calificarse de temeridad: una isla artificial más tarde conocida como Isla de los Perros. Ésta surgió tras un acarreo de tierra vegetal desde sitios que a la fecha se ignoran; e hicieron surgir en el horizonte lacustre una plataforma que iba prácticamente desde más allá del actual atrio de la Catedral Metropolitana hasta Peralvillo, y desde la calle de Brasil hasta la iglesia de Loreto, aproximadamente, aunque parezca increíble.
En esta isla levantaron su centro ceremonial apoyado en pilotes. Estos contrarrestaron el hundimiento natural al controlar la expansión del suelo mediante la combinación de la ingeniería de construcción con la mecánica de suelos. En este momento, la sede del señorío azteca no tuvo parangón.
Ciudad mágica, mitad audacia y mitad temeridad, acunada por cinco lagos, ampliada programadamente por kilómetros de chinampería; rodeada por muelles lacustres y calzadas que, a través de compuertas, regulaban los desniveles de los lagos a fin de evitar aterradoras consecuencias. Pero sus antiguos pobladores entendieron que, a pesar de representar un éxito de ingeniería, era también una agresión al equilibrio establecido por la naturaleza, y con plena conciencia de ello lo hicieron plasmar iconográficamente en el chimalli que identificaba a la Gran Tenochtitlan. La naturaleza no perdonaría jamás tal ofensa; castigaría esa temeridad con la dualidad de vida y muerte del agua, en combinación con los eventos sísmicos
La ingeniería de la Nueva España
Cortés, excelente administrador, también tenía espíritu de ingeniero, lo cual quedó demostrado en el corto tiempo que la naturaleza no ejerció acciones contra la ciudad capital. Logró junto con el alarife Alonso García Bravo adaptar las ideas renacentistas de León Bautista Alberti y de Sebastiano Sereyo a la traza de una ciudad con abundantes plazas, cuadradas o rectangulares, según el caso, y calles rectas, amplias y flanqueadas por edificaciones de igual altura, orientadas de tal manera que se aprovecharan los vientos solano, auster, favoritos y septentrio.
En su enfoque espiritual fue la conceptualización de la Nueva Jerusalén Celeste de San Agustín; en lo arquitectónico, la sede de la gema más preciada de las posesiones de la Corona española, al grado que Carlos V la tomó de modelo para el trazo de nuevas ciudades capitales, disposición refrendada más tarde por Felipe II. Con ello, una incipiente ingeniería civil, que rápidamente tomaba la nacionalidad mexicana, hizo acto de presencia en todos los virreinatos de América.
Pronto surgieron construcciones con innovadores diseños; tal fue el caso de las Atarazanas (en el actual rumbo de San Lázaro), parte en tierra firme y parte en las aguas del lago de México, donde tres inmensas naves guarecían los bajeles en los atardeceres. El sobrepeso de inmuebles no adecuados al suelo aún no consolidado de la isla-plataforma, hizo fracasar la ingeniería española
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