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La Monteria


Enviado por   •  2 de Julio de 2015  •  2.454 Palabras (10 Páginas)  •  242 Visitas

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INTRODUCCIÓN

En los últimos años, en todo el territorio nacional, el aumento de las poblaciones de diversas especies de caza mayor, sobre todo el jabalí, ha propiciado que se realicen cientos de batidas y monterías, incluso en lugares en los que no existe una tradición venatoria en este campo.

Así, organizaciones y sociedades convocan cada fin de semana a un elevado número de cazadores que se adentran en el apasionante mundo de la caza mayor.

Las primeras noticias exhaustivas sobre la montería datan en la Baja Edad Media, cuando distintas casas reales y nobles europeas de Portugal, Castilla, Francia, actual Alemania, entre otros, encargan la elaboración de “Tratados de caza”, actividad favorita de la clase dirigente en aquellas épocas, de los que hoy se conoce un gran número, algunos de ellos son: Libro de la Montería (Alfonso Xl), Tratado de la Montería (Un montero de la Sierra de Segura), Le libre de la chass (Gaston lll Phoebus), entre otros.

Durante la Edad Media, en la Península Ibérica se conocieron diferentes tipos de montería.

Dos tipos muy peculiares eran la montaría con buitrón, llevadas a cabo sobre todo en el noroeste de la Península Ibérica para la caza del lobo.

No obstante la montería más común a toda Europa era aquella en la que previamente a la caza propiamente dicha se buscaba el lugar donde se encontraba la presa siguiendo el rastro animal elegido con la ayuda de un sabueso, para que una vez conocida la ubicación de la presa, situarse en lugares estratégicos, con el objetivo de poder cazarlo.

Este tipo de montería es el que actualmente es más utilizado, además de que es más funcional, por el tipo de organización y estrategias que se maneja.

DESARROLLO

La caza de montería es una modalidad de caza mayor cuyo origen se pierde en el tiempo. En ella se protagonizan los perros de caza, ya que sin ellos sería imposible llevarla a cabo.

Las monterías consisten básicamente en dos grupos de cazadores, uno de ellos se sitúan en diferentes puestos, y los otros (normalmente trabajadores de los cotos) ayudados de perros de caza, levantan y hacen huir a las presas hacia los puestos. Han existido y existen diferentes tipos de montería según el territorio donde se lleva a cabo, la manera de entender la caza y la utilización de unas u otras razas de perros. Normalmente las presas que se cazan en monterías son venados (u otros cérvidos) y jabalís. En ciertas áreas de España, como los Montes de Toledo o Sierra Morena, existen grandes cotos de caza que basan su negocio en las monterías. Incluso algunas personas viven de ello.

Han existido y existen diferentes tipos de montería según el territorio donde se lleva a cabo, la manera de entender la caza y la utilización de unas u otras razas de perros.

El montero es el cazador que siempre contando con la ayuda de su buen sabueso, conoce las costumbres de la caza mayor, y es capaz de encontrar el lugar de reposo de la presa siguiendo su rastro nocturno.

Hoy en día en algunas regiones se ha debilitado el término montero para hacer referencia con él a los cazadores que se sitúan con su arma en la línea de tiro, pero podemos comprobar en la siguiente cita escrita por Juan Mateos, Ballestero Mayor de S.M. Felipe lV (año 1634), el auténtico significado de la palabra montero es el que actualmente más se ha conservado:

“…saben concentrar un jabalí; y después de concertado sabe según su instinto natural por donde ha de salir para matarlo a la noche y saben qué hace el jabalí ballestada, para poderlo así matar en las aguas, como en los panes, y en las demás partes que hallaré de comer: saben también matar los venados, gamos y corzos desde las atalayas, hacer batidas para lobos y conocer los pasos de los jabalíes, en dando vuelta a la tierra por las causas que hay para ello. Así mismo es oficio suyo ballestear con el caballo a lazo y estribo, y saber cómo se mata cualquier género de caza y el instinto natural de ella.”

Este tipo de montería o más bien gran batida se realiza principalmente en el centro y sur de la Península Ibérica, y su existencia es fruto de una evolución que data de unos 300 años, ya que anteriormente la montería en el centro y sur de España era muy similar a la que todavía se lleva a cabo en el norte, tal y como nos transmitió un montero de la andaluza sierra de Segura en su obra “Tratado de la montería”.

En ella se abaten generalmente jabalíes y ciervos, aunque también otras especies como el gamo y el muflón. En un monte o mancha de varios cientos de hectáreas se dispone una serie de armadas, o líneas de puestos con cazadores, que rodean y cubren el terreno. Según su particular ubicación en la mancha, las armadas reciben diversos nombres (cuerda es la más alta; sopié la más baja; traviesa la que atraviesa o se encuentra generalmente en medio de la mancha). Desde un extremo determinado, o desde más de uno, se procede a la suelta de las rehalas que, conducidas por sus respectivos perreros, batirán la mancha en diversas direcciones con el objeto último de que las piezas de caza en su huida traten de atravesar las líneas de cazadores (llamados en el sur monteros) o sean avistadas por estos. A pesar de la apariencia de acción muy planificada, lo cierto es que la montería es una modalidad de caza que requiere de la máxima observación, atención, silencio y puntería (en blanco móvil) por parte del cazador y que ofrece posibilidades reales de escapatoria a jabalíes y venados.

Esta modalidad de caza, que guarda ya poca relación con la montería clásica, consiste en la utilización de un elevadísimo número de perros que, dirigidos por sus conductores, baten el terreno a cazar con objeto de dirigir hacia los cazadores toda clase de animales (generalmente ciervos, jabalíes, gamos y muflones) para darles caza.

Los perros usados en este tipo de montería generalmente no sirven para cazar al estilo de la montería tradicional.

EL SABUESO

Sin perros de esta casta sería imposible conocer con exactitud la localización del encame de los jabalíes y por tanto sería muy difícil llevar a cabo la montería. Estos perros poseen el mejor olfato del mundo canino y por ello son los más adecuados para seguir el olor que deja a su paso un animal.

Al contrario de lo que pasa con otras clases de perros, tales como los de presa o agarre, estos canes no suelen atacar al jabalí, sino que simplemente lo presionan para que corra, ladrándole a corta distancia, para que así los monteros sepan en cada momento el camino que va recorriendo

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