ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

La Santa Inquisicion


Enviado por   •  10 de Octubre de 2014  •  4.715 Palabras (19 Páginas)  •  303 Visitas

Página 1 de 19

Antiguo Palacio de la Inquisición.

Nombre: LILIANA PALMERIN LUNA

Grupo: 2 cuatrimestre Sabatino

Carrera: Derecho

La palabra Inquisición proviene del latín inquisitio que significa búsqueda, investigación. En la edad Media surgió un tribunal eclesiástico dedicado a la búsqueda e investigación de los delitos contra la fe católica, que se llamaba Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición. Esta institución no solo operó en Europa sino que inclusive en la Nueva España – México colonial-.

1.- La inquisición Medieval

La inquisición debe ser entendida como un tribunal eclesiástico que surgió en la Edad Media para hacer frente al brote de herejías que comenzaron a desarrollarse en la Europa occidental del siglo XII. Cabe mencionar que la herejía -apunta Burman- es una opinión o doctrina teológica que se sostiene contra la doctrina católica u ortodoxa de la Iglesia Católica.

Diversos movimientos heréticos rápidamente se convirtieron en una seria amenaza a la estabilidad y el poderío de la Iglesia Católica. Este incremento de herejías coincidió con el aumento del poder eclesiástico Dicho poderío devino en una pereza y corrupción clerical que contribuyó a que el discurso eclesiástico ya no encontrara eco en una sociedad que estaba por el gnosticismo y el dualismo, gozara hasta de contemplar como aumentaba la riqueza material de los miembros de la Iglesia.

El Catarismo y Valdensianismo fueron los principales movimientos heréticos que surgieron en este periodo. Estos se desarrollaron de manera formidable en el sur de Francia y en el norte de Italia. Ambos se constituyeron como movimientos renovadores radicales de la Iglesia pero, separados de ésta. Influenciados por el gnosticismo y el dualismo, gozaron de gran popularidad debido a que sus miembros profesaron en la más completa austeridad y a que no ambicionaron bienes materiales. Estos preceptos alarmaron a las autoridades religiosas de Roma, por lo que la iglesia intentó sofocar la creciente aceptación que dichos movimientos comenzaron a tener. Se inició la lucha contra las herejías en la cual incluso se llegó l uso de las armas en las denominadas Cruzadas albigenses, se denominaron así porque eran cátaros que se situaron en la región de Albi en el sur de Francia. Dichas cruzadas fueron promovidas por el Papa Inocencio III quien además convoco al Cuarto Concilio de Letrán en 1215. En este concilio, el papa buscó reformar y fortalecer la Iglesia a través de la reconquista de Tierra Santa y de la Supresión de cualquier tipo de herejía. Se plantearon medidas tales como la confiscación total de los bienes, la imposibilidad de ocupar puestos públicos así como la excomunión de todo aquello que fueron hallados culpables de herejía. Más aún se introdujo la entrega del hereje al brazo secular- esto significaba que la autoridad civil era la encargada de castigar la herejía más no de investigarla, la búsqueda y el enjuiciamiento de los herejes era una tarea reservada a la autoridad eclesiástica.

Posteriormente, Gregorio IX dio un importante paso al promulgar la bula denominada Excommunicamus en 1231. En ésta, se aceptaron las leyes imperiales de Federico II- emperador del Sacro Imperio Romano Germánico-. Cabe mencionar que estas condenaban a los herejes a morir en la

hoguera y también la excomunión así como la cárcel perpetua a todos aquellos que no podían- por sus graves pecados – recibir penitencia alguna.

De igual forma los herejes tampoco podían gozar de la defensa de un abogado durante os procesos. Estas medidas no comenzaron a utilizarse sino hasta que el Papa autorizó ésta tarea a las órdenes mendicantes de Santo Domingo y San Francisco. De hecho, los dominicos fueron los primeros en ser designados como jueces investigadores en asuntos relativos a la fe por Gregorio IX en 1232. A partir de este momento, el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición había nacido.

Una nueva fue promulgada por Inocencio IV en 1252. Se le llamó AD Extirpanda e implantó el uso de la tortura en los procesos inquisitoriales. En éste documento quedó estipulado que el uso de la tortura era el único medio para obtener confesiones verdaderas durante los interrogatorios.

Se redactaron diversos manuales que indicaban como debía llevarse a cabo la práctica inquisitorial. Destacan el Directorio de Raymundo de Peñafort escrito en 1242-, el Processus inquisitions de Bernado de Caux-, del año 1244-, la Practica offici inquisitionis heretice pravitatis de Bernardo Gui de 1323.

La inquisición empieza actividades en Europa occidental a mediados del siglo XIII.

La inquisición Española.

La unión matrimonial de Fernando de Aragón e Isabel de Castilla en el año de 1469, marco el inicio de una nueva era en la historia de España. Una España que a finales de la Edad Media se encontraba extremadamente desarticulada en varios reinos autónomos. El enlace matrimonial significo fundamentalmente la unión política de España en dos grandes reinos: Castilla y Aragón. Greenleaf comenta que se volvió urgente una unidad política, la supresión de una nobleza ingobernable y el establecimiento de una ortodoxia religiosa que los Reyes Católicos consideraban básica en un estado nacional que fura fuerte.

Con lo anterior, es evidente que a la dificultad de la unión política, se sumaba el problema de la unidad religiosa ¿Por qué? Claro es que España era cristiana pero, solamente en parte.

Sobra mencionar que la sociedad española fue harto heterogénea por lo que no dudamos que hayan existido fuertes diferencias en lo que a raza y religión se refiere.

Respecto s los judíos, la amplia experiencia de estos en cuanto a cuestiones de administración y recaudación se refiere, esto les proporcionó amplios favores por parte de las autoridades y, a su vez, el odio exacerbado del pueblo cristiano. La usura fue condenada como un gran pecado por los moralistas cristianos. Se comenzó a manifestar un creciente espíritu de intolerancia que desafortunadamente culminó en varias matanzas de judíos como las ocurridas en el año de 1391.

Es evidente que muchos judíos se convirtieron al cristianismo motivados más por el miedo que por la sinceridad religiosa. Así surgió una nueva comunidad de judíos cristianizados conversos que fueron llamados por el pueblo cristiano como los marranos. Cabe mencionar que estas conversiones podemos considerarla como mera ficción ya que tanto los judión como los moros continuaron en secreto.

En 1480 los dominicos nuevamente fueron nombrados como inquisidores. Así, la inquisición española comenzó actividades.

Finalmente – en el año de 1483- se creó el organismo central que controlaría todos los asuntos relacionados con la fe Católica: el consejo de la Suprema y General Inquisición – mejor conocido como suprema.- Este consejo fue presidido por Fray Tomas de Torquemada- el primer Inquisidor General en España designado por los reyes Católico.

La Inquisición en México.

Tras la conquista militar de México comenzaron a llegar a la Nueva España los primeros colonizadores y con ellos, la cristianización.

De manera casi inmediata la Inquisición comenzó a realizar actividades en el territorio recién conquistado. Se tiene registrado que el primer juicio llevado por la inquisición fue en 1522. Este fue en contra del indígena de Acolhuacan y fue procesado por el delito de concubinato.

Existió la inquisición monástica y episcopal. Donde la monástica fue llevada a cabo por los frailes pertenecientes por los franciscanos y dominicos. La orden de los franciscanos fue la primera en ejercer este tipo de funciones siendo, Fray Martin Valencia el primer comisario inquisitorial en 1524.

Se realizaron varios procesos en contra de la blasfemia, donde fue común en esta primera etapa, fue común entre los conquistadores que vinieron a buscar fama y fortuna en la Nueva España.

La inquisición episcopal estuvo a cargo de los obispos con el fray Juan de Zumárraga como primer obispo y arzobispo de México, cargo que ocupo de 1528 a 1548.

Los primeros en ser rehusados fueron unos músicos que se rehusaron s tocar sus instrumentos en la ceremonia de apertura del tribunal el 6 de Junio de 1536.

En esta etapa el mayor parte de los procesos fueron por blasfemia y bigamia. Pero de mayor relevancia fueron los procesos seguidos en contra de aquellos indígenas que en secreto continuaron practicando sus antiguos ritos religiosos.

Uno de los acusados más sonados fue Don Carlos de Texcoco, nieto de Netzahualcóyotl, este fue acusado en 1539 acusado de idolatría y sentenciado por Zumárraga, donde le otorgo sentencia de morir en la hoguera. Don Carlos se hizo acreedor a sentencia tan extrema la encontramos no sólo en la realización de las prácticas religiosas prehispánicas, sino también a que Don Carlos- gracias a su título de nobleza indígena, las autoridades en España- incluido el Consejo de la Suprema Y General Inquisición – motivado por el cual Zumárraga, fue destituido del cargo de Inquisidor en 1543.

Alonso de Montúfar, en el año de 1554, fue nombrado segundo obispo de México, periodo donde se destacan los procesos seguidos en contra de los protestantes que comenzaron a ingresar a la Nueva España, luteranos. La corona estaba firmemente dedicada a mantener la ortodoxia religiosa en la corona, por los que persiguió a aquellas que atentaban en contra de dicha ortodoxia. En este periodo Felipe II, ordenó el establecimiento del Tribunal del Santo Oficio en México del 25 de enero de 1569. Este comprendió a todo el virreinato de la Nueva España- incluidos los territorios de Guatemala, el Salvador, Honduras e inclusive las Filipinas .

En 1570 se nombra a Pedro Moya de Contreras como el Primer inquisidor de México, junto con su personal, Juan de Cervantes, como inquisidor Apostólico, Alonso Hernández de Bonilla como Fiscal y Pedro de los Ríos como Notario. Se les fueron entregadas las casas que les señalaron para instalar el Santo Oficio, junto al mismo convento de los Dominicos, que se convirtieron en el edificio del Palacio de la Inquisición, cuyas obras comenzaron en 1732 y culminaron en 1736, que actualmente es el Antiguo Colegio de Medicina ubicado en las calles de Brasil y Venezuela en el centro Histórico de la Ciudad de México.

El viernes 2 de noviembre se dio el pregón- que citaba a toda la población mayor de doce años para asistir a la ceremonia de juramento, donde se dio lectura al edicto de gracia. Con lo anterior, el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición en México quedó plenamente establecido.

Quedaba pendiente el trato hacia los indígenas. Sobre ésta cuestión Albarro comentó que, “¿podia considerarse realmente a tales neófitos (los indígenas) como culpables de herejía, habiendo transcurrido tan poco tiempo desde el derrumbe de su universo y siendo un cristianismo, si bien sincero, tan reciente y superficial?”.

El Proceso Inquisitorial

Se dispusieron a los diversos métodos y técnicas que tuvieron como fin la búsqueda y el castigo de todos los delitos que atentaban contra la fe cristiana. Describimos algunos:

Edicto de Gracia

Este asunto consistía en un término de treinta o cuarenta días, durante los cuales se podían efectuar confesiones voluntarias. Si los individuos se confesaban culpables de algún pecado o herejía, ésta libre confesión los absolvía y debían solamente cumplir penitencias indulgentes.

Además de estos edictos de gracia, también existieron los edictos de fe. Estos generalmente eran leídos cada tres años y buscaban reafirmar la fe en los individuos, así como provocar denuncias sobre aquellos que observaran un comportamiento ajeno al cristianismo. Describamos para este punto, la forma en que se llevaba a cabo la denuncia.

LA DENUNCIA

Ésta actividad podemos considerarla como la base del procedimiento inquisitorial. La denuncia no podía ser anónima y se necesitaban varias y fidedignas acusaciones antes de que el Tribunal iniciara proceso en contra de un individuo. Los inquisidores buscaban en el denunciante cualquier indicio de odio o venganza hacia el acusado. Después de la denuncia, se recopilaban pruebas, se reunían evidencias adicionales y se hacía una construcción del caso. Al denunciante se le hacía comparecer ante el tribunal y se le preguntaba varias veces si había testigos que sustentaran su acusación. Si la respuesta era afirmativa, se citaba a dichos testigos. Contrario a lo que comúnmente se cree, el Tribunal del Santo oficio no hacía preso a nadie hasta tener las suficientes pruebas para hacerlo.

LA DETENCION

El fiscal, una vez que las denuncias habían sido procesadas, solicitaba la detención del acusado y se le embargaban o confiscaban sus bienes para que con estos, el detenido sufragara los gastos del proceso.

LAS AUDIENCIAS

Las audiencias tenían lugar dentro de los ocho días siguientes-después de la detención.- Al detenido se le interrogaba sobre su vida doméstica y laboral, y se le invitaba a que contestara siempre con la verdad- so pena de ser torturado si no lo hacía-. Se le preguntaba sobre su genealogía, para saber si se descendía del cristianismo viejo, o si había estado en algún país no católico. Era sometido a un examen doctrinal donde se le hacían recitar algunas de las principales oraciones católicas como el Padre Nuestro o Ave María. Sí el acusado lo desconocía aumentaba la sospecha de su culpabilidad. Al detenido se le hacían varias preguntas, como sí tenía alguna idea de por qué había sido llevado ante el Tribunal de la Inquisición o sobre sí alguien- motivado por el odio o la envidia- le hubiere denunciado. Cabe mencionar que todo este proceso se lleva a cabo con el más absoluto secreto. Esta era una de las principales características de la inquisición.

En ésta parte del proceso se daban las moniciones, esto significaba que al acusado se le suplicaba que por amor a Dios, buscara en su conciencia y manifestara ante los inquisidores si era culpable de los delitos que lo acusaban, o si podía algo extra a la confesión.

LA DEFENSA

Contrario a la inquisición medieval, la española y la novohispana permitían la defensa del acusado- en la instrucción 16 del escrito de Torquemada así estipulaba . El acusado podía defenderse- si poseía bienes, con ellos sufragaba los gastos de un abogado defensor, si no, el Tribunal le asignaba uno y además costeaba los gastos de la defensa-. Esto era bastante ambiguo

Cuando el detenido se leían los cargos que el santo Tribunal le imputaba, nunca se le informaba quienes eran sus acusadores- se omitía todo indicio para que pudiera identificarlos.

Comúnmente, la evidencia era suficiente para condenar o exonerar al inculpado, aunque en algunos casos, aun, siendo fidedigna la acusación, las pruebas eran suficientes para declarar al acusado. Ante esto se podía emplear dos métodos. Por un lado el uso de embusteros- individuos que eran encerrados junto al acusado-, los cuales buscaban ganarse la confianza del detenido, y de esta manera, obtener de él la confesión.

Como segundo método, los inquisidores contaban con el uso de la tortura.

LA TORTURA.

El uso de la tortura en procesos inquisitoriales, es un tema bastante polémico. Pasemos desmentir algunos aspectos sobre la utilización de la tortura. Principalmente podríamos mencionar que la tortura, no era un procedimiento normal o frecuente. El empleo de ésta se daba antes de ser dictaminada la sentencia- durante el interrogatorio-, y tenía el propósito de obtener una confesión, nunca fue utilizada como castigo. El empleo de la tortura debía ser justificado y comenta Kamen “era una época en que el uso de la tortura en general en los tribunales criminales europeos, era una constante, la inquisición española siguió una política de benignidad y circunspección, que la deja en lugar favorable, si se le compara con cualquier otra institución europea. La tortura era empleada como último recurso y fue aplicada en muy pocos casos”.

Muchos escritores poco documentados- que han tratado este tema- han descrito crueles y horribles escenas durante los interrogatorios inquisitoriales. Dichas escenas tienen poca relación con la realidad. Dichas escenas tienen poca relación con la realidad. Al acusado previamente se le incitaba a dar una libre confesión, que evitara el sufrimiento físico producto de la tortura.

Si ésta confesión era obtenida a través del uso de la tortura, jamás era aceptada como válida, puesto que había sido producto de la coacción. Evidentemente el acusado debía ratificar su confesión al día siguiente de haber sido torturado.

En caso en los que el acusado gozaba de una precaria salud no era sometido a la tortura. Debemos indicar que ésta no buscaba la muerte del individuo, puesto que durante los interrogatorios se observaba constantemente la integridad física de éste- la presencia de servicios médicos era continua y tenía como finalidad salvaguardar la vida del procesado. Si durante el tormento el interrogado perdía el conocimiento o las lesiones comenzaban a ser contundentes se suspendía dicho tormento. Aquí encontramos algo interesante: la sesión de tortura podía durar solamente una hora y debía ser utilizada en una sola ocasión. Como mencionamos anteriormente, si el acusado flaqueaba físicamente la tortura era suspendida, pero podía continuar tras restablecimiento del mismo.

Ahora bien, hablar de la tortura en los procedimientos inquisitorios es hablar de métodos específicos de tortura. Estos métodos, generalmente fueron utilizados por la inquisición española e inclusive por la Inquisición novohispana. Cabe mencionar que estos métodos no fueron inaugurados por la Inquisición, al contrario, ésta los retomó de los tribunales civiles que con mucha anterioridad los venían utilizando.

Comúnmente se cree que la inquisición tuvo una amplia gama de métodos e instrumentos de tortura pero, concretamente en los casos de la inquisición española y la novohispana, debemos tomar en cuenta sólo tres:

A) Tormenta del cordel

B) Tortura del agua

C) El potro

El tormento del cordel. Esta tormenta consistía en desnudar previamente al acusado, después se le colocaba sobre una mesa y se le sujetaba a ella. Uno de los brazos era enrollado con una cuerda- de la muñeca al hombro-. Se comenzaba a darle vueltas a la cuerda a la vez que se instaba al acusado a que confesara. La negativa implicaba posteriores vueltas al cordel. Esta operación podía darse en uno o ambos brazos. Si el acusado no cooperaba, se procedía a la utilización de otro tipo de tormento: el potro. Este instrumento de tortura estaba constituido por una larga mesa en la cual se tendía al acusado. A este se le colocaban garrotillos en brazos y piernas- estos instrumentos iban bien apretados mientras se instaba al acusado a que dijera la verdad.

La tortura del agua. Si el prisionero a pesar de haber experimentado previamente los tormentos señalados- seguía sin confesar, era sometido a la tortura del agua. Esta se realizaba de la siguiente manera: al individuo todavía tendido en el potro- se le colocaba sobre el rostro un lienzo llamado toca y sobre él vertían agua en gran cantidad-. Esta tortura provocaba una fuerte sensación de ahogo puesto con agua. La tela se adhería a las fosas nasales y la boca.

Generalmente, estos tipos de tortura, fueron los más utilizados por la inquisición española y la novohispana durante sus procesos. Cabe mencionar que en torno a la Garrucha- otro método empleado- existe cierta polémica con respecto a su utilización en los procesos inquisitoriales.

Autores como Yolanda Mariel de Ibañez nos comentan que la Garrucha rara vez se llegó a emplear en España no se ha encontrado un solo caso en que fuera utilizado este instrumento de tortura.

Hay que comentar que el empleo de la tortura no solo buscaba que el inculpado confesara sus propios delitos, sino que también debía proporcionar a los inquisidores confesiones colectivas. Estas confesiones se lograban de la siguiente manera: mientras se torturaba al inculpado y se le inquiría sobre sus propios delitos también se utilizaba un método denominado por los inquisidores como in caput alienum. Esto significaba que el inculpado debía divulgar los crímenes cometidos por otros. La tortura aplicada con este método fue tan exitosa que inclusive los hijos denunciaban a sus padres y viceversa. Cuando el acusado confesaba se ponía a la tortura y se procedía a dictar sentencia.

Reunido el Tribunal y asistido por los consultores, se procedía a dictar sentencia. Los consultores – comúnmente laicos- al ser llamados opinar y auxiliaren las sentencias, respetaban el puente entre las autoridades eclesiásticas y las civiles. De esta manera, la iglesia no condenaba a nadie – hacerlo iba contra las Santas Escrituras-. Quienes castigaban eran los hombre uqe representaban al poder civil.

Si el acusado confesaba en la etapa temprana del proceso, se le hallaba culpable de una herejía menor, o si era la primera vez que comparecía ante la Inquisición, era castigado sólo con penitencias menores como las que a continuación describimos:

a) La reconciliación. Si el acusado se declaraba culpable de cualquier herejía, la iglesia le perdonaba su falta y le daba la oportunidad de volver a su seno. De esta manera, el individuo podía reintegrarse a la sociedad. La reconciliación fue la más común de las sentencias impuestas por el Tribunal. La penitencia comúnmente iba acompañada de castigos espirituales comprendían desde oraciones en días determinados- que tenían como fin el demostrar un arrepentimiento público hasta prestar servicios en hospitales y conventos-. Las penitencias económicas contemplaban asuntos tales como la compra de cirios para las iglesias, multas, o incluso la confiscación parcial o total de los bienes materiales del inculpado.

b) El sambenito – también conocido como saco bendito- era un hábito especial que debía portar el acusado. Dicho ropaje podía ser para penitente y para impenitente a hoguera-. Los primeros señalizaban al individuo que había escapado a la pena máxima- la hoguera-. Este hábito se portaba por un tiempo previamente fijado, era amarillo y tenía una cruz espada de San Andrés- de color roja- Bordada por la espalda y el pecho. Esta penitencia fue fue una especie de vergüenza pública. Los sambenitos del segundo tipo – para impenitentes- estaban reservados para los herejes reincidentes. Estos trajes llevaban dibujos estampados con el rostro del hereje que ra conducido por demonios a las llamas del infierno. Ambos tipos de trajes eran vestidos por los herejes en los denominados autos de Fe.

c) La abjuración. Significaba el reconocimiento de los errores cometidos e iba acompañada de la promesa de evitarlos. Podía adjurarse de levi o de vehementi,- adjuración leve o grave en casos de sospecha de herejía.- La adjuración podía realizarse de manera pública en los autos de Fe o de manera privada en los denominados “autillos”.Penas más graves fueron los azotes. Esta práctica comúnmente era pública- se exhibía al acusado en lomo de mula mientras era flagelado-. Los azotes podían ser desde cincuenta hasta cuatrocientos, siendo doscientos el promedio. Completaba el cuadro la presencia de un pregonero que hacía público el delito mientras se paseaba al acusado por las calles.

d) Cárcel perpetua. A pesar de ser una pena grave no fue frecuente. Alberro argumenta: “la inquisición no tenía los medios para asegurar el mantenimiento prolongado de los presos, y además no veían en el encarcelamiento de por vida una forma de castigo.La reclusión no era mayor a dos años.

e) Galeras y destierro. La primera significaba trabajo forzado en una embarcación de la armada española, y la segunda implicaba la expulsión del acusado fuera de todo territorio español- Ya fuera la península, la Nueva España o las Filipinas-.

f) Relajación al brazo secular. Constituyó el castigo más grave y estaba destinado a los herejes recalcitrantes o reincidentes. Como la autoridad eclesiástica no podía aplicar el castigo, se entregaba o relajaba al acusado a la autoridad civil para que ésta

ejecutara la sentencia: la muerte en la hoguera.

Lo anterior se llevaba a cabo en el auto de Fe- especie de escenificación teatral, en la que mezclaban tanto las autoridades eclesiásticas como las civiles. Este espectáculo público tenía la finalidad de aleccionar y aterrorizar al pueblo. La manifestación del auto de Fe buscaba asentar el poder eclesiástico y civil. El ritual era claramente una tortura psicológica- disfrazada de gran verbena popular- que debía servir para el establecimiento del control social. Aun en pleno auto de Fe se buscaba salvar del alma el acusado a toda costa, se le instaba a que se arrepintiera de su herejía y muriera en Fe de Dios. Si esto sucedía, y el sentenciado besaba el crucifijo el inquisidor, salvaba su alma y se le daba la oportunidad de morir previamente asfixiado por el garrote. Después, su cuerpo era entregado a las llamas. Al contrario, aquellos herejes que se obstinaban y no abrazaban la Fe católica en sus últimos momentos de vida, no alcanzaban la gracias del garrote y se les quemaba vivos. Más aun. Aquellos herejes no presentes en el auto de Fe por diversas razones- fugados o muertos durante el proceso-. Tampoco escapaban al rigor inquisitorial. Los cuerpos podían ser exhumados para ser quemados, o inclusive se fabricaban efigies o estatuas y estas eran quemadas en representación del acusado- para una descripción detallada de los autos de fe, como el primero realizado en 1574 o el denominado “auto grande” de 1596, véase Toribio Medina- Historia del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición en México-. Cabe mencionar que estas fastuosas manifestaciones no fueron frecuentes ni en España ni en la Nueva España- en México los Autos de Fe se llevaron a cabo en la plaza del Volador o en la parte oriental de la actual Alameda Central-. Se necesitaban recursos económicos considerables que ninguna de las dos inquisiciones tuvieron. Contrario a lo que pudiera creerse, la inquisición fue una institución bastante precaria.

CONSIDERACIONES FINALES

Al tribunal del Santo Oficio de la Inquisición debemos entenderlo como el antecedente de las modernas instituciones represoras- que buscan no sólo incidir en los cuerpos de los individuos sino también en sus almas- Esta institución buscaba la plena observancia de la religiosidad así como el correcto desenvolvimiento de cuestiones política y económicas aspectos, que se antepusieron a lo estrictamente religioso dejando a este, como mero pretexto. Siendo objetivos; la Inquisición no fue aquella terrible y cruel maquinaria de dolor y muerte que siempre se nos presenta. Las cifras así lo demuestran: En un período que va de 1571 a 1700, de un 100% de penas impuestas, sólo el 1.0 % corresponde a la relajación. La mayoría de las penas impuestas están representadas por la reconciliación cifras para la Nueva España tomadas del trabajo de Solange Alberro, Inquisición y Sociedad en México, 1571-1700

En España, la Inquisición llegó a su fin durante la invasión napoleónica que tuvo lugar de 1808 a 1814. Durante este periodo Las Cortes de Cádiz la abolieron en 1813. Sin embargo, podríamos afirmar que ésta institución francesa ni las Cortes, como tampoco la guerra de Independencia- en el caso de México,- sino que más bien toco fondo por sí misma, ya que con el paso de los tiempos se volvió obsoleta y contraria a los aires ilustrados que soplaban en Europa. La Inquisición fue una institución propia del Antiguo Régimen y obviamente, los regímenes liberales y los círculos ilustrados consideraron su presencia como negativa. Por tanto, el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición dejó de existir oficialmente en España en el año de 1834.

...

Descargar como  txt (28 Kb)  
Leer 18 páginas más »
txt