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La "fragmentación" De Algunos Estados Nacionales: URSS Y La Europa Oriental


Enviado por   •  25 de Febrero de 2014  •  1.349 Palabras (6 Páginas)  •  419 Visitas

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La “fragmentación” de algunos estados nacionales: URSS y la Europa Oriental

Las transformaciones que históricamente sufren los pueblos y sus territorios obedecen a múltiples razones: movimientos sociales, económicos y/o políticos ya sean motivados por los propios habitantes o por los habitantes de países vecinos, ambiciones territoriales o personales entre otros. Poco antes de concluir el siglo XX ocurrieron importantes acontecimientos históricos que cambiaron drásticamente la situación política y económica que imperaba en el mundo y que propiciaron cambios en la configuración del mapa político mundial actual.

El derrumbe del socialismo real provocado por la destrucción de la economía centralizada, produjo una situación de anarquía económica en la Unión Soviética y el surgimiento de nacionalismos y regionalismos que tuvieron como consecuencia cambios en el mapa político, principalmente de Europa. En 1989 el colapso de la economía soviética produjo la abdicación del poder comunista en sus países satélites de Europa Oriental y la desintegración de la URSS; la combinación de la glasnost y la perestroika implementadas por Mijail Gorvachev desde 1985, trajeron como consecuencia la celebración de las primeras elecciones por sufragio universal, y en sus zonas de influencia, ocurrieron movimientos revolucionarios de corta duración que permitieron el inicio del tránsito a la democracia en Hungría, Polonia, Alemania Oriental, Checoslovaquia, Bulgaria y Rumania.

En la ex URSS algunas transformaciones fueron irreversibles: la libertad de expresión condujo al rompimiento de las estructuras autoritarias y a la necesidad de realizar un nuevo pacto de unión. A pesar de las reformas político-económicas inscritas en el socialismo, Gorbachev subestimó las reacciones de su pueblo, de la clase política y de los pueblos de la Unión, se vio rebasado por los acontecimientos a partir de 1990. Las medidas económicas finalmente no fueron reformas sino una renuncia al socialismo y, la parlamentarización política no devengó en mayor democracia sino en el ataque a la autoridad y al Partido Comunista, en la división de la clase política y en el surgimiento de movimientos separatistas.

En seis años y nueve meses, Gorbachev acabó con setenta años de sovietización. Cambió al mundo como pocos líderes lo han hecho en la historia, y en determinado momento fue necesario responder más a las demandas de Occidente (economía de mercado a cambio de ayuda) que a las de su propio pueblo (control de los precios y medidas económicas menos aceleradas).

Europa Oriental fue probablemente la que más ganó, porque Berlín, Budapest, Praga y Varsovia lograron liberarse sin caer en una guerra. De pronto, el Muro de Berlín fue demolido, las “Alemanias” se unificaron, los países Bálticos se independizaron, la democracia y el capitalismo se posesionaron de Europa Oriental mientras se desmantelaba el Ejército Rojo y el Pacto de Varsovia.

Sin embargo, los problemas económicos, políticos y sociales derivados de la construcción de un nuevo proyecto nacional, así como los enfrentamientos étnicos derivados de una sociedad multicultural heredada impidieron que se lograra una estabilidad.

La contradicción de fondo surge hoy en día, entre el desarrollo de un proceso democrático y la imposición de un modelo económico neoliberal, en muchos casos impopular; esto representa una incongruencia materializada en el propio progreso de la región. Sobre todo, cuando se aplican métodos difíciles en la transición de una economía planificada a una de libre mercado y del unipartidismo estatal al pluripartidismo civil.

Los países no europeos del bloque socialista también vivirán consecuencias no sólo en su economía y desarrollo militar, sino en la correlación de fuerzas entre las nuevas élites políticas (que sustituyen a Moscú) y las economías locales, contribuyendo a la generación de un nuevo equilibrio internacional y a un nuevo escenario.

Actualmente, la Comunidad de Estados Independientes (CEI), reconstruida sobre las ruinas de la Unión Soviética, enfrenta una inestabilidad y crisis financiera permanente, el vacío de poder, la corrupción generalizada, la delincuencia organizada, la burocracia, las mafias y los asesinatos por contrato, la descomposición social, desigualdades flagrantes, degradación del medio ambiente, sanidad y educación, el conflicto de valores, falta de garantías para invertir, desprecio por el estado de derecho, el descontento popular, el riesgo de desintegración y los conflictos étnicos. La fragmentación de la que es víctima la CEI se refleja no sólo en los movimientos nacionalistas (problemas entre los

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