“La interacción con la lecto-escritura: “leer y escribir, una forma de estar en el mundo”
sandra2211Ensayo3 de Abril de 2017
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LA LECTURA Y LA ESCRITURA
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“La interacción con la lecto-escritura: “leer y escribir, una forma de estar en el mundo”
ANALISIS SEMIOTICO DE CIUDAD.
Antes de dar un análisis semiótico de ciudad definamos algunos conceptos como:
¿Qué es semiótica?
La semiótica es la ciencia que estudia los signos y su funcionamiento en el seno de la vida social, para el siguiente trabajo tendremos en cuenta la ciudad como un signo para ser interpretada, pues esta es un discurso que tiene un lenguaje particular, los habitantes la descubrimos y la leemos cuando la miramos no solo la observamos, la ciudad es un espacio vital que tiene su propio ritmo para ser interpretada a través del simbolismo.
*Simbolismo: Identificado por Ferdinand De Saussure (fundador de la semiótica y que identifico el signo lingüístico).
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Posteriormente el semiólogo Roland Barthes a partir del simbolismo identifico dos correlaciones interpretantes a partir de los siguientes criterios.
- La denotación.
- La connotación.
-La denotación: Es el primer orden de lectura e interpretación, es un nivel literal, directo, inmediato, entre otros.
Ejemplo: Popayán, pequeño, pocos habitantes.
-La connotación: Es el segundo orden de interpretación a partir de las relaciones asociativas para llegar a las deducciones, en este nivel es importante las presuposiciones alrededor de un signo significante.
Ejemplo: Popayán, ciudad blanca, ciudad universitaria.
En el mismo sentido Víctor Hugo decía: ‘‘La ciudad es un poema que desplaza sus significantes como un gran juego de ajedrez’’. La ciudad es un punto de encuentro y desencuentro, donde el centro de la ciudad es vivido como un lugar de intercambio de actividades, es el espacio donde actúan y se encuentran fuerzas de contrastes lúdicas y de rupturas.
Los jóvenes encuentran la ciudad como un espacio privilegiado donde está el otro, el grupo, la manada, la tribu, la gallada, el parche, por lo tanto la ciudad nos invita a sumergirnos en el mundo de las interpretaciones para comprender y entender su dinámica.
Algo similar ocurre con el texto Bogotá: el macho (Armando Silva) en el cual nos muestra que podemos ver y recorrer las ciudades del mundo a partir de los mapas mentales que sobre ellas construyeron sus habitantes. De este modo la ciudad tiene olores nauseabundos afirma Armando Silva. Y en su contraste espacios santos. En otro sentido el autor nos narra que en los interiores bogotanos sus habitantes han previsto el sexo de sus calles en dos de sus avenidas tutelares: la carrera 15 y la Caracas, donde se estaba cortando la única vena femenina de esta calle despiadada, además se está metiendo por la 15, justo por el borde de la 72, y de paso arrastra con su femenino. Se trata del valor del símbolo. El escritor nos dice que el peligro de una calle no es tanto real, cuanto imaginario. Bogotá, es percibida fea por sus ciudadanos, y si una ciudad no es querida por sus habitantes, entonces se maltrata asi mismo, a su cuerpo y alma. El principio de identidad se disuelve y más bien le da la espalda al espejo. Los bogotanos, machistas, hispánicos, indios y temperamentales, tienen un alto concepto de la mujer mientras al hombre lo ven despreciativo y ultrajante. Por esto mismo no podemos permitir que los cerros naturales se vuelvan arenas. Para concluir el excelentísimo autor escribe: Si Bogotá no llora su suerte se volvió demasiado macho para admitir un poco de ternura y piedad con sus hijos ciudadanos.
A partir de lo anterior, realizaremos una observación denotativa de la ciudad de Popayán, (posteriormente se realizara un análisis semiótico de ciudad, teniendo en cuenta el texto fílmico: ‘‘Noches de ritualidad narcótica en la ciudad de Popayán’’, realizado por la estudiante de ciencias políticas. ‘‘Agarrando pueblo’’ Carlos Mayolo y el articulo de Armando Silvia ‘‘Bogotá: el macho’’.
Del mismo modo empezamos con el artículo Bogotá: el macho. Lo podemos relacionar en varios aspectos con la ciudad de Popayán como: ‘‘olores nauseabundos’’ se identifica perfectamente con algunos barrios de la ciudad, específicamente del Barrio Bolívar y su contraste de espacios santos son la cantidad de Iglesias que hay, la Catedral, la Iglesia de Belén, entre otras. Armando Silva nos dice que la calle más peligrosa de Bogotá es la del Cartucho, en Popayán podríamos decir que es la de Alfonso López, todo esto ocurre a la falta de valor del simbolismo, es decir, de ver a la ciudad como un símbolo. El escritor menciona cuatro ciudades hermosas en la que creemos debería estar Popayán por su gran reconocimiento ante la UNESCO. En la conclusión de Bogotá: el macho podríamos decir que si Popayán se despierta un poco más y tiene más identidad con la ciudad podría llegar a ser mucho mejor de lo que es, combatiendo aquellos que quieren destruirla.
AGARRANDO PUEBLO.
Por otra parte tenemos el documental ‘‘agarrando pueblo’’ (1977) de Carlos Mayolo. Fue concebida dentro de un proyecto de mayor envergadura llamado el corazón del cine, haciendo alusión a un texto de Vladimir Maiakovski. En el corazón del cine, la pregunta por el sentido del mismo se lleva a un nivel casi que ontológico: la influencia de la sociedad de consumo y la insólita permeabilidad del cine político frente a esta, concluyen en un llamado al orden, esto debe terminar. «Agarrar pueblo» es una expresión colombiana que significa engatusar a la gente.
Aquí tiene el doble sentido de atrapar una compilación arquetípica de miserias. Cine dentro del cine, el esquema planteado es un documental acerca de un típico grupo de filmación recorriendo con sus equipos las calles y los suburbios de Cali. En su cabeza, una lista preconcebida de los personajes que ya están o que faltan por registrar: mendigos, locos, prostitutas, gamines...etc.
Agarrando pueblo no busca por qué se da la porno-miseria, sino la reacción de la gente común y corriente cuando se siente filmada. Esa era la dramaturgia que querían desarrollar.
¿Qué más de miseria hay?, se pregunta el realizador mientras desde un taxi en marcha busca con sus ojos ávidos cuanto horror social quiera comprar la televisión alemana, para la que está produciendo este testimonio que probablemente se lleve un premio. A continuación, cámara persecutoria tras la captura más convencional sobre una marginalidad hambrienta cuyos mismos actos los reporteros ordenan, dirigen, debido a que muchas veces los indigentes se resisten a ser filmados, o bien no están haciendo lo que exactamente conviene vender al morbo.
El absurdo culmina en consabidas declaraciones pre elaboradas por el guionista para una familia indigente (que ni es familia ni es indigente), improvisada por el equipo, dadas las prisas de producción (y el desconocimiento definitivo de la investigación sociológica). Siguiendo las exigencias del mercado informativo, los personajes recitan ante la cámara las respuestas adecuadas para que el presentador pueda dar pie al acostumbrado balance sobre analfabetismo, desempleo, enfermedades infantiles por desnutrición, explosión demográfica por ignorancia, penurias de todo tipo y demás calamidades infrahumanas por las que se identifica la realidad del Tercer Mundo. Ospina y Mayolo hacen irrumpir aquí a un personaje extraído de la sordidez más extravagante para que estropee el rodaje, vele los rollos y termine haciendo obscenidades con el dinero que ha tratado de sobornarlo. El desmoronamiento de tanta manipulación se franquea cuando el mismo personaje pregunta ante la cámara de nuestros cineastas si ha quedado bien, de suerte que Agarrando Pueblo se autodestruye en un final de coherencia rotunda con su propio fundamento contra-cinematográfico.
NOCHES DE RITUALIDAD NARCÓTICA EN POPAYÁN.
Es un documental realizado por la estudiante de ciencias políticas de la Universidad del Cauca, Nidia Andrea Ruiz. Comenzaremos por dar un breve resumen de lo que se trata dicho fundamento, este empieza con la narración de una mujer que camina en las calles oscuras de la ciudad mientras imagina la riqueza natural por la que te convirtieron en esclavista. Tantas historias ocultas tras el paisaje artificial que materializo el ritual de conquista territorial en el que te bautizaron Popayán. Esta misma dama recorre aproximadamente toda la urbe para descubrir varios aspectos. Revela que el puente del Humilladero se convirtió en un recinto de bazuqueros que se tomaron todo el sector, la dama de los cabellos ardientes de Barba Jacob es la protagonista de esta ceremonia pública y flexible en una compenetración socio-espacial que se genera en el imperio del contacto corporal, el estar juntos en el territorio vivido que brinda protección y las experiencias al conocimiento ilegal. En el mismo sentido nos enseña que en ocasiones la temporalidad de la que disponemos los jóvenes para vivir empieza a diluirse en un existencialismo invencible en el silencio de la soledad, sin el aislamiento de la persistencia de una presencia asediada por la intimidación militar. El consumo de drogas se ha convertido en un hábito arraigado que transforma estos espacios. Parte de nuestro comportamiento está ligado a lo inconsciente como marionetas del Tiempo explicaban nuestra conducta como algo irrazonable en nuestro mundo de probabilidades. En otro sentido narra que la cruz de Belén (esperanza de resurrección) es invocado en la maldición de un clérigo. La ciudad debió ser castigada con el terremoto por el pecado de sus discípulos al descender bajo Tierra e incendiar sus deseos reprendidos en túneles de pasión y muerte, solo fetos quedaron de aquel intercambio de fluidos coyunturales que creían resguardar la santidad construyendo la evidencia de la depredación del ser. Aquí nos muestra escenas sexuales de hombres y mujeres con estatuas con las que es posible desatar deseos cuando las vemos como obras que reflejan al ser creador de la interiorización artística que permite. Ahora bien nos presenta una imagen bellísima de la Iglesia San Francisco, dándonos información de esta. San Francisco fue reconstruida tres veces sobre escombros que impregnaron olor fúnebre sus cimientos, de la profanación de la zona rosa que te rodea, en sus pasarelas se exhibe embriaguez, corrupción y danzas eróticas de la muerte.
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