La psicología positiva en la práctica clínica en colombia.

LA PSICOLOGÍA POSITIVA EN LA PRÁCTICA CLÍNICA EN COLOMBIA

HECTOR RICARDO JIMENEZ MARTIN (TUTOR)

EDWIN HIGUERA, MAURICIO SANCHEZ, SEBASTIAN VALBUENA

UNIVERSIDAD EL BOSQUE

FACULTAD DE PSICOLOGÍA

BOGOTÁ D.C., MARZO DE 2016

Capítulo primero

Justificación

La psicología clínica en Colombia se caracteriza por su pluralidad, dado que los diferentes profesionales implicados logran llevarla cabo a partir de paradigmas de entendimiento disímiles, que por supuesto, generan distintos tipos de praxis. Es así que emergen y se llevan a cabo, por ejemplo, las terapias sistémicas, el análisis funcional, la terapia centrada en el cliente, la reestructuración cognitiva, la terapia existencial o, las narrativas, entre otras tantas por nombrar.

Sin embargo, a pesar de existir esta plétora de marcos de entendimiento y, esta amplia gama de técnicas, el énfasis de las distintas perspectivas ha sido el mismo: tratar el problema psicopatológico en beneficio de la salud del individuo, o acaso, evitar la aparición de la enfermedad mental per se.

Dado esto, se hace fundamental dilucidar la existencia e importancia de la psicología positiva en Colombia, en pos de promover y empoderar un enfoque salugénico en el ámbito clínico que permita el estudio y desarrollo de las potencialidades humanas, las cuales, se toman como indicadores fundamentales de un bienestar dinámico en los individuos.

Se hará especial énfasis en la teoría del florecimiento de Martin Seligman, dado que esta misma se postula como la más novedosa del enfoque, así como la más integral, al estar constituida por un estudio multifactorial que permite el entendimiento del potencial humano desde un marco de la complejidad.

Idea de investigación

Sin soslayar la existencia e importancia de una psicología latinoamericana, es posible afirmar que el desenvolvimiento de esta ciencia en Sudamérica, en general, y en Colombia, en particular, se ha llevado a cabo mayoritariamente teniendo como marcos de referencia los paradigmas regentes en Europa y Norteamérica.

Es también cierto que este hecho se da con cierta latencia, por lo cual, los paradigmas clásicos tienden a arraigarse mientras que la tendencia de los heurísticos es a ser eludidos.  

Dicho esto, y puesto que la psicología positiva es la perspectiva más reciente de esta ciencia, su desarrollo en la práctica y comprensión de la psicología en Colombia no ha adquirido hasta hoy el lugar ni la importancia necesaria.

Dado esto, surge la necesidad investigativa de determinar los factores que dieron lugar al surgimiento de la psicología positiva como enfoque antagónico a lo históricamente constituido, para posteriormente dilucidar la existencia o inexistencia de la misma en la psicología en Colombia, así como los factores socio-históricos relacionados con este hecho.

La pretensión última es la de empoderar este nuevo enfoque en la terapia clínica del susodicho contexto, en pos de dar lugar a las potencialidades humanas en la resolución de los conflictos y la apertura a mejores formas de ser y estar.

Objetivos

General. Determinar el estado del arte de la psicología positiva en la práctica clínica en Colombia.

Específico.

1) Establecer las instancias históricas fundamentales que dieron surgimiento a la psicología positiva.

2) Establecer los factores socio-históricos que permiten la consolidación o no de la psicología positiva en Colombia.

Preguntas de investigación

 General. ¿Que caracteriza a la psicología positiva en la actualidad, específicamente en la práctica clínica en Colombia?

 Específicas.

1) ¿Cuáles son los factores históricos que dieron lugar a la consolidación de la psicología positiva?

2) ¿Cuáles son los factores socio-históricos que permiten la consolidación o no de la psicología positiva en Colombia?

Capítulo segundo

El proceso de consolidación de la psicología

Si se parte del hecho de que la psicología positiva es un enfoque heurístico -como es vox pópuli-, se hace imperativa la necesidad de establecer las características y los criterios que la postulan como tal, hecho que implica comprender este paradigma en su estado del arte, más sobretodo, evidenciar el contraste existente entre el mismo y las perspectivas clásicas.

Es así que se hace necesario traer a colación los anales de la psicología per se para ir dilucidando los rasgos socio-históricos que llevaron a la aparición de las distintas escuelas psicológicas, así como a la configuración de una psicología centrada cada vez más en las enfermedades psíquicas, y de inclinación casi nulas hacia las potencialidades humanas (Casullo y Benatuil, 2008).

El paradigma de la psicología positiva se funda como un enfoque salugénico, razón por la cual se establece como una perspectiva antagónica a la imperante en esta ciencia (Poseck, 2006). Dicho esto, es razonable cronológicamente exponer en primera instancia los hechos y aportes más representativos que llevaron a establecer una orientación patogénica en la psicología, para así dilucidar más claramente el porqué de la emergencia de esta nueva perspectiva (ver figura 1).

La experimentación: el aporte del estructuralismo. La psicología llega a consolidarse luego de un largo proceso intelectual, el cual encuentra su legado más antiguo en la antigua Grecia, en textos como Acerca del alma de Aristóteles, el cual denota una increíble similitud con los ulteriores textos de sensopercepción (Leahey, 2013). Este hecho deja entrever que una plétora de actores hace parte del ideario que hizo posible la institución de la psicología, razón por la cual se hace difícil conceder especial importancia a un individuo en específico.

Empero, es de común acuerdo establecer a Wilhelm Wundt como el fundador de esta ciencia, al adjudicarse el crédito de haber creado el primer laboratorio de psicología experimental (Davis y Palladino, 2008).

Ahora bien, es importante recalcar que la manera como se ha conceptualizado la psicología ha sucedido desde la pluralidad. Es así que su definición ha estado en constante variabilidad, dependiendo de la concepción del autor, de la escuela que la enuncie o, de la época histórica en que se teorice.

Es así que, aunque Wundt define la psicología como la ciencia que estudia la mente, su estructura y, sus procesos(Leahey, 2013), conceptualización que se hace incompatible con las definiciones ulteriores.

Hilgard (como se citó en Mestre, Samper, Tortosa, y Nácher, 2002), por ejemplo, elude tajantemente esta concepción mentalista de la psicología al definirla como “la ciencia que estudia el comportamiento y las experiencias de los seres vivos” (p.811).

Históricamente la psicología ha ido transformando la forma en que se define a sí misma, su objeto de estudio y, su metodología, lo que ha dificultado en demasía su unificación. Sin embargo, hay ciertas características que han sido invariables hasta el día de hoy, por ejemplo, el objetivo constante que la psicología se ha planteado de adquirir un estatus científico (Saíz, Valldeneu, 2009).

Es en este punto donde radica el aporte más importante de Wundt; al enfatizar tan fuertemente en el aspecto experimental la psicología fue consolidando su objeto de estudio a partir de propiedades que fueran observables y medibles, siendo estas dos, características fundamentales en el ámbito científico (Ardila, 2003).

Edward Titchener, alumno de Wundt e importante representante de la escuela estructuralista, se encausó aún más que su maestro en la introspección, el cual, dada su naturaleza metodológica se alejaba de los preceptos objetivos de la ciencia. Empero, la asunción fundamental seguía siendo la misma: hacer de la psicología una ciencia que pudiera estudiar a los individuos tal como la física puede estudiar la materia (Davis y Palladino, 2008).

Tal y como lo plantea Leahey (2013), Wundt y el estructuralismo posibilitan que la psicología se inscriba por primera vez como ciencia, más es imperativo recalcar que es el conductismo aquel que enmarca finalmente la psicología en el positivismo a través de su fuerte énfasis en el empirismo y la operacionalización de los procesos psicológicos a partir de definiciones observacionales.

La influencia del psicoanálisis en la orientación patogénica. El origen del psicoanálisis como terapia, así como de la teoría psicodinámica, se le atribuye irrefutablemente a Sigmund Freud (Schultz y Schultz, 2010).

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