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La situación de la Nueva España a finales del siglo XVIII


Enviado por   •  6 de Mayo de 2018  •  Documentos de Investigación  •  1.148 Palabras (5 Páginas)  •  216 Visitas

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La situación de la Nueva España a finales del siglo XVIII

Sergio Arturo Cortés Pinzón

La Nueva España, tierra regocijante de sus riquezas naturales, víctima de la explotación de los españoles, testigo de un nacimiento cultural y social, cómplice de actos en contra de los descendientes de sus moradores nativos, tierra de nadie. Tras la conquista del nuevo mundo por parte de Hernán Cortés, dio inicio la colonización, a mi punto de vista, la verdadera conquista de América; una conquista intelectual y teológica, cultural y política. A finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX se dio inicio un cambio drástico en la historia del hombre español y de sus hermanos conquistados, el futuro pueblo mexicano. El establecimiento de la arquidiócesis en la nueva España había significado la opresión dogma nica, teológica, cultural y espiritual de toda la civilización ante la persecución de los indígenas que se oponían a la adopción de una nueva creencia, la quema, tortura y sumisión impuesta ante esta cruzada espiritual con la finalidad de una invasión y conquista, dejó manchado al clero católico de tiranos, de vividores y de déspotas; atentando en contra de sus principios dogmáticos. La imposición de “filtros de sangre” dieron inicio a la ideología racial moderna europea, la separación por grupos y clases fue un hecho contundente para la sociedad de la Nueva España, la cual tendría su repercusión en nuestros días, en esta misma tierra. La separación de clases estaba regida en tres divisiones: españoles, indios y castas lo cual tenía como resultado “La envidia, el robo, el mal servicio por parte de los uno; el desprecio, la usura, la dureza de parte de los otros. Estas resultas son comunes hasta cierto punto en todo el mundo. Pero en América suben a muy alto grado, porque no hay graduaciones o medianías; son todos ricos o miserables, nobles o infames”. (Matute, 1984) Dentro de tal discriminación racial estaba remarcada la distancia entre un español y un indio, tanto por el color, la miseria y la ignorancia. Las castas eran consideradas el peor error del español en la tierra nueva, la cual con el paso del tiempo el mestizaje se convirtió en algo habitual y muy común.

La primera clase, los españoles, veían solamente por sus intereses en las leyes que brindaban protección y riquezas a su vida, familia y haciendas. Mientras que las dos clases restantes no tenían nada, ni riquezas, ni derechos ni honor a proteger con una seguridad, debido a que no tenían nada y eran pisados por el racismo español.

Durante esta época, el abuso de los alcaldes mayores era sorprendente, la prepotencia, superioridad por clase y el poder de hacer lo que fuese solo con un gesto era algo común a finales del siglo XVIII. El robo a la tesorería del pueblo era algo muy común y además causa de que el pueblo miserable cometiera crímenes contra sí mismos a causa del hambre y el sometimiento de leyes injustas que solo veían por el bien y el beneficio del alcalde. En su contraparte, el clero, ya manchado por el acto de sus antecesores, se las veía negras al ellos, los curas y tenientes a estar “dedicados únicamente al servicio espiritual y al socorro temporal de las clases miserables como eran los indios y cualquiera que no fuera español de sangre pura, concilian por estos ministerios y oficios su afecto, su gratitud y su respeto. Ellos los visitan y consuelan en sus enfermedades y trabajos. Hacen de médicos

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