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MEXICO EN LOS CAMBIOS DEL ENTORNO INTERNACIONAL


Enviado por   •  8 de Marzo de 2016  •  Resúmenes  •  2.561 Palabras (11 Páginas)  •  315 Visitas

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MEXICO EN LOS CAMBIOS DEL ENTORNO INTERNACIONAL

  1. La reforma del Estado

El Estado mexicano surge como un producto de la revolución de 1910, y se consolida como la fusión del Estado y la economía. Tuvo un carácter de lucha de clases, donde se buscada derrotar a la élite privilegiada por parte de la clase trabajadora campesina, con el propósito de lograr un cambio en las estructuras de poder de la nación. Esto se reflejó en la transformación de una coalición tradicional donde en gobierno con énfasis en el sector exportador, a una coalición moderna con un énfasis en los nuevos grupos industriales. Esto incentivó la industrialización del país, y favoreció la imposición de modelos como el afamado modelo de sustitución de importaciones.

A pesar de la inestabilidad política constante, donde la figura presidencial se veía continuamente amenazada por la figura del caudillo que se extendía por todo del territorio, para 1935 que se consolida de manera más o menos estable el Estado mexicano, se podía decir que era el país más fuerte de América Latina. Esta estabilidad y fortaleza política permitió que el Estado centrara su atención al crecimiento y desarrollo económicos, y varios años más tarde, empujados por las tendencias de modernización y las exigencias de apertura económica al estado, tanto por parte de la sociedad civil como de instituciones internacionales, llevaron a una serie de reformas, principalmente administrativas que buscaban la modernización de la economía mexicana.

Si a esto le sumamos el fenómeno de la globalización, que permitió la internacionalización del mercado mundial y la generalización de la democracia; así como la tendencia de integración supranacional, que en México se vio reflejada en la firma de tratados de libre comercio, podemos decir que la década de los 80s fue fundamental para el establecimiento y desarrollo de la economía neoliberal que tenemos hoy día en México.

Debido a la profunda crisis de confianza en el estado después del gran fraude electoral, sumado a las demandas de transformación e integración económica efectiva, en 1989 el presidente Carlos Salinas de Gortari propone una serie de reformas como respuesta a dichas demandas. Las reformas fueron principalmente de carácter legal y administrativo, y unos de sus puntos centrales fueron la reducción del tamaño y cantidad de entidades gubernamentales y la venta de empresas paraestatales, que antes habían sido propiedad exclusiva del estado, al sector privado.

De manera más explícita, la propuesta de Carlos Salinas de Gortari significaba una reforma del artículo 23 constitucional y leyes electorales, así como de otorgar autonomía al Banco de México, la desregulación comercial y la firma de diversos tratados de libre comercio. Se redujo la cantidad de entidades públicas de 1155 a sólo 280, el gasto público sufrió recortes (antes constituía el 22% del PIB) y se limitó la deuda pública, que representaba el 38% del gasto público. Se obtuvieron buenos resultados, ya que hubo un superávit de las finanzas públicas. Para intentar compensar los efectos negativos para las clases medias y bajas de esta política neoliberal, el estado estableció programas como el Pacto Solidaridad Social en 1989 y el SEDESOL en 1990. Estos programas significaron el incremento de la credibilidad en el gobierno y el apoyo de la población, sin embargo, de acuerdo al Fondo Monetario Internacional estas medidas no resultaban verdaderamente efectivas en el combate contra la pobreza.

Salinas dio continuidad y consolidación al modelo neoliberal con su política económica, a la vez que concentraba el poder en su persona. Esto le valió un triunfo en el nivel macroeconómico, pero una derrota política y social dentro de la nación mexicana.

Las privatizaciones impuestas por las reformas de Gortari han implicado la búsqueda de flujos financieros y el repunte del sector productivo con participación extranjera, además del adelgazamiento de las facultades del Estado. Después de todo, el propósito de este era el atraer recursos (en forma de inversión extranjera directa) y adelgazar el gasto público. Es decir, la meta era eliminar la intervención del estado en la economía y dejársela a particulares con la capacidad de inversión. De esta manera, se dio una centralización del poder en el sector accionario, y para el tercer periodo de privatización en 1990, ya existía un enorme flujo de capitales en el país.

El 21 de diciembre de 1994, al asumir Zedillo la presidencia, México sufre la peor crisis financiera de la era moderna. Esta crisis evidenció la falta de estabilidad de la economía nacional a pesar de los recientes triunfos financieros, y para aliviar la precariedad económica el gobierno retomó la antigua práctica de solicitar préstamos norteamericanos.

Es entonces cuando se propone la privatización del sector energético, pero significando sólo la privatización de la industria del gas natural, y no del petróleo, que continuaría siendo propiedad de la nación. Después se propuso la privatización de las compañías eléctricas, realizando modificaciones en los artículos 27 y 28 constitucionales, para con esto permitir la intervención de inversionistas privados, tanto nacionales como extranjeros, en un servicio que había sido propiedad entera del estado desde 1960. Las modificaciones a la ley se aprobaron en 1999, y entraron en vigor un año después, en un modelo de explotación monopólica en diversas zonas de distribución por periodos de treinta años. Antes de la privatización, las firmas privadas podían construir, operar y ser propietarias de plantas, pero la distribución y transmisión seguía siendo de dominio del Estado. Con la nueva ley, se les permite vender el servicio a la población mexicana. Naturalmente hubo movimientos en contra, lideradas por el sindicato de trabajadores de la CFE, la UNAM e incluso el EZLN.

De acuerdo al gobierno y a las instituciones económicas, el objetivo de las privatizaciones ha sido liberar los recursos públicos para atender las demandas sociales de la población,  canalizar los escasos recursos del sector público en áreas estratégicas y prioritarias, concentrar la atención del Estado en las áreas apremiantes de la población y eliminar gastos y subsidios no justificables. Todo esto tenía la intención de propulsar el desarrollo en las áreas básicas de servicios sociales, sin embargo, esto nunca se logró.

Carlos Salinas de Gortari también promovió la privatización de la banca, argumentando que la competencia por la inversión generaría desarrollo y volvería más efectivo y moderna al sistema financiero mexicano. Sin embargo, seis años después de la privatización bancaria, esta no cumplió ni de cerca sus propósitos, e incluso se excedió en las capacidades otorgadas por la ley. Se le dio prioridad al apoyo del sector bancario moderno desatendiendo urgencias sociales, lo cual naturalmente aumentó los niveles de pobreza y generó un descontento social.

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