MUJER Y ESCLAVITUD

“Mujer y Esclavitud” de la investigadora Celsa Alber Batista es un relato fascinante y conmovedor, que nos muestra cómo el sistema esclavista español, desde el mismo momento de la invasión a la isla, marcó con la misma fuerza y crueldad tanto a nuestro aborigen, los tainos, como a los esclavos africanos.

 El primer trauma que experimentan los habitantes de la isla fue la propia invasión de los colonizadores españoles que impusieron sus costumbres, creencias y tradiciones, luego el segundo impacto socio demográfico fue la desaparición del mundo indígena y por último la perdida de la dignidad del ser humano.

 La llegada a la isla de la negra esclava africana estuvo relacionada a dos causas fundamentales: primero

como medida de contra insurgencia para aplacar a los hombres esclavos que estaban sublevados por el mal trato y la discriminación a la que estaban sometidos, y segundo como una maquina reproductora de esclavos, sus embarazos la llenaban de alegrías y dolor, porque estaba consciente que su bebe seria arrancado de su lado en el mismo momento de su nacimiento y que muy posiblemente nunca más lo volvería a ver, o sea que ese niño o niña venia esclavo desde el mismo vientre materno.

 La mujer negra africana no solo perdió su derecho de ser libre, de vivir con sus seres queridos, en la tierra que la vio nacer, sino que perdió algo mucho más importante y significativo , perdió la dignidad de ser humano. Desde ese mismo momento en que fue cazada como un animal en su propia tierra, que lo condujeran a un zoológico, alejada de todo lo que le era familiar, conocido, fue violentada en lo mas profundo de su ser. Es fácil imaginarnos la confusión e impotencia extraordinaria que debió experimentar esta pobre mujer.

 Luego al ser trasportada en los buques negreros, que sabemos que no reunían las mínimas condiciones sanitarias, sería oportuno reflexionar como se hacían en los días de su periodo menstrual, ya que sabemos que eran encadenadas y engrilletadas durante toda la travesía y estamos hablando de meses. Pienso y me conmuevo lo

que debió sentir viviendo una experiencia tan degradante, penosa y bochornosa. Cuando llegaban a puerto eran exhibidas en el mercado de esclavos y vendidas de acuerdo a su condición física y actitud para el trabajo.

 Esta valerosa mujer fue la que sostuvo la empresa colonizadora desempeñando un papel sumamente importante en el proceso de producción y desarrollo social. Ella eran mujeres fuertes que trabajaban en diferentes actividades: eran las que regenteaban el hogar, las que pasaban por un proceso de transculturización (negras ladinas) eran empleadas en los trabajos domésticos, nodrizas y nanas, también como de desahogo sexual del amo. Esta cercanía con los niños de los amos, hacia que se desarrollara un vinculo emocional con los mismos, a la vez que se creaba un espacio para la trasmisión de la cultura africana.

 En muchas ocasiones las hijas de los esclavos eran reservadas para la primera relación sexual del hijo de los amos. También la mujer negra era utilizada con fines curativos, hombres con enfermedades en la piel, buscaban a una virgen o mujer negra para ser sanado.

 Las negras traídas directamente desde África (negras bozales) eran utilizadas en los trabajos más fuertes, tales como, cría de animales domésticos, mantenimiento y recolección de siembras y como jornalera o vendedora de víveres, tejidos, leña,

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