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Masoneria

palomazuppa24 de Noviembre de 2014

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Universidad Politécnica de Querétaro.

MASONERIA Y SIMBOLOGISMO.

Nombre: Martha Paloma Zuppa Ramírez.

Carrera: Ingeniería en Tecnologías de Manufactura.

Asignatura: Herramientas Ofimáticas.

Profa.: María Laura Ruiz.

Jueves 2 de Octubre de 2014.

INDICE.

I. Introducción………………………………………………………….pág. 3

II. Antecedentes de la masonería………………………………………pág. 4

III. Los símbolos y ritos masónicos…………………………………...pág. 5

a) Símbolos geométricos…………………………………………….pág. 5

b) Símbolos sonoros y vocales……………………………………...pág. 7

c) Símbolos en movimiento………………………………………...pág. 8

IV. Masonería moderna………………………………………………pág. 9

V. El símbolo masónico en los cementerios………………………….pág. 10

VI. Conclusión……………………………………………………......pág. 16

VII. Bibliografía……………………………………………………….pág. 17

Introducción.

Los ritos son esencialmente, y ante todo, el vehículo de la influencia espiritual, que sin ellos no puede transmitirse de ninguna manera; pero, al mismo tiempo, y en la medida en que tienen un carácter simbólico en todos los elementos que los constituyen, conllevan necesariamente también una enseñanza en sí mismos, puesto que, los símbolos son precisamente el único lenguaje que conviene realmente a la expresión de las verdades de orden iniciático. Inversamente, los símbolos son esencialmente un medio de enseñanza, y no sólo de enseñanza exterior, sino también de alguna cosa más, en tanto que ellos deben servir sobre todo de «soportes» para la meditación, que es en cualquier caso el comienzo de un trabajo interior.

La Masonería opere en el iniciado el Conocimiento, por medio de los útiles que proporciona la Ciencia Sagrada, sus símbolos y ritos. Precisamente esto es lo que procura la Masonería como Organización iniciática y lo confirma la continuidad del paso tradicional que hace que igualmente pueda encontrarse en la Masonería especulativa, de modo reflejo, la virtud operativa y la comunicación con la Logia Celeste, es decir la recepción de sus efluvios, que son los que garantizan cualquier iniciación verdadera.

ANTECEDENTES DE LA MASONERIA.

La Masonería, organización iniciática integrada dentro de la gran corriente del Hermetismo, remonta sus orígenes históricos a la época de los constructores medievales, conocidos como los free-masons o franc-masones (los «albañiles libres»), si bien éstos eran depositarios de una herencia mucho más antigua, como atestiguan las propias leyendas masónicas con genealogías que se remontan a la construcción del Templo de Salomón, e incluso mucho más allá, a los tiempos antediluvianos y primordiales.

Recordaremos que los franc-masones eran llamados así por estar exentos del impuesto de franquicia, lo que les permitía viajar y practicar su oficio con total libertad, aunque si se quiere ir al fondo de las cosas hemos de admitir que por encima de ese aspecto exterior el antiguo masón era libre porque el ejercicio de su arte, el Arte Constructivo, emanado de la Ciencia Sagrada, lo llevaba al desarrollo de todas las potencias de su ser, y no existe a nivel humano mayor libertad que la que conlleva el conocimiento de lo que en realidad somos. «La verdad os hará libres» se lee en el Evangelio de Juan, patrón de la Orden masónica.

Ese espíritu es el que ha heredado la Masonería actual, la nacida en el siglo XVIII, a través de los símbolos de la construcción (como los números, las formas geométricas y las herramientas), a saber: que ante todo se trata de los vehículos de la edificación interior, del templo espiritual, que está en la esencia misma de lo que ha sido y es la Masonería, la cual nos enseña a conocer el sentido iniciático de su Arte, pues sólo a través de ese conocimiento podemos realizar, u operar, en nosotros mismos los principios derivados de él.

Por esta razón al Arte Constructivo se le ha llamado el «Arte Real», idéntico a la «Gran Obra» de la Alquimia, y como tendremos ocasión de ver a lo largo de estas páginas numerosos símbolos masónicos están directamente vinculados con la enseñanza alquímica, constatando además la existencia de una geometría sagrada empleada por igual por los filósofos herméticos y los constructores para la descripción de la Cosmogonía, concebida como una Arquitectura o Harmonia Mundi.

En efecto, los símbolos masónicos se refieren a un conjunto de ideas relacionadas directamente con el conocimiento de la Cosmogonía, y por tanto del hombre, pues éste es un cosmos en pequeño, un microcosmos. Precisamente los antiguos constructores consideraban al Cosmos (con sus distintos planos o niveles: celeste, intermediario y terrestre) como su modelo simbólico por excelencia, y para levantar sus edificios imitaban las estructuras de ese modelo, reveladas sobre todo a través de las formas geométricas, entre las que destacan el círculo y el cuadrado, símbolos respectivos del Cielo y la Tierra.

Esas formas y estructuras simbólicas siempre responden a unos arquetipos universales, a unos principios que son coetáneos con cualquier tiempo o circunstancia histórica o personal, por lo que pueden ser actualizados en cualquier momento, aquí y ahora.

SIMBOLOS Y RITOS MASONICOS.

Dentro de la masonería se clasifican en tres tipos los símbolos.

SIMBOLOS GEOMETRICOS.

Sobre la importancia de los símbolos geométricos y visuales en la Masonería antiguamente se identificaba a ésta con la propia Geometría, lo cual es perfectamente lógico pues esta última encuentra su aplicación natural en la Arquitectura. En efecto, la palabra Geometría deriva de Gea (tierra) y metrón (medida), es decir «medida de la tierra», lo que desde luego tiene mucho que ver con el oficio de constructor en cuanto que éste debe comenzar por delimitar (y por tanto medir) un espacio con el fin de realizar su obra.

Por otro lado, el simbolismo geométrico es, al igual que el numérico, una de las herencias más importantes que la Masonería ha recibido de la Tradición Pitagórica. Hay que recordar que los gremios medievales de constructores procedían directamente de los Collegia Fabrorum (o agrupaciones de constructores) de la antigua Roma, y que éstos habían recibido gran parte de sus conocimientos sobre geometría sagrada directamente de los pitagóricos. Una filiación jamás interrumpida existiría entonces entre la Orden masónica y la pitagórica, hasta el punto de que muchos masones han visto en la Masonería una adaptación del Pitagorismo a los tiempos actuales. Lo cierto es que en las leyendas masónicas Pitágoras figura, junto al dios Hermes.

El simbolismo geométrico, debemos considerar dentro de éste a las propias herramientas o útiles. Concretamente hablamos del Nivel, la Plomada (o Perpendicular), la Escuadra y el Compás. Todas ellas están relacionadas directamente con las formas geométricas fundamentales. Por ejemplo, la Plomada es claramente un símbolo de la vertical, y el Nivel de la horizontal.

En el simbolismo constructivo ambas son indisociables y se necesitan mutuamente, pues la verticalidad del edificio, es decir su perpendicularidad, le viene dada por la perfecta nivelación del mismo. Y a su vez esa nivelación es la resultante de un equilibrio que se consigue gracias a la presencia constante de un eje vertical, que señala el «justo medio» que impide cualquier desnivelación. La Plomada y el Nivel representan entonces los dos ejes de coordenadas que posibilitan el levantamiento armonioso de toda la construcción.

Lo mismo ocurre con la Escuadra, que se forma por la unión de una vertical y una horizontal. Con este útil también construimos la cruz si unimos dos escuadras por sus vértices respectivos, e igualmente la figura del cuadrado, con lo cual se genera un «encuadre» que configura o delimita un espacio simbólico que sintetiza la idea misma de templo. Ambas figuras, la cruz y el cuadrado, son inseparables de la idea de cuaternario; así: los cuatro elementos, los cuatro puntos cardinales, las cuatro estaciones, los cuatro períodos cíclicos de la humanidad, las cuatro fases de la luna, las cuatro etapas de la vida humana, etc. En realidad la Escuadra es un ángulo recto, y ella está destinada a «escuadrar» la piedra durante su proceso de pulimento una vez ha sido trabajada con la ayuda del Mazo y el Cincel.

la relación del Compás con el círculo y con todas las figuras que tienden a la circularidad, que siempre son generadas a partir de un centro previo, que es precisamente el que señala uno de los dos brazos del Compás, aquel que permanece inmóvil mientras el otro gira a su alrededor. El centro de la circunferencia sería, pues, una imagen simbólica del Principio, y la circunferencia misma, una imagen a su vez de la multiplicidad de la manifestación, surgida o generada por la irradiación de ese Principio,

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