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Mexico Leyes de Reforma

guzmandesign94Informe26 de Octubre de 2014

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México.-

Leyes de Reforma

El presidente Juárez, presionado por las difíciles circunstancias, decide decretar una serie de leyes en las que radicaliza aún más su política en perjuicio de sus adversarios.

Por medio de esas leyes se establece la separación de la Iglesia y el Estado. Se suprimen las corporaciones de los regulares masculinos y de los sacerdotes secularizados. Se extinguen las cofradías y las archicofradías y todas las corporaciones religiosas. Se clausuran los noviciados de los conventos, pero se conservan los antiguos con capitales y dotes. Se expropian en favor de la Nación todos los bienes administrados por el clero secular y regular, La remuneración que hacen los fieles al sacerdote por concepto de la administración de los sacramentos, así como de los demás servicios religiosos, es materia de un convenio libre entre las partes, y la autoridad civil no puede intervenir en ello.

Se decreta la ley del Registro y del Matrimonio Civil.

Como puede advertirse, Juárez y su gobierno se habían propuesto liquidar al adversario, por medio de la creación de un nuevo Estado y una relación entre la sociedad y el gobierno.

La guerra se prolongaba y los conservadores requerían ayuda del exterior, así que tienen que recurrir a sus agentes, y uno de ellos era Juan Nepomuceno Almonte, hijo natural del prócer José María Morelos.

El Tratado Mon-Almonte

Juan Nepomuceno Almonte, quien había fijado su residencia en Francia, funge comorepresentante del presidente Zuloaga. En septiembre de 1859, firma con Alejandro Mon, ministro de España, un convenio mediante el cual el gobierno conservador se compromete

a reconocer y a pagar todas las deudas atrasadas y a resarcir los daños causados a los españoles que habían sido agredidos y asesinados, a cambio de que el gobierno español otorgue su reconocimiento a los conservadores.

En efecto, el gobierno español brinda todo su apoyo a la facción conservadora.

Por su parte el gobierno de Juárez, cuyos recursos eran casi nulos, busca el apoyo del

gobierno de los Estados Unidos, y para ello firma con este país un peligroso tratado.

Segunda intervención francesa

El Estado mexicano hasta estos momentos no había podido organizar ni la economía ni lasfinanzas del país. En el ámbito agrario, la producción agropecuaria seguía siendo insuficiente, la industria y el comercio continuaban desorganizados y, en consecuencia, las arcas de la Nación estaban vacías, así que la hacienda pública carecía de los recursos para solventar sus deudas internas y externas y sus gastos. En resumen, era un Estado pobre con una clase baja en la miseria, que contrastaba con una alta sociedad en la opulencia. Era, en fin, una situación muy semejante a la actual.

En cuestiones de política interna el país se debatía en medio de graves problemas, ya que no había tenido un momento de paz y se hundía en el caos.

El poder temporal, material, económico y político de la Iglesia ha estado por encima del poder del Estado, como se ha podido observar a lo largo de la historia, por ello, cuando se ha sentido amenazada, ha defendido sus intereses en todas las formas: persiguiendo, encarcelando, fusilando, torturando y matando a sus adversarios. Nuestro país ha sido testigo de esta política.

En el ámbito externo es posible observar el imperialismo en acción. Los países industrializados buscan por todos los medios mercados que les provean de materias primas o de consumidores para sus productos finales.

Así, en los años 50 del siglo pasado y los años posteriores, el imperialismo se deja sentir con gran intensidad. Inglaterra, Francia, Rusia, Alemania, Estados Unidos, Italia, tienen una poderosa presencia militar, económica y diplomática en todo el mundo.

En el caso de México, esto se manifiesta en la guerra de Texas, la primera guerra contra Francia, la guerra contra Estados Unidos y la Intervención Francesa y un Imperio.

En los primeros días de 1861, el presidente Juárez se reelige. Como consecuencia de ello se inconforman Melchor Ocampo y Jesús González y se separan del centro del poder.

Los conservadores, aunque vencidos, continúan en actitud de rebeldía atacando poblaciones. Miguel Miramón y Leonardo Márquez con el lema Religión y fueros incitan al pueblo a unirse a su causa.

El presidente Juárez responde a la actitud desafiante de la Iglesia expulsando al Nuncio Apostólico Luis Clementi y también a los diplomáticos que se entrometen en los asuntos del país, como Francisco Pacheco, embajador de España en México, Felipe Neri, ministro de Guatemala, y Pelagio Antonio Labastida y Dávalos, arzobispo de México.

En 1861 el país pierde a cuatro liberales distinguidos, Miguel Lerdo de Tejada, Melchor Ocampo, Santos Degollado y Leandro Valle, los tres últimos fueron asesinados por los conservadores.

El 17 de julio el gobierno juarista decide suspender durante dos años el pago de la deuda pública debido a que la crisis económica es aguda y el Estado no tiene posibilidades para solventar los compromisos contraídos. Esta disposición afecta los intereses de España, Inglaterra y Francia, países con los que México tenía adeudos pendientes.

El destierro de los personajes mencionados y la suspensión de pagos provocan escándalo en Europa, y se hacen circular indicios de una próxima intervención en México para hacer que en este país se establezca el orden.

Tiempo atrás en Inglaterra se habían hecho planes para establecer en México una monarquía, pero nunca se puso en marcha este proyecto.

No así en Francia, gobernada por Luis Napoleón Bonaparte, más conocido por Napoleón III, quien es sobrino del gran corso Napoleón Bonaparte y quien aspiraba a imitar las glorias de su tío. Napoleón III se dio a la tarea de crear un imperio en México y para ello contó con los oficios y servicios de José Manuel Hidalgo, José María Gutiérrez Estrada, Juan Nepomuceno AImonte, hijo natural de Morelos, Teodosio Lares y otros conservadores más.

El tiempo es propicio para dar cumplimiento a estos planes. En Estados Unidos se había iniciado un conflicto interno, la Guerra de Secesión, y por tanto ese país no podía intervenir en contra de estos proyectos. Es así como las tres potencias molestas con la política de Juárez se disponen a unir sus fuerzas para presentar sus reclamaciones contra México.

El 31 de octubre de 1861, la reina Victoria de Inglaterra, Isabel II de España y Napoleón III, emperador de los franceses, firman un convenio que es conocido como la Convención de Londres.

En Inglaterra se había preparado un ambiente favorable a la intervención con el argumento de que México había entregado a España rentas por varios millones de dólares, y por esa razón ahora era un país insolvente en el que la anarquía había hecho ascender la deuda a $200 000 000.00 de pesos y sólo se podría salvar con una intervención extranjera.

Presionado por los acreedores, el gobierno de Juárez levanta el decreto de suspensión de pagos y declara que buscará arreglos con esos países, pero aún así las tres potencias se disponen a enviar sus fuerzas armadas.

Francia reclama el pago de $57 000 000.00 de pesos. Inglaterra reclama la cantidad de $70 000 000.00 de pesos, y España $ 9 500 000.00 pesos; en total a México se le reclamaban $163 500 000.00 pesos.

Inglaterra envía como su representante a Charles Wycke, Francia al conde Dubois de Saligny, y España al general Juan Prim, conde de Reus, marqués de los Castillejos.

El 8 de diciembre de 1861 llega a Veracruz la flota española, y en los primeros días de 1862 la de Inglaterra y la de Francia. El general Prim es designado comandante de las fuerzas intervencionistas. Por parte de Inglaterra más tarde llega Hugh Dunlop, y por Francia Jurien de la Graviere.

El 10 de enero de 1862 las fuerzas extranjeras lanzan una proclama al pueblo mexicano expresando que no llegan en son de conquista, sino para cobrar las deudas y brindar ayuda al pueblo.

Entre el 10 y el 13 de enero, se envían notas y además un ultimátum al gobierno de Juárez exigiendo el pago de las deudas, notificando que la armada francesa ocuparía los puertos para garantizar los pagos. España, por su parte, requiere el cumplimiento del tratado Mon-Almonte. El gobierno mexicano rechaza todas estas exigencias.

Y previendo una agresión contra el país, el 25 de enero de 1862 se expide una ley en la que se declara que incurre en la pena de muerte quien apoye o favorezca la intervención, pues esto se considerará como un delito contra la independencia y soberanía del país, y por tanto, en el caso de que algún mexicano la apoye, incurrirá en el delito de traición a la patria.

Juárez, al enterarse de que los conservadores fraguaban la creación de una monarquía con el apoyo de estas potencias extranjeras, decreta esta ley. Y así, por la vía legal, se prepara para hacer frente a esta agresión.

En lo que se refiere a las reclamaciones monetarias, Juárez se dispone a negociar las que sean justas, para ello designa como su representante al general Manuel Doblado.

El 19 de febrero de 1862 se realiza una serie de convenios que son conocidos como Los Convenios Preliminares de la Soledad. En ellos se reconoce al gobierno de Juárez como legítimo, y que México tiene la fuerza suficiente para sofocar sin ayuda toda rebelión. Los aliados presentan sus reclamaciones a nombre de sus países, declarando que no intentan socavar la soberanía e independencia de México, y acuerdan hacer negociaciones en Orizaba, donde concurrirán los representantes del gobierno mexicano. Durante las negociaciones los ejércitos

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