Origen De Los Inquilinos Chile Central
DeRengo1 de Agosto de 2013
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Resumen
ORIGEN DE LOS INQUILINOS DE CHILE CENTRAL. MARIO GONGORA
INTRO: EL Inquilinaje fue una institución derivada de la encomienda que se originó en el siglo XVII y aumentaron las actividades agropecuarias. A los encomendados se les denomino inquilinos.
La escasez de mano de obra en el siglo XVIII, obligo a los hacendados a entregar en préstamos o arrendar sus propiedades a los mestizos chilenos, a cambio de su mano de obra. De este modo sin pagar remuneraciones, el terrateniente se aseguraba de la producción de su fundo.
Por medio del préstamo o canon que era el arriendo de las tierras a los inquilinos, esto implicaban los deberes que tenían que asumir, es decir, la custodia del ganado y de los linderos del fundo.
La gran hacienda iba desgastando su necesidad de servicio sobre los arrendatarios y el canon en dinero fue paulatinamente decreciendo, siendo el trabajo personal en la hacienda la verdadera forma de pago por el uso de la tierra.
La trilla se debe al aumento de la exportación a Perú (del trigo) aumentaron los arrendatarios es decir los inquilinos ya que ellos eran los encargados de la producción del fundo, por esto los terratenientes aumentaron el plus producto (aumento de la producción) por el plus trabajo (aumento del trabajo) por el canon que era pagado con especies y que no alcanzaba a cubrirlo.
A mediados del siglo XVIII los campesinos se endeudan al no poder pagar el arriendo, entonces el terrateniente exige el pago en servicios esto se ve como una forma más de pago, luego el trabajo extra es una obligación del inquilino servirle al terrateniente , también se ve el pago por medio de los peones o hijos del arrendatarios que facilitaban la producción de algunas faenas o actividades .Sin embargo, los inquilinos les pagaban por el trabajo que no están en su obligación, por medio de fichas para después consumir productos en las pulperías, de esta manera se ve como una obligación de trabajar más de lo establecido.
Inquilinos; del alquiler; De pequeñas porciones de tierras de secano a labradores pobres a razón de una fanega por cada una que se siembra en las chacras cercanas a Santiago, el inquilino posee plena libertad de movimiento aunque se marca espontáneamente una tendencia hereditaria, están obligados a ayudar en el rodeo y marcar a los animales de la hacienda, llevarlos a la engorda para la matanza, a la limpiar las acequias, trillar el trigo, acompañar a caballo al dueño y efectuar las conducciones que éste le encargue y otros pequeños trabajos que son pagados, para sembrar su pequeño lote tiene que alquilar yuntas de bueyes y arados, aparte para adquirir la semilla cayendo en manos de prestamistas usurarios, que le compran luego a precios ínfimos las cosecha.
Arrendatario; Suele poseer ganado menor, siempre vacas y caballos no aumenten más allá de cierta medida, el contrato puede terminar con 8 días de aviso, el inquilino tiene derecho a coger sus cosechas pero nada recibe si ha plantado árboles o verificado alguna mejora.
Dueños; Paga raramente en dinero los jornales, tanto al inquilino como a los peones, prefiriendo distribuir especies que tiene en el pulpería.
Fuentes de la investigación; en archivos chilenos y en unos pocos archivos españoles.
La documentación más directa es la que deriva de libros de cuentas de haciendas. El Archivo de Jesuitas, sección del Archivo Nacional, constituye bajo este aspecto un material privilegiado. Los autos de ocupación de las propiedades de la Orden en 1767, las cuentas de su administración hasta el momento en que se arrendaron o vendieron, y los documentos de fecha anterior a 1767 que fueron incautados, arrojan una buena luz sobre el estado de esas haciendas. La tasación de las tierras, casas, bodegas, molinos, curtidurías, ganados, etc.; las deudas y créditos pendientes; la orden de efectuar rodeos para inventariar los animales, constituyen vetas interesantes para muchos aspectos de la historia rural, entre otros para el nuestro. Los salarios de peones y sirvientes y los cánones de arrendatarios o inquilinos se encuentran respectivamente al deber en el haber, figuran asimismo largas listas de esclavos, negros utilizados por los jesuitas en sus propiedades.
Tenencias de los indios en las estancias de los españoles:
Constituyeron durante los siglos XVI Y XVII la forma más utilizada por los propietarios de proveerse con seguridad de mano de obra; ¿Son, pues los indios de estancia el antecedente correspondiente al posterior inquilino?
Naturalmente, la similitud parece completa a primera vista, casi una identidad. La tenencia de tierras con trabajo y la dependencia social constituyen, sin embargo, rasgos constantes y demasiado generales, a lo largo de siglos, dentro y fuera de América. Conviene no olvidar las diferencias estructurales más finas.
¿De dónde proceden los indios de chacras y estancias? Es una serie de grupos de acarreo, cuya nota común es la de no estar adheridos a pueblos o comunidades indígenas. Entre ellos, están los yanaconas peruanos de la primera hora de la conquista, modelo de este tipo de indígenas desarraigados.
Los extraídos de sus pueblos por cautiverio u otras formas, indios “de servicio personal”, como se llamaba hacia 1600 a los que han sido trasladados por grupos desde sus pueblos a las estancias de sus encomenderos; aucas o araucanos cogidos en guerra, esclavos y después de su emancipación por sus parientes, indios de cualquier clase concertados o asentados mediante salario a servir en la tierra por plazos renovables de un año, todos estos grupos forman la masa de los indios de estancia, llamados al final en sentido amplio yanaconas, algunas de estas mismas categorías sirven asimismo, como asalariados en las ciudades; El dueño de la estancia alivia así el suministro de raciones y trata de fijar una fuente de trabajo dentro de su propiedad, es ese el último sentido básico de la formación de la clase de los indios de estancia.
¿Cómo vive el indio de estancia?, hasta muy al final del siglo XVII no se sabe muy bien, no existen documentos que cuenten de estancias se sabe que el propietario estaba obligado hacerles sus chacras y sementeras.
¿Cuál era la cifra de los indios de estancia? Parece imposible saberlo respecto del siglo XVI se enumeraron 2.162 yanaconas en parte indios beliches, en parte fugitivos de sus pueblos, el indio de estancia está sujeto a desarraigos por los propietarios, cuando las encomiendas salen de una familia, cuando los estancieros adquieren una nueva tierra, desplazan a su gente del servicio.
Prestamos de tierra;
Lo que distingue al préstamo del “longuero” o arrendamiento es su carácter gratuito y netamente personal se constituye en relación a la persona del prestatario cesa cuando éste muere, (el préstamo duraría por toda la vida de éste).
El préstamo desempeña un papel importante en regiones ganaderas, varios litigios de tierras en el valle central permiten observarlo muy bien, el rasgo familiar o personal de cada caso queda subsumido en una forma general, se sigue usando la preferencia aquella denominación se refiere siempre a pedazos de tierra o más o menos individualizados por sus nombres, a partes de la estancias, no a ésta en su totalidad, españoles mestizos, con algún ganado menor, cuando se trata de potreros fértiles, se hacen a veces cercos de empalizada o incluso de piedra, hay dueños de ganados que piden prestadas sucesivamente varias tierras en la misma región para sus ovejas o cabras, desocupándolas cuando el dueño las necesita, cuando levan sus ganados de una parte a otra, suelen tardar días y noches en la marcha alejando “de prestado” donde los coge la noche, el ganado que queda prestando en los cerros tiene que ser recuperado, los hombres que reciben las tierras en préstamo en esta zona son a veces antiguos mayordomos de estancia o sus familiares.
Debemos recordar que en el siglo XVII se observa a menudo el abandono de una tierra por falta de gente de servicio, es un mal crónico en décadas que caen hacia mediados del siglo.
Las chacras habían sido anteriormente cultivadas, el dueño es quien ofrece el préstamo, el beneficiario que tiene otra propiedad coloca en la porción ofrecida a un negro carretero, que le traía leña y a otro que sembraba para sí porotos y maíz, viviendo ambos en un rancho que servía
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