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POSMODERNIDAD - DÍAZ, ESTHER. ¿QUE ES LA POSMODERNIDAD?


Enviado por   •  25 de Junio de 2015  •  1.459 Palabras (6 Páginas)  •  1.323 Visitas

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POSMODERNIDAD - DÍAZ, ESTHER.

¿QUE ES LA POSMODERNIDAD?

1). El fin de las utopías.

Al promediar el S. XX algunas corrientes comenzaron a utilizar el termino “posmodernidad” para referirse a ciertas manifestaciones culturales contemporáneas.

El término moderno se remite al s V y significa “actual”. El sentido de moderno como nuevo, renovador, actual, sigue vigente. Por lo que, si existe un movimiento posmoderno, en tanto nuevo, podría ser abarcado en el concepto moderno, como de hecho lo hacen algunos autores.

Pero si bien la modernidad surgió en oposición a una época clásica, ha conformado modelos perdurables, por eso está ya incluida en lo clásico. Como periodización histórica ya es pasado.

El discurso de la modernidad se refiere a leyes universales que constituyen y explican la realidad: determinismo, racionalidad, universalidad, verdad, progreso, emancipación, ahorro. Fue rica en “ismos”: iluminismo, modernismo, empirismo, racionalismo, positivismo.

El discurso de la posmodernidad, en cambio, sostiene que solo puede haber consensos parciales, diversos juegos de lenguaje o paradigmas inconmensurables entre sí. Algunos de sus términos son deconstrucción, alternativas, perspectivas, indeterminación, irreversibilidad, descentralización, disolución, diferencia. Es rica en “post”: posestructuralismo, posindustria, poscrítica, poshistoria, posciencia, posfilosofía, possexualidad.

2). El cóctel fantástico: ética, ciencia y arte.

1. Lo ético – social. La nueva actitud es una especie de descreimiento en el progreso global de la humanidad. La tan mentada globalización no hace más que desnudar su propia falacia: se globaliza el dominio neoliberal pero cada vez hay más ganancias concentradas en menos manos y hay, por consiguiente, más pobreza.

Las ideas modernas estaban convencidas de ser un beneficio para la humanidad. Pero ‘humanidad’ es un término muy abarcador. Son miembros de la humanidad los explotadores y explotados. Todos ellos podrían querer legitimar su interés en un discurso de “emancipación de la humanidad” porque se sienten parte de ella. Mucha sangre se ha derramado en nombre de los ideales enmancipatorios, ¿quien puede decidir cual es el universalmente justo?

Hay una perdida de fe en las ideologías duras, como el comunismo. Pero el neoliberalismo, que pretende pasar por “no duro”, bombardea pueblos con total impunidad.

Los vanguardistas modernistas proclamaban hedonismo: libertad artística, exaltación de los sentidos y criticaban a la sociedad burguesa conservadora y ahorrativa. Pero el desarrollo económico del capitalismo tomo los ideales del modernismo y los incorporó a su dinámica productiva, demostrando que el hedonismo no es cosa de bohemios.

Los eslóganes del capitalismo tardío son: espontaneidad, placer, objetos de lujo, publicidad, moda, megarrecitales auspiciados por políticos y empresas multinacionales, medios masivos y crédito. La instauración del crédito socavo el moderno principio del ahorro. Antes se ahorraba para un mañana mejor, ahora se gasta antes de tener dinero. La libreta de ahorro era moderna, la tarjeta de crédito es pos moderna. El éxito económico, como ideal a ser alcanzado, es una de las principales utopías que conserva la sociedad moderna.

2. Ciencia y tecnología. En la modernidad, la ciencia determinaba que es lo verdadero. Se creía que la ciencia, la moral y la política obtendrían legitimación desde una gran relato emancipatorio, que la razón única iluminaría la verdad en un sistema armónico. Sin embargo, esta unidad se resquebraja en la cultura actual. La ciencia entra en crisis interna y externa. Se alteran las leyes inmutables y deterministas sobre las que la ciencia pretendió apoyarse y se deteriora su imagen de salvadora absoluta de la sociedad. Ambos conflictos se tocan un punto: la tecnología. El conflicto externo se inicia en la comprobación de que la ciencia, a través de sus aplicaciones tecnológicas, produce bienestar pero también destrucción.

El conflicto interno se produce con la irrupción de teorías sólidas en si mismas pero inconmensurables entre si. Las ciencias actuales juegan, cada una, su propio juego. En teoría, cada ciencia se legitima así misma, pero en la práctica el respaldo proviene de la técnica. La ciencia no sólo necesita de la eficacia de la técnica sino también constatar la verdad para sus enunciados. La técnica requiere fuertes inversiones de dinero. En consecuencia, existe una relación directa entre inversiones de capitales en tecnología y posibilidad teórica de acceso a la verdad. De este modo, se establece un dispositivo en el que interactúan riqueza, eficiencia y verdad.

La pretensión de una uniformidad que explicaría toda la realidad, con el aval de una objetividad universal, responde al modelo de ciencia moderno. Hoy se

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