Palestina

Introducción

Palestina es una región que a lo largo de la historia ha sufrido de constantes ataques y represiones que se sucinta en la actualidad. Es importante mencionar que Palestina ha sido cuna de grandes culturas y civilizaciones, lo que tal vez ha sido el principal problema de dicho estado, ya que los constantes roces entre estas culturas han desatado conflictos en esta región.

De acuerdo con la página “Palestina: Introducción y raíces del conflicto”: “Palestina está situada en Oriente Medio, en la costa del Mediterráneo Oriental. Se trata de un territorio de reducidas dimensiones y con unos recursos naturales limitados: una estrecha franja costera fértil, un interior montañoso y desértico, y en el que el agua es un bien muy preciado. Palestina es la Tierra Santa de los cristianos, es la tierra bíblica de los judíos y en ella se encuentran varios lugares sagrados para los musulmanes”.

A continuación se analizarán los principales problemas a los cuales se ha enfrentado el estado Palestino a lo largo de su historia, resaltando principalmente su relación con el imperio otomano y el gran conflicto que ha sostenido con Israel por su territorio. Así mismo su reconocimiento como estado en la actualidad y la no aceptación de los demás estados por reconocerlo como un Estado.

Palestina y el Imperio Otomano

Durante todo el periodo de la Edad Moderna, Palestina fue un territorio ocupado y gobernado por el imperio otomano, después de que fue arrebatada a los mamelucos. Palestina aseguró al imperio otomano un gran desarrollo económico, cultural y social. Sin embargo, no fue hasta la declaración de Balfour en 1917, que Palestina deja de ser parte del imperio otomano y pasa a manos de Gran Bretaña, quien administraría dicho territorio árabe.

El imperio otomano, fue un imperio que duro poco más de seis siglos y que se ubicó en la ribera del mar mediterráneo. Durante el periodo de existencia de este imperio, que fue de 1299 a 1922, se pronuncio como una potencia imperial, ocupando bastos e importantes territorios de Oriente Medio, como Egipto, Iraq, Siria, Jordania, etc. y parte del Norte de África.

Según el sitio web “Palestina y el Sionismo”: “Palestina pasó a formar parte del Imperio Otomano en (1516), Suleimán I El Magnífico desarrolló un importante programa de obras públicas que incluyó la reconstrucción de los muros de Jerusalén que aún hoy se pueden ver alrededor de la ciudad vieja. A pesar de las obras de Suleimán I, el balance total de los cuatro siglos de dominio otomano (1517-1918) significaron para Palestina un estancamiento cultural y una progresiva decadencia económica, y sólo ocasionalmente algunos emires erigieron reinos locales que gobernaron con relativa prosperidad. El dominio otomano no significó cambios en la estructura de la población palestina, ni altero el carácter eminentemente árabe del país, pues su lengua, costumbres y cultura siguieron siendo árabes”.

Palestina solo fue para el imperio otomano una región administrativa que se fraccionó en varias provincias, las cuales fueron: Ácre, Náblus y Jerusalén. Para el continente europeo, Palestina se presentaba como una zona importante de influencia. Dicho artículo citado anteriormente menciona lo siguiente: “La terminación del canal de Suez (1869), la ocupación inglesa de Egipto (1880), y la francesa del Líbano, volvió a despertar en Europa la conciencia de la importancia de Próximo Oriente y el deseo de atraerlo a su área de influencia. El Kaiser Guillermo II visitó Palestina en (1893) tras arduos preparativos que culminaron en una serie de realizaciones germanas en los Santos Lugares, si bien su más brillante expresión fue la propuesta de un proyecto de ferrocarril Berlín-Bagdad”.

Como ya se había mencionado anteriormente, Palestina deja de ser parte del imperio otomano hasta 1922, ya que desde 1917 Reino Unido administraba a Palestina y otros territorios de facto, ejerciendo una administración territorial que le había sido encomendada por la Sociedad de las Naciones después de la Primera Guerra Mundial. El mandato entró en vigor en junio de 1922 y expiró en mayo de 1948.

El Sionismo y Palestina

Como primer término, es importante mencionar que el sionismo es un movimiento por parte de los judíos, cuyo principal objetivo es el de defender los intereses judíos de cualquier índole (políticos, económicos, etc.) a toda costa.

El sionismo ha llegado a ser comparado con el “apartheid” como un movimiento de racismo. Así lo expresa el artículo el articulo “sionismo es racismo: la postura de México”: “En septiembre de 1975, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) adoptó una resolución, promovida por el grupo de países árabes, y respaldada por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y sus satélites, que denunciaba al Sionismo como una forma de racismo. México votó a favor de la resolución, bajo una orden expresa del entonces Presidente de la República, Lic. Luis Echeverría Álvarez”.

La idea del sionismo comenzó cuando algunos personajes, haciéndose pasar por “Mesías”, promovían el regreso de los judíos a la supuesta “tierra prometida”. La idea de tomar territorio palestino inicia en el siglo XIX, cuando los judíos sufrían de detenciones y arbitrariedades en Rusia y Europa del Este, ocasionando que artesanos y granjeros palestinos se asentaran en Palestina.

El principal impulsor de este movimiento fue Teodor Herzl, quien tenía la idea de que los judíos podían asimilarse a la cultura a la cultura occidental. La gran represión que recibían los judíos, principalmente en Europa, obligo a los judíos a formar su nación en un determinado territorio.

Al respecto, la pagina “Palestina y el sionismo” menciona: “El sionismo sostenía que los judíos eran primordialmente un grupo nacional (como los polacos o los alemanes) y no un grupo religioso (como los musulmanes o los católicos) y que, como tal, tenía derecho a crear su propio Estado. La formulación clásica de la idea es la que hizo Theodor Herzl en su opúsculo Der Judenstaat (El Estado judío, publicado en Berlín y Viena en 1896) que tiene como precedentes doctrinales la obra de Moses Hess Roma y Jerusalén (1860) y la del médico judío ruso Leo Pinsker Auto emancipación (1882), de carácter panfletario, que contiene ya la consigna «Ayudaos, que Dios os ayudará». El sionismo se puso como objetivo primario la creación de un Estado judío, considerando que con ello devolvía a los judíos su estatus de nación y acabaría con el antisemitismo al que estaban sometidos en Europa”.

Posteriormente, Gran Bretaña se interesa por la zona de medio

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