Pequeña semblanza sobre Georg Simmel

El capitulo dedicado a Georg Simmel en los anales de la sociología es peculiar por decir poco. Sugerentes y excéntricos objetos de estudio para la sociología que han abierto diversas líneas de investigación y dado pie para pensar fenómenos sociales de una nueva manera. Aunado a sus opiniones controversiales sin embargo ciertas; bastaría revisar las palabras que emitió corría el año de 1902 y el drama que causó entre los materialistas históricos cuando afirmó que "el movimiento de las mujeres influirá sobre el futuro de nuestra especie más profundamente que la misma cuestión obrera" y con un reconocimiento pobrísimo por parte de la comunidad sociológica; la genialidad de Georg Simmel se expresa en su atención a la búsqueda del detalle; sus múltiples perspectivas e intereses caracterizadas por un poco discernible hilo de pensamiento expresado en un primer momento al aceptar que su metodología está fuertemente basada en intuiciones del investigador pero que en última instancia “[al objeto de estudio] sería condenarlo a la esterilidad si ante problemas nuevos se pidiera ya al primer paso de la investigación un método plenamente acabado.” (Simmel, 2014: pos 1894) y de manera tajante al haber renunciado a fundar una escuela en su honor, explican que dentro de la ortodoxia sociológica haya sido una figura con una reconocimiento intelectual escaso y tardío.

Uno de los objetos de estudios más provocadores y que poseen una importancia nodal dentro de la teoría simmealiana es el espacio. Y en su texto Estudios Sobre las Formas de Socialización en su apartado llamado de manera premonitoria “El Espacio y la Sociedad” tendrá una concepción de éste que des entonará con las corrientes hegemónicas y de sus contemporáneos sobre el tema espacial. Simmel inicia su texto con la advertencia de no tomar “ciertas condiciones formales como causas positivas productoras de éstos, ya que éstas no nos explican los motivos reales de los efectos.” (Simmel, 2012) Se trata de una postura contra la objetividad del espacio, el desmarcamiento e independencia del plano espacial respecto a la historia y el determinismo geográfico. Sin llegar a negar la importancia del espacio, Simmel explica que éste es necesario para la manifestación de las formas sociales, pero que de ninguna manera constituye un determinante para las formas sociales que se desarrollarán ahí, sino que más bien en la modificación del entorno espacial se manifiestan las energías reales.

Poniéndolo en términos más claros: el espacio en sí mismo no produce efecto alguno, sino que éste cobrará existencia en la medida que varios individuos entren en acción recíprocamente orientada otros individuos y que de la suma de aquellas formas de relación devenga la sociedad. Antes de dicha relación existe un “vacío” sin significación aparente para las relaciones humanas que se “llena” en la medida que

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