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Perspectiva De género Y Vida íntima En Chile Colonial


Enviado por   •  5 de Abril de 2015  •  2.084 Palabras (9 Páginas)  •  174 Visitas

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Universidad de La Serena

Facultad de Ciencias Sociales y Económicas

Departamento de Ciencias Sociales

Carrera de Pedagogía en Historia y Geografía

CURSO: Chile Colonial.

Segundo Semestre 2012.

Alumno: Myriam Rojas Vega

ENSAYO BIBLIOGRÁFICO

Perspectiva de género y vida íntima en Chile colonial

La vida social tanto de las colonias americanas como de chile en particular se configuraba según la estratificación principalmente económica que los grupos desempeñaban desenvolviéndose dentro de ese entorno. Por consiguiente generaban un sistema bien marcado y cerrado en cuanto a los roles que se debían cumplir como hombre y mujeres definiéndolos bajo las normas éticas y controladas por los valores de la iglesia católica.

La masculinidad y la feminidad se determinaban por convenciones sociales y culturales propios de la mentalidad de esos siglos principalmente por los roles y espacios en los que estaban circunscritos. En primer lugar trataremos la diferenciación entre hombre y mujer. En base a Ambitos de sociabilidad y conflictividad social en chile tradicional. Siglos xviii y xix por goicovic donoso

“Para las mujeres la vivienda es su ámbito natural. En la casa deben expresarse todas las virtudes cristianas exigidas por la normativa eclesiástica y civil, siendo la mujer la llamada a representar el modelo que se pretende sociabilizar; la casa es, por ende, el ámbito de realización femenino por excelencia. “

Por lo contrario el nombre dentro de este mismo espacio tiene una connotación completamente distinta determinada por las jornadas de trabajo, haciendo uso de de la vivienda solo como morador:

“Para el hombre el horario domestico es el de las sombras, el de la penumbra, aquel que invita al ciclo reproductivo, al sueño y al reposo.”

Estas situaciones evidencias la rigidez social con que se desenvolvían los grupos de personas desde el sistema dividió por estratos se va reduciendo y especificando dentro de cada uno, dentro de la familia y personas individuales.

Entre hombres y mujeres los rasgos son bien definidos entre si, siendo prácticamente leyes que no se pueden romper conocedoras de todos viviendo en la conciencia de cada uno, siendo convenciones sociales morales y éticas.

Cabe destacas que la sociedad se estructura de manera patriarcal por influencia hispana, donde se resalta la masculinidad las cualidades tales como honor, valor, dureza, poder, entre otros.

Cualquier acción indebida por mínima que sea, algún que hacer, gestos, palabras, merodear sitios que no le corresponden etc. es puesto en duda la masculinidad o feminidad según el caso, además de traer consigo sospechas en cuanto a su sexualidad y de que forma la vive.

Estas malas connotaciones que se le otorgan a las personas desde la comunidad hacia ellos perjudica manchando no solo a la persona involucrada, si no a toda su familia y por generaciones perdiendo el honor.

“En este contexto el hombre cargaba con el imperativo de defender externamente, con sangre si era necesario, tanto su honor particular, como el de su familia, del cual era titular.”

Es interesante analizar el caso de “Pedro el peluquero” en 1752 como hecho ejemplificador de la deshonra que sufre poniéndose en duda su masculinidad, ya que por su ocupación de peluquero debía pasar tiempo de su jornada laboral en la cocina, ya que ahí se encontraban los implementos necesarios sobretodo el horno para poder confeccionar las clásicas pelucas que utilizaban las personas de la aristocracia. De esta forma al concurrir a un sitio exclusivamente femenino es insultado por sus pares y relegado de espacios masculinos.

En situaciones como estas entra en juego el honor masculino y la única forma de recuperarlo es quitándoselo al contrincante insultador, ya que si no toma carta en el asunto deja mucho que desear aumentándose a si mismo la carga desmoralizadora.

“En el universo masculino del honor, dejar una ofensa sin reparación equivalía a la cobardía, lo que develaba la vinculación estrecha entre honor y valor, por una parte, así como entre cobardía y deshonor, por otra.”

La única manera de recuperar la dignidad Pedro el peluquero fue enfrentar a un duelo de espadas a Bartolomé teniendo un desenlace fatal para este ultimo, pero de esta forma era la única manera de revertir la situación, ya que así “Apelaba de esta forma, a su hombría, reinvincando su coraje frente a aquellos con los que estaba obligado a convivir cotidianamente. Seria justamente su hombría - íntimamente vinculada a la fuerza física y a la potencia sexual – la cualidad que lo podía restituir nuevamente al espacio masculino.”

Si Pedro no hubiese hecho nada al respecto podría haber sido acusado de cometer sodomía y castigado por la iglesia como agente fiscalizador que hacia un control muy exhaustivo.

La vida intima y sexual de la población tenia una connotación especial ya que la sodomía como concepto podríamos entenderlo sinónimo de homesexualidad, pero a la vez para la sociedad colonial se vincula con además de la homesexualidad por las relaciones sexuales vía anal, si no que de cualquier forma que no este permitido y que no garantice la reproducción.

La vida sexual al estar bajo los parámetros de la iglesia católica, esta solo es justificada como medio de la reproducción de la especia humana, ya que es parte de la naturaleza y no cae en el placer convirtiéndose en pecado.

La tradición Cristiana lleva esta búsqueda de justificación al orden natural, también al Nuevo Testamento, fundamentalmente en la epístola de San Pablo a los Romanos70. El tomismo además, se funda en el naturalismo medieval, que ve la naturaleza como una expresión del orden y perfección divina, en plena concordancia al mandato de dios dado a los hombres de multiplicarse. Así, el sexo reproductivo, encuentra una amplia base teológica, fundada en la tradición religiosa judía, cristiana y en la observación de la naturaleza.

El control de la iglesia es hasta tal punto que al momento de ejecutarse una relación debía ser en la posición adecuada para que garantice el objetivo de la fecundación, además de ser el reflejo del sometimiento de la mujer bajo el hombre, este siendo como símbolo de poder y liderazgo, evidenciándose también con este hecho la diferencia del género.

En lo concreto la fiscalización

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