Poder Ejecutivo Y La Legalidad Democratica Como Base
jorgetala5 de Marzo de 2014
3.797 Palabras (16 Páginas)380 Visitas
Introducción:
Una de las herramientas más valiosas que tiene aquel que pretende convertirse en jurista, es sin duda la investigación; a través de ella podemos comparar realidades y semejanzas entre los sistemas jurídicos que se encuentran en nuestro continente o alrededor de la tierra, y más aún, podemos llegar al estudio de sistemas que se encuentran superados o extintos y rescatar lo benéfico de estos, lo cual nos lleva a un conocimiento más profundo y expansivo de nuestra profesión.
Es menester para el estudiante de derecho adentrarse en la comparación abierta de los sistemas jurídicos, alejándose de los prejuicios y pasiones para poder visualizar una realidad tangible, que en ocasiones se nos es negada en las aulas por directrices y programas escolares que pretenden encasillarnos en una idea determinada o hacernos pensar de una manera establecida; Pero no solamente esta comparación nos sirve para ser mejores juristas, abogados o estudiantes, también nos sirve para crear un juicio de valor propio que nos ayude a comprender mejor nuestra sociedad y la relación de esta con otros pueblos existentes y en ocasiones extintos de América.
Al compartir en su mayoría un mismo origen; los habitantes de este continente debemos comprender que aunque existan diferencias sociales y políticas, compartimos una misma problemática, que se puede traducir en la intención por obtener un mayor avance económico o social y con ello lograr una verdadera emancipación, que a través de los años ya sea por sistemas políticos o teorías económicas se nos ha negado, dando pie a múltiples movimientos sociales que influyen de manera directa e indirecta en las constituciones de nuestros países.
Es por ello que el presente ensayo tiene como objeto, hacer un análisis entre una institución tan importante y compleja como lo es, el poder ejecutivo, o también llamado presidencialismo y sus similitudes en algunos países de américa latina, enfocándonos en aquel elemento indispensable para el gobernante llamado legalidad democrática. Este análisis se basara en las constituciones de México, Colombia y Venezuela, países que está por demás decir, comparten origen y características similares que se han ido distanciando pero no extinguiendo conforme pasan los años, y que las mismas se ven reflejadas en los sistemas jurídicos que imperan en sus territorios; Con esto su servidor no pretende hacer una investigación a fondo o minuciosa de este poder republicado, más bien, nos enfocaremos en la vía democrática y el elemento legal por el cual un ciudadano puede ser electo como el máximo representante de su estado en los tres países aquí mencionados, y con ello dar una opinión justificada de una de las características faltantes en nuestras democracia y que es precisamente, la legalidad.
Esta legalidad democrática es la característica esencial que fortalece al presidencialismo, y al no existir o estar en tela de juicio se debilita a esta figura jurídica tan importante para nuestros países y con ello el debilitamiento de las instituciones que de este poder emanan; es por esto la importancia de fomentar una verdadera cultura democrática, en donde los ciudadanos participen día con día en las decisiones trascendentes de sus gobiernos, ya que con esto entraremos en una sociedad plural, participativa y democrática que ayudara al fortalecimiento no solamente de una institución, sino del federalismo y de todos y cada uno de los poderes de la unión.
Una gran democracia debe progresar o
Pronto dejará de ser o grande o democracia.
Theodore Roosevelt.
Poder Ejecutivo y la Legalidad Democrática como Base.
Los seres humanos somos seres simbólicos. A través de éstos comprendemos conceptos, asimilamos discursos y explicamos lo que los emisores quieren que captemos como la “realidad”. Esto implica que un grupo en el poder o aquel que pretenda tenerlo pueda usarlos para legitimarse y perpetuarse por el tiempo que crea conveniente, es por eso que la historia contemporánea de la Humanidad se encuentra llena de movimientos tendientes a poner un alto y un límite a la función de quienes detentan el poder con el objetivo de tener una sociedad más justa y equilibrada.
Una de estos límites al poder surgió con el llamado presidencialismo, que en su momento fue pensado como una forma de gobierno que podía ser controlada desde las bases a través de la democracia, este nuevo concepto hizo eco en todas aquellas sociedades que en su momento buscaban una alternativa diferente a la monarquía y por lo tanto encontraron su objetivo en dicho sistema. Aunque no es una invención reciente la separación de poderes fue concebida como una manera de preservar la estabilidad social a través de la idea clara de que “ningún individuo debía monopolizar todo el poder para sí mismo”, es por ello que para muchos esta invención político-jurídica es la forma perfecta de gobierno, ya que permite mantener en el poder a aquella persona que tiene el respaldo de la población a través de su voto.
Es por ello que el presente documento nos enfocaremos en el poder ejecutivo o también conocido como el poder fuerte, ya que es precisamente este quien es reconocido como el guía del estado tanto en la política como en la economía y por lo tanto la piedra angular de los gobiernos democráticos; pero hacer un análisis de todas las características y similitudes de esta figura resultaría complejo, por lo que únicamente nos enfocaremos a la legalidad democrática; y para comenzar nuestro análisis es necesario establecer un punto de partida a través del concepto que describe al presidencialismo:
Podemos entender como poder ejecutivo, aquel encargado de ejecutar los mandatos constitucionales, así como las leyes que emanan de dicho ordenamiento máximo, dicha actividad se hace en interacción con los demás poderes de la república. El ejercicio de este poder se deposita en una persona llamada presidente, y que a diferencia de los poderes legislativo y judicial es el que se encarga, junto con su gabinete, de ejecutar de manera unipersonal las políticas públicas del estado.
En el Caso Mexicano podemos definirlo tal y como lo señala el artículo 80 de nuestra constitución señala lo siguiente:
Artículo 80.- Se deposita el ejercicio del supremo poder ejecutivo de la unión, en un solo individuo, que se denominara “Presidente de los Estados Unidos Mexicanos”.
En el caso colombiano podemos apreciar que en el artículo 115 de la constitución de ese país se hace el señalamiento siguiente:
Artículo 115.- El presidente es jefe de estado, Jefe del gobierno y Suprema Autoridad Administrativa.
Así mismo en el caso Venezolano podemos apreciar la similitud con los ejemplos anteriores, ya que en su artículo 181 de la constitución dice lo siguiente:
Artículo 181.- El Poder Ejecutivo se ejerce por el Presidente de la República y los demás funcionarios que determinen esta Constitución y las leyes.
Como observación a los artículos aquí citados podemos destacar que en el caso mexicano y colombiano, se hace énfasis en el poder ejecutivo como poder supremo de la nación; por lo anterior podemos entender que existe una supremacía marcada entrelineas de los preceptos jurídicos citados en donde se otorga una distinción especial y superior sobre los demás poderes al representante del ejecutivo, es decir al presidente.
Esta supremacía de facto es la que llama la atención de Juristas y Políticos que observan a través de este reconocimiento una especie de monarquía temporal, es decir una persona con facultades superiores que puede marcar el rumbo de un país sin consultarlo con sus subordinados; ahora bien los estudiosos del derecho y de las ciencias políticas comienzan dar a luz una teoría que explica que la verdadera representatividad de este poder se encuentra precisamente en su legalidad democrática, situación que de ser cierta debería de preocupar a los gobernantes del continente americano, ya que este elemento primordial de reconocimiento se encuentra ausente en la mayoría de las novatas democracias que emergen en nuestros territorios. Esta situación de legalidad democrática es la que un servidor pretende resaltar en el presente documento haciendo el comparativo con el proceso de inscripción, votación y protesta que se da en los tres países aquí mencionados y que los mismos nos deben de servir como conocimiento para analizar qué es lo que está bien, y que debemos cambiar en nuestras democracias locales.
Otro de los elementos a abordar para adentrarnos en el tema es el relacionado con quienes pueden ser partícipes de un proceso electoral; en el caso mexicano el artículo 82 de nuestra constitución dice lo siguiente:
Artículo 82: para ser presidente se requiere:
I.- Ser ciudadano mexicano por nacimiento, en pleno goce de sus derechos, hijo de padre o madre mexicanos y haber residido en el país al menos durante veinte años.
II.- Tener 35 años cumplidos al tiempo de la elección.
III.-Haber residido en el país durante todo el año anterior al día de la elección. la ausencia del país hasta por treinta días, no interrumpe la residencia.
IV.- No pertenecer al estado eclesiástico ni ser ministro de algún culto;
V. No estar en servicio activo, en caso de pertenecer al ejército, seis meses antes del día de la elección;
VI. No ser secretario o subsecretario de estado, procurador general de la república, gobernador de algún estado ni jefe de gobierno del distrito federal, a menos de que se separe de su puesto seis meses antes del día de la elección;
...