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Sociología Del Renacimiento


Enviado por   •  30 de Septiembre de 2013  •  6.801 Palabras (28 Páginas)  •  339 Visitas

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Sociología del renacimiento

b) El nuevo tipo del "empresario" individualista.

Por el poder obtenido por la riqueza y por el prestigio unido a ella la burguesía de tentadora del capital era políticamente superior a la nobleza. Lo esencialmente nuevo en la economía monetaria era la “inversión” de capitales. El capital es creador, estimula la inventiva, fomenta el espíritu de empresa. En la Edad Media, debido a la preponderancia de la producción agraria, el interés por el consumo es lo primordial, pues la propiedad no es susceptible de pérdida o de incremento; su sustancia es inalterable. Sólo el dinero, como capital adquisitivo, abre esas posibilidades ilimitadas, desplaza el interés por los problemas del consumo a favor de los de adquisición. La nueva y amplia perspectiva de posibilidades despierta el afán de utilizarlas, y con ello la extensión del negocio, y, a mayores problemas que se plantean, crece la voluntad de dominarlos y aumentar la capacidad de acción para lograrlo. En la estabilidad de la economía, supeditada hasta entonces a motivos fuertemente tradicionales, irrumpe un dinamismo que va transformando todo el antiguo carácter. Caracterizan ahora al nuevo tipo de economía y al nuevo tipo de hombre económico, una fuerza motora, impulsiva y expansiva, ante cuya acción se desvanece un mundo antes constituido por esferas adquisitivas separadas. Así es posible que la economía monetaria y el crédito desarrollen el espíritu de empresa en grado hasta entonces desconocido.

Fue posible proseguir fines de "empresa" en un sentido completamente nuevo cuando se pudo fomentarlos con medios del todo racionales, por la explotación plena de las posibilidades abiertas por la economía monetaria, y desde que el espíritu comercial calculador y previsor especuló con el futuro, pudo crearse, además de un arte económico, un arte político y un arte guerrero; el estado y la guerra considerados como “obras de arte”. El burgués, que ha ganado un gran poder, aspira todavía a más,.y, de acuerdo con su psicología expansiva y su voluntad de poderío, surge como empresario capitalista, sobre la base de la libre concurrencia, no sólo en el comercio, sino también en la política y en la guerra. Las funciones de capitán de industria pueden ir unidas a las de jefe político y a las de organizador (como los Médicis hicieron, valiéndose de sus riquezas y de su fuerza como jefes de partido), o bien, las funciones políticas realizarse con medios capitalistas, disponiendo a su voluntad de una tropa como condottiere o de una ciudad como nuovo príncipe en una Signoria.

Un rasgo característico de la cultura del capitalismo inicial del Renacimiento es la íntima relación entre la política y la economía, al punto que, dada la reciprocidad de intereses entre ambas, era imposible separarlas. Esto lo podemos ver con toda claridad en Giovanni Villani. La economía y la política se complementan recíprocamente, y así como la economía sirve a la política de poder, así ésta sirve a la economía. El crédito político y el económico son ya inseparables. La fama y el prestigio del estado (a lo cual sirven las guerras victoriosas) son también económicamente elementos productivos. Por otra parte, comienzan a notarse las dificultades inherentes al carácter cosmopolita del nuevo poder -el dinero-- y a las conexiones internacionales del capital; pero estas limitaciones, que cohíben la acción de una política exterior vigorosa, son más que contrapesadas por el estímulo que el dinero supone para los fines imperialistas. La capa, relativamente exigua, constituida por la clase de los grandes comerciantes e industriales, que junto con el poder económico ha conquistado el político, también persigue en las relaciones exteriores una política de grandes perspectivas, una política de expansión territorial (como la adquisición de puertos propios, tales los de Pisa y Livorno, en interés del comercio marítimo floren tino) y de nuevos mercados "aun a costa de la tranquilidad interior y sin temor de arrostrar la guerra y sus penalidades" (Doren), mientras que la política de cortos alcances, del petit bourgeois, del artesano, se limitaba a conseguir un seguro vivir "burgués", de "pacífico goce, dentro de un estrecho círculo" (Doren). La clase de los empresarios pone tanto en el interior como en el exterior, el estado al servicio de sus intereses.

El primer empresario capitalista, es ahora el estado mismo. El político se hace calculador. La política es un cálculo. El factor económico determina la mentalidad política y las decisiones políticas. La mentalidad calculadora invade la política toda, que se mueve con las categorías de medios y fines dictados por los propósitos e intereses burgueses. Ese espíritu de racionalismo era extraño al estado de la Edad Media, pues la Iglesia era entonces la única organización racional. No tiene mayor importancia que la burguesía controle democráticamente el estado o que los métodos burgueses sean adoptados por un estado absoluto en forma de mercantilismo y de política racionalista, pues en ambas modalidades prevalece la política realista de inspiración económica, y las dos están en oposición, típica de aquella época, con las políticas de las clases privilegiadas, representada por la nobleza y el clero. El ataque a estas clases pone de manifiesto el paralelismo entre la legislación del primer intento del estado absoluto moderno, es decir, el reino de Federico II en la Baja Italia, y los Ordinamenti della Giustizia. "Justicia", en este caso, se interpreta con un criterio moderno, y significa la abolición de los privilegios tradicionales. De este modo, la monarquía moderna y la democracia formal de una ciudad - estado cumplen la misma función social, pues cada una de ellas es adecuada, en su estilo, para abordar la nueva realidad social, creada por el desarrollo económico. Estad dos formas estatales representan los dos modos posibles para ajustar la naturaleza del estado a la sociedad. Por esto la "tiranía", o Signoria italiana, seguía teniendo por base, en su desarrollo, la establecida por la comunidad urbana, pues tanto la una como la otra tenían por supuesto la economía monetaria y el libre desarrollo de las actividades individuales, por una parte, y, por otra, una fuerte centralización del poder, que cada vez era más administración que constitución. Y sometía todas las esferas de la vida a una regulación consciente y racional.

El vínculo social no está ya constituido por un sentimiento orgánico

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