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Tema de la s Vanguardias siglo xx

MicaeeelaTrabajo26 de Noviembre de 2017

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DESARROLLO.

FORMULACIONES ESTÉTICAS.

ESTÉTICA. CONCEPTO.

Etimológicamente estética proviene del griego aisthetikós que significa susceptible de ser percibida por los sentidos.

Desde la filosofía se la define como la rama que estudia la forma, la esencia y la percepción de la belleza. Kant, filósofo, afirma que la belleza tiene que ver con el gusto (tanto individual como universal) y con la finalidad del objeto en cuestión. Plantea también, que la naturaleza está dotada de una belleza superior, puesto que no es creada por ningún artista ni hay que interpretarla sino que simplemente se impone.

La concepción que se fue modificando a través del tiempo fue la de belleza, la cual, al ser objeto de estudio de la estética, la modificó proporcionalmente.

A continuación iniciaremos un recorrido por diferentes períodos históricos para saber que formulaciones estéticas se presentaban según los diferentes contextos.

GRECIA Y ROMA.

Para los griegos, lo bello se asociaba tanto a la naturaleza como a lo creado por el hombre. Los artistas se inspiraban en la realidad natural, siguiendo un canon y buscando a su vez una armonía, para que el espectador pudiese definir si el objeto en cuestión tenía belleza o no.

Filósofos como Sócrates, Platón y Aristóteles dejaron su concepción acerca de la estética. Sócrates sostenía que en el hombre existía una belleza física y una belleza espiritual. Platón, por su parte, abarcó estos dos conceptos e incluyó la belleza moral y cognoscitiva, la de los cuerpos y los objetos artísticos. A su vez también relacionó belleza con bondad considerándolos sinónimos.

En el caso de Aristóteles, la belleza consistía exclusivamente en lo físico: en la magnitud y en el orden, en las proporciones perfectas y en la simetría. En su poética la tragedia se ve definida como un proceso estético que imita a la realidad (mímesis) con cierta magnitud y lenguaje refinado llegando a una producción creativa (poiesis). Por otro lado en la Retórica planteó a la belleza como algo que debe dar placer más allá de su finalidad.

La población griega, a su vez, interpretaba la realidad basándose en dos de sus dioses: Apolo y Dionisio, ya que su pensamiento estaba fuertemente regido por los mitos y las fábulas y por tanto el concepto de belleza no podía escapar a ello. Por un lado, Dionisio era el dios de la desmesura, los excesos, la pasión, la ebriedad y por otro Apolo era el dios de la moderación, el sentido, lo intelectual, la armonía. El espíritu griego se vio entonces dividido por estos dos modelos tan opuestos entre sí, notándose mayormente en las artes como la música, la poesía o la arquitectura en dónde aparecía lo dionisíaco, pero al mismo tiempo se seguía con esa armonía propia de lo apolíneo. En donde mayormente se aprecia esta relación es en el teatro, precisamente en la tragedia ya que, se pueden ver a los personajes con un espíritu apolíneo sumergidos en historias llenas de desmesura y exaltación.

Como podemos ver, pese a tener ciertas vinculaciones que tienden a unificar a las dos tendencias, la estética que se vio triunfal y que luego serviría de parámetro para posteriores movimientos fue aquella proveniente de Apolo, por ser más cercana a la perfección buscada por los griegos.

En el caso de Roma, se vio heredera de la estética griega y surgieron, además, aportes como el de Cicerón, quien habló de belleza sensorial (puramente estética) y belleza espiritual (puramente moral), respetando la idea del orden y de la proporción y agregando la noción de la atracción, concluyendo que la belleza proviene tanto del artista como del espectador.

Otro importante aporte romano lo hizo Vitruvio, nombre que resuena por la famosa pintura de Leonardo Da Vinci. Fue un ingeniero y arquitecto de ésta época, el cual escribió un tratado sobre la arquitectura greco-latina, dando indicaciones precisas sobre la proporción de las cosas. Vitruvio comprendía a la belleza como la combinación entre lo visual (proporción, color) y la utilidad o finalidad. Por ello planteaba que el artista debía tener capacidades innatas, conocimiento y experiencia y su obra solidez, utilidad y belleza.

En el tratado “sobre lo sublime” escrito por Longino, se presentó una nueva categoría en relación a la belleza: lo sublime, definido como algo que supera a la belleza, que sorprende, que no se puede mensurar. Una obra de arte con esta característica no depende de la forma, ni del gusto sino de cómo impacta en el interior del espectador.

EDAD MEDIA.

La estética del medio evo estuvo fuertemente relacionada con lo religioso. El arte era simbólico, centrado mayormente en la iconografía y en resaltar la belleza que existía en las figuras divinas.

En la biblia incluso se menciona que Dios creó al universo a su imagen y semejanza, por lo que se sostuvo que en su figura había una idea de perfección y que todo lo que ha sido creado es un mero reflejo de su belleza celestial. Quién resultó elegida como madre de su hijo, la Virgen María, se convirtió en el ícono de la estética medieval. Para la época, el hecho de que una joven sea virgen la dotaba de una pureza y de una virtud relacionada con la bondad y la integridad física, lo que hacía que las doncellas se coloquen en un lugar de superioridad ante las demás mujeres.

Hacia el final de la Edad Media, nos encontramos con el período Gótico, en el cual surgió una estética relacionada con la luz, sosteniendo el mismo concepto de divinidad. Uno de los elementos que destaca a este período son las altísimas catedrales cubiertas con un vidrio pintado con imágenes de los santos y de la Virgen, denominado vitro, el cual hacía lucir el interior de las mismas con una apariencia sublime debido al impacto del sol según el momento de día o del año en que se encontrase dentro el espectador, esto servía a la religión para captar nuevos fieles o recuperar a aquellos que se estaban alejando.

RENACIMIENTO.

En este período se retomaron los ideales de belleza clásica mezclados con los de la Edad Media, siendo tan bella la imitación de la naturaleza como la perfección sobrenatural. Los artistas le dieron un especial énfasis a la observación y a la percepción de la naturaleza, como Leonardo Da Vinci, quién utilizó la técnica del sfumato y del claroscuro.

Los pintores seguían ideas antropométricas: orden, proporción y armonía. A su vez surge la perspectiva, creando un espacio tridimensional en un plano, y el punto de fuga, que junto al tratamiento de la luz y los conocimientos del artista sobre áreas como la anatomía y sobre el canon grecolatino buscaban la idealización del tiempo y del espacio, además de la perfección en los sujetos: no se pintaban deformidades ni imperfecciones ya que la belleza física (fundamentada en la armonía) reflejaba la belleza espiritual, retomando así la teoría platónica y la estética apolínea, pero centrándose en una estética más terrenal.

Da Vinci a través de su obra “El Hombre de Vitrubio” reflejó su pensamiento de belleza: en ésta se detallan las medidas exactas que el cuerpo de un hombre debe poseer para ser considerado bello, dando un giro a la concepción que se tenía, en dónde la simetría del hombre dependía de figuras como el cubo, tetraedro, octaedro, dodecaedro e icosaedro.

MANIERISMO.

El concepto de belleza vuelve a cambiar debido a que ya no se busca imitar a la naturaleza. Miguel Ángel, uno de los principales exponentes de este movimiento, planteó que el objetivo del arte es la belleza y que la naturaleza sólo sirve de inspiración para llegar a ella.

La meta de los artistas manieristas fue la ruptura de la unidad espacial y del equilibrio, tan propios del Renacimiento, esto se puede ver en la pintura, por ejemplo en la forma en que se distribuyen los objetos por el espacio: agrupamiento de figuras, espacios vacíos, figuras secundarias que adquieren una gran importancia y figuras principales que pasan a un segundo plano. La alteración voluntaria de la proporción y los cambios se debieron a que querían expresar un quiebren en la conciencia y en el mundo. En esta época el ideal de belleza era inventado por el artista, dejando en claro el talento y la creatividad del autor.

Desde la filosofía manierista tenemos conceptos como los de Gerolamo Cardano que sostenía que belleza estaba vinculada al conocimiento, es decir, que resulta bello aquello que es captado por la mente, por lo que las cosas más simples son más bellas mientras que las complejas pueden resultar desagradables, sin embargo, una vez que las complejas se llegan a comprender tienen una belleza superior a las simples. Giordano Bruno afirmaba que la belleza era múltiple, indescriptible y relativa, y se encontraba tanto en la naturaleza como en las creaciones del hombre, pero que estaba condicionada por el estado de ánimo de quien la percibía.

Reforma[1] y Contrarreforma[2].

Con la Reforma Protestante tambalearon las bases religiosas que aún se mantenían del Renacimiento. Los protestantes iniciaron la llamada guerra icónica acusando a los católicos de adorar a los íconos e imágenes de Vírgenes, Santos, Ángeles, continuando con una estética rupturista.

La Contrarreforma, como respuesta de la iglesia, tiene una concepción del mundo realista y racional; dirigida a la sencillez, claridad y fácil comprensión. Las formas de expresión están teñidas de emoción, de efectos directos y tono popular. Rechazaba el estilo ingenioso, equívoco y oscuro del manierismo, por la razón, sobre todo, de que su forma de expresión, era inadecuada para los fines de la propaganda religiosa. Por ello, la Contrarreforma luchó contra la exclusividad del gusto manierista, porque lo que ella veía en el arte, sobre todo, era un medio para reconquistar amplias masas de creyentes.

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