Trabajo de Investigación Hipótesis
Elio Fernandez MacchiDocumentos de Investigación10 de Mayo de 2018
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Índice
Cuerpo del Proyecto 2
Tema: 2
Problemas de investigación: 2
Hipótesis: 2
Objetivo General: 2
Objetivo Específicos 2
Marco Teórico 3
Perspectiva de género 3
Identidad de género 4
Educación y género: 5
Adolescencia y género 6
La política de Estado y el reclamo de las minorías 7
Marco Metodológico 9
Desarrollo 11
Encuestas sobre Género 12
Entrevistas 18
Conclusión 24
Bibliografía 25
Cuerpo del Proyecto
Elementos del proyecto
Tema:
Género y Adolescencia en Benito Juárez en la actualidad.
Problemas de investigación:
¿Cuál es la concepción espontánea de género para los adolescentes?
¿Cuál es la influencia de la educación en la construcción de género?
¿Cuál es la respuesta del adolescente ante la diversidad de género?
Hipótesis:
Existen estereotipos de género que condicionan a la mayoría de los adolescentes.
Objetivo General:
Caracterizar la concepción de género que tienen los adolescentes juarenses.
Conocer la influencia de la educación en la concepción de género.
Objetivo Específicos:
Explicar la construcción de género desde la postura adolescente.
Analizar de qué modo se construyen los géneros.
Marco Teórico
Algunos conceptos básicos
Perspectiva de género
En el Siglo XX y comienzos del Siglo XXI emerge como categoría de análisis de la realidad social lo que se conoce como perspectiva de género. Aunque la disciplina que utilizó la categoría género para establecer una diferencia con el sexo fue la psicología precisamente en 1955.
Se entiende como un punto de vista del cual partimos para comprender los fenómenos de la realidad, ya sea en los ámbitos científicos, académicos, sociales y/o políticos. Son metodologías y mecanismos que se encargan de estudiar las construcciones socioculturales propias del género, creándose así las concepciones de lo masculino y lo femenino. Así de forma inmediata debemos diferenciar al género y el sexo. Lo que conocemos como género es la categorización que surge a partir de las mismas construcciones socioculturales que dan origen a la perspectiva de género.
En cambio, el término sexo es el conjunto de características biológicas y fisiológicas que definen como varón o mujer a los seres humanos. En sí no hay comportamientos o características de personalidad propias de un sexo, sino que ambos son seres humanos y culturales. Cabe destacar la valorización cultural de las mujeres o su “esencia” biológica de su capacidad reproductiva. Por lo tanto, lo que hay superar son las limitaciones culturales más que las biológicas. Lo que significa una amenaza hacía todo tipo de religión, porque cuando la mujer parece tener un poco de poder la religión ejerce la censura, interfiriendo
La perspectiva de género conlleva a reconocer la construcción simbólica en todas las culturas y a dejar de lado las ideas esencialistas sobre hombres y mujeres, precisamente porque la existencia de personas con combinaciones de varios elementos mezclados fundamenta que no hay “esencias”.
Como afirma Evelyne Sullerot "Es mucho más fácil modificar los hechos de la naturaleza que los de la cultura" (Sullerot, 1979). Tal es así que dicho concepto servirá no sólo para derribar los tabúes, sino también para construir un mundo distinto, sin reglas rígidas de género.
Identidad de género
La identidad de género da significado al autoconcepto que se dan las personas en a su tipificación sexual/ de género. Lo que hace la identidad de género es separar la diferencia reproductiva de las actitudinales y tiene que ver con lo que se expone luego de un descubrimiento intraindividual. Pensando en el concepto de identidad (que da respuesta a la pregunta “¿Quién soy?”) hablamos de pensarlo como la “coherencia” y “continuidad” de la esencia en la persona, lo que prevalece en nosotros y que sin duda alguna es “ídem”: Idéntico a sí mismo.
Lo importante entonces para una persona es encontrar dentro de sí misma esa continuidad y coherencia, sin embargo, pasa desapercibido el hecho que la identidad se construye a partir del otro. El contexto social ya tiene por definición propia varios esquemas que la mayoría cumple y que cuando se sale de ello la inteligibilidad se hace imposible para ellos. En el libro El género en disputa dice “Ia «coherencia» y Ia «continuidad» de «Ia persona» no son rasgos lógicos o analíticos de Ia calidad de persona sino, más bien, normas de inteligibilidad socialmente instauradas y mantenidas” (Butler, 1999). La lectura que se hace sobre la identidad apela a que para la gran mayoría encuentra “incoherente” y “discontinuo” aquellos seres cuyos géneros no son los esperados por los normativos culturales.
Ante la aparición de nuevas identidades de géneros hay una respuesta por parte del común de la sociedad, esta es una mirada reacia hacia estos “nuevos sujetos” que parecieran romper los esquemas típicos de la sociedad “normal”. El problema es que son inteligibles porque no guardan ningún tipo de coherencia entre el sexo y el género. El derecho a la identidad de género por lo tanto se la ganan aquellos que siguen con los patrones heteronormativos y los que no se les puede dar un “diagnóstico a priori” que daría como conclusión que existe una patología en estos “géneros anormales”.
Para poder entender la identidad de género podemos recurrir a la frase “Mujer no se nace, se hace” (Beauvoir, 1973). Podemos decir que la construcción del género va mucho más allá de la anatomía, que un cuerpo masculino no representa al hombre y por ende que un cuerpo femenino no representa a la mujer. Si bien históricamente se ha mantenido la afirmación contraria y naturalización de la heteronormatividad hace que no se puedan entender estos conceptos entender el género es entender los mecanismos de poder que, reiterando, se naturalizan a través, como expresa Foucault, de prácticas reguladoras.
El resultado de institucionalización del pensamiento naturalista del género (creer que el sexo y el género tienen que tener una continuidad) ha llevado a crear desigualdades históricas que no solo ha dejado a las mujeres y demás géneros en desventaja en materia de educación, salud y a la justicia, sino que también instauró todo un sistema donde el hombre blanco heterosexual se posiciona por encima de todos los demás sujetos de la sociedad: Llamamos a ese sistema patriarcado. El patriarcado puede definirse como “forma de organización social específica basada en la dominación de unos varones con ejercicio de poder sobre mujeres, niñas, niños y adolescentes. También sobre otros varones menos jerarquizados de la misma comunidad” (Hendel, 2017).
A partir de la instauración de lo que ya denominamos como patriarcado se da toda una reglamentación de la que se parte de un pensamiento binario del género donde se es hombre o se es mujer. Pareciera, en palabras foucaultianas, se estaría “economizando” la sexualidad. Además, se le da a este pensamiento hegemonía heterosexual y falocentrista ya que se anulan las posibilidades de aparición de otros géneros, pero también el único género que no es el de hombre, el de la mujer, se construye a partir de la diferenciarlo de él mismo y dejando roles específicos para cada uno. El hombre cargaría con la fuerza y la mujer estaría relegada al ámbito afectivo actuando como una mera protegida de los primeros, y con esta ideología el hombre se apropió del poder.
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