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UNA HISTORIA NUEVA DE LA ALTA EDAD MEDIA, Chris Wickham GEOGRAFÍA POLÍTICA Y LOS CAMPESINOS Y LAS SOCIEDADES LOCALES

triatlo24 de Mayo de 2014

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UNA HISTORIA NUEVA DE LA ALTA EDAD MEDIA. GEOGRAFÍA POLÍTICA Y LOS CAMPESINOS Y LAS SOCIEDADES LOCALES.

Reseña de los capítulos 2 “Geografía política” y 7 “Los campesinos y las sociedades locales. Estudio de algunos casos particulares” y conclusiones generales del libro de Chris Wickham Una historia nueva de la alta edad media, 2008 [1ª. Ed. 2005]

Datos bibliográficos: Christopher John Wickham, más conocido como Chris Wickham, nacido el 18 de mayo de 1950, estudió en la Millfield School, de Somerset y en el Keble College de la universidad de Oxford, donde se graduó Obtuvo el doctorado en 1975 con la tesis Economy and society in 8th century northern Tuscany. Fue profesor de la Universidad de Birmingham, actualmente profesor de la Universidad de Oxford de Historia Medieval. Tiene una gran producción bibliográfica, ha escrito más de cien artículos, y entre sus libros más destacados tenemos The Early medieval Italy, Comunitá e clientele, Legge, tribunali e conflitti y el libro de nuestro estudio Framing the Early middle ages. Europe and mediterranean, 400-800. Sus trabajos se engloban dentro del marxismo británico, y su investigación va enfocada a los cambios de la sociedad europea desde finales de la Antigüedad y la Alta Edad Media. Se centra en aspectos económicos, sociales, legislativos y políticos.

Libro: WICKHAM, Ch., Framing the Early Middle Ages. Europe and the mediterranean, 400-800, Oxford, Oxford University Press, 2005, traducción castellana por Tomás Fernández Aúz y Beatriz Eguibar, Una historia nueva de la Alta Edad Media. Europa y el mundo mediterráneo, 400-800, Barcelona, Crítica, 2008, 1576 p.

Localización: Universitat Autònoma de Barcelona (Humanitats- 1ª planta) ISBN 9788474236149

Introducción: El objetivo de este trabajo es analizar el método comparativo de diferentes regiones del Mediterráneo a través del estudio de Wickham, de los capítulos 2 y 7 del libro Una historia nueva de la alta edad media. Se establece un período entre los años 400 y 800, para comparar las diferentes evoluciones de las comunidades tanto en el ámbito social como económico. Podremos observar geografía de las regiones, fertilidad y cultivos, patrones de asentamiento, gestión de propiedades, tipos de recaudación fiscal, autonomía local del campesino, riqueza y poder de las clases sociales, intercambios y relaciones de patronazgo. Wickham elige precisamente el periodo clave que coincide con la caída del Imperio Romano de Occidente y más tarde con la pérdida de provincias por parte de los árabes. En unos casos se mantendrá la fiscalidad romana, básicamente en oriente, y en otros, mayormente en Occidente, habrá una transformación. El área geográfica del estudio abarca el Mediterraneo occidental y oriental, así como la Europa central y septentrional; desde África hasta España, pasando por Siria y Palestina, Anatolia, Italia, Francia y Galia, Inglaterra y Gales y para contrastar Dinamarca e Irlanda que nunca fueron romanizadas.

Capítulo 2. Geografía y política

África: Wickham define el tipo de economía que caracterizaba cada región, en función de su aridez o fertilidad. Destaca la zona Proconsular, (la Túnez del Norte y la franja oriental de Argelia) como productora de grano, en torno a Cartago. La zona Bizacena (más al centro y el Sur de Túnez), era una provincia más productora de aceite. Aunque no existe tal ruptura, ya que en el norte también habían olivos. Estas dos provincias producía el mayor excedente agrario del imperio. La provincia Tripolitana (al oeste, la actual Libia), producía grano con una agricultura estable y al oeste de Túnez, en Numidia y Mauritania (en la costa y en la Argelia Oriental) era más pobre y con menos actividad mercantil. A medida que nos acercamos a los Montes Atlas, desde Mauritania hasta Tingitana, los terrenos eran menos fértiles.

Existe un contraste entre agricultura estable de la costa y nómada del Sáhara. No existe una separación tan clara entre la zona de desierto y los cultivos. En las zonas con menos lluvias existen zonas con cultivo de secano, con cultivos que tienen que ser irrigados y con otros cultivos estacionales que solo se practican en las épocas del año más lluviosas. En las áreas intermedias es donde había luchas por la economía entre el mundo nómada y el sedentario.

Durante los siglos VI y VII se produjo una involución de la economía, cuya base era la exportación agrícola. En el siglo VIII se alcanzó ese mínimo, pero no existe una disminución de la agricultura estable, al menos para la subsistencia.

África era una de las principales fuentes de productos agrícolas y artesanales del imperio romano. Su grano y aceite nutrían a Roma de impuestos. Sus productos de alfarería se encontraban por todo el Mediterráneo occidental y oriental en el siglo IV. África era próspera, hasta la llegada de los vándalos (429-534), ya que eran un reino independiente y Roma dejó de recibir impuestos. Con la conquista de Belisario, en 534, por parte del imperio de oriente, se esperaba que África recuperase su papel como fuente de ingresos para el imperio romano centrado en Constantinopla.

El imperio romano no logró recuperar la productividad de África al completo, puesto que los vándalos no se dedicaron a recaudar impuestos,, tuvieron que mantener al ejército y crear fortificaciones, que resultaron costosas. Los bereberes se habían hecho fuertes en Mauritania. Después de que Heraclio conquistara Constantinopla (608-610), vinieron los árabes en el 647, y el imperio perdió Bizacena y Tripolitania. El imperio solo controlaba la Proconsular. A partir del año 670 los árabes volvieron y en el 698 conquistaron Cartago.

De todas maneras las provincias de Túnez seguían con su potencial agrícola. Las tribus bereberes incrementaron su poder militar y su autonomía, con grandes alianzas en el año 500, en la zona de Libia. Había tribus sedentarias y nómadas. Las porciones de terreno que conquistaron las tribus en África, no tuvieron efecto sobre la agricultura. La prosperidad de las tierras no se vio interrumpida por el conflicto entre tribus y estado.

Egipto: El Nilo lo convierte en una región Rica, desde el Medio y Alto Egipto (El Cairo hasta Asuán) y el Delta del Nilo o Bajo Egipto. Gracias al limo, procedente de las inundaciones, y las redes de regadío, Egipto era una región muy fértil y produjo gran excedente para el imperio romano de Occidente y alimento a una gran población. El Nilo era una red de transporte segura desde Alejandría hasta Asuán y existía una compleja red económica, incluso cuando el comercio de otras regiones desaparecía. Era muy importante para la fiscalidad del imperio romana de Oriente. Las regiones mejor documentadas son de Egipto Medio, Oxirrinco con grandes latifundios y Afrodito con pequeñas y medianas propiedades. Cuando los árabes se asentaron (años 639 a 642), establecieron su capital en Fustat (El Cairo). Alejandría sobrevivió como base naval, pero en general dejaron Egipto en manos de las élites locales anteriores. Se utilizaron los mismos mecanismos de gobierno y fiscales que los romanos en Alejandría. En época omeya (661 a 750) las provincias del califato se quedaban con la recaudación de impuestos para el gasto de los ejércitos. Con la descentralización, la mayor parte de los excedentes se consumían en el interior. Muchos árabes de Fustat se hicieron ricos.

Hubo revueltas por la presión fiscal, durante la revolución abasí del año 750 y durante la guerra civil (811 a 819). No bastaba una presión fiscal, solo por la fuerza. Cuando Egipto tuvo su autonomía del califato, a finales del s. IX, los árabes más sedentarios y numerosos, crearon una estructura estatal estable.

Siria y Palestina: La zona del sur, que rodea el Mar Muerto es desértica, y la zona norte del valle del Jordán (galilea y la Beqaa) son zonas muy fértiles. La franja de la costa es muy rica, entre Gaza y Cesárea al sur (Israel), y en torno a Antioquía, en Cilicia al norte. También eran ricas las zonas interiores, en los valles y zonas altas entre Ammán y Damasco, y el norte de Siria, entre Hims y Alepo. Aquí al contrario que en África, el desierto no es una periferia política, sino que existe una interrelación entre tierras fértiles, montaña y desierto. Por tanto el desierto entre Siria y Mesopotamia es menos amenazador, gracias también al Éufrates que atraviesa el desierto del noroeste al sureste.

Pese a los trabajos de irrigación que realizaron los omeyas en las zonas desérticas de Siria y Palestina, se culpa a las revoluciones abasíes del decaimiento de la agricultura, sobretodo al sur de Alepo, en las zonas meridionales más áridas y en zonas de las colinas de Jordania y Palestina. La revolución abasí del año 750 hizo perder a Siria su condición de centro político. Pero según los datos arqueológicos, es probable que ese decaimiento no fuese hasta el siglo IX. En la costa la conquista árabe fue significativa, debido a la dependencia de las rutas marítimas de Gaza y Antioquía, por el comercio del vino y del aceite. Algunas tierras quedaron abandonadas por la conquista.

Los siglos de calma política y de prosperidad económica, de Siria y Palestina, coindicen en los siglos V y VI, asociado a la reconstrucción urbana de Justiniano I. El principio del siglo VI fue de gran actividad, tanto en el entorno rural como en el urbano. Pese a la guerra con Persia en los años 540 y 570, no afectó la prosperidad y seguía saliendo adelante. Las conquistas árabes hicieron que se creara una unidad en Siria y Palestina, para hacer frente a las dificultades económicas y se desarrollaron centros como Alepo. Los Omeyas situaron la capital en el centro, en Damasco y la región tuvo una clara prosperidad.

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