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Analisis De La Amortajada, FELICINDA CARTES

felycabel28 de Diciembre de 2014

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Introducción

En la obra de María Luisa Bombal “La Amortajada” trata la historia de Ana María, la cual estando muerta, reconoce a los que van a velarla comenzando a hacer un recuento de toda su vida y las experiencias que ha tenido desde su infancia con estos visitantes de su velatorio, mostrándonos la lucha que significó para ella encontrar el amor, el que nunca alcanzó antes de morir. En esta obra se destaca el juego de los tiempos, la nostalgia, el menosprecio y la dependencia tanto emocional como atencional de la protagonista hacía sus más cercanos, en este mundo que juega con la realidad y a la vez coquetea con lo fantástico, puesto que la protagonista (que se encuentra muerta) es consciente de los personajes que la están velando. - “cuantos la velaban se inclinaron, entonces para observar la limpieza y la transparencia de aquella franja de pupila que la muerte no había logrado empañar. Respetuosamente maravillados se inclinaban, sin saber que ella los veía. Porque ella veía, sentía”. (Bombal 1990: 13) - Además, de ir más allá de la dimensión terrenal en la cual se encuentra, es decir, ella puede comenzar a recordar después de muerta todas sus experiencias con los seres que más la marcaron emocionalmente, este personaje a pesar de estar muerta su conciencia sigue estando viva, la protagonista “había sufrido la muerte de los vivos” (Bombal 1990: 132), la muerte corporal, pero después de recordar todo su pasado “Ahora anhelaba la inmersión total, la segunda muerte: la muerte de los muertos” (Bombal 1990: 132), vale decir, que aún así esa consciencia que estando activa (a través de los recuerdos y sabiendo la protagonista en el lugar en que se encuentra), tiene que morir para así alcanzar la anhelada y pacífica muerte.

En este relato, se da a conocer la realidad que viven las mujeres burguesas sobre la dominación que ejercen los hombres frente a ellas y la imposibilidad de alcanzar la libertad sobre esta dominación, dado que para alcanzar la felicidad que tanto anhelan se hacen dependientes de los hombres para lograrlo, existiendo de esta manera una violencia simbólica, dado porque el dominado se siente obligado a someterse al dominador, sabiendo que existen dos agentes que contribuyen a marcar la diferencia de los sexos tales como la violencia física y la violencia simbólica (Bourdieu 2000: 50) en este relato no se muestra una violencia física sino más bien emocional o espiritual, como dice Bourdieu “la violencia simbólica sería una violencia puramente «espiritual»”.(Bourdieu 2000: 50)

Es, en este caso, que nuestra protagonista intentó escapar de esta dominación realizando distintas peripecias durante toda su vida, para alcanzar la verdadera felicidad, las que recuerda en su lecho de muerte, dándonos a conocer las dificultades y penas por la que tuvo que pasar, es así, que en este ensayo abordaré el mundo marginal al que se enfrentan las mujeres para alcanzar algún momento de felicidad, y cómo su identidad femenina dentro de la sociedad en la que vive, se encuentra marcado por el origen de la conducta autodestructiva que esta mujer va experimentando. Además, de reflexionar sobre el contexto cultural en que la novela fue escrita por la autora, sobre la importancia de la novela “La Amortajada” en el sentido de construcción de la identidad de las mujeres burguesas de los años 20 en adelante.

Desarrollo

Como una forma de contextualizar la sociedad de nuestro país desde los años 20 en adelante, podemos afirmar que desde este tiempo a la fecha se pueden ver las distintas formas de relación que han ido existiendo entre hombres y mujeres, donde se ve en nuestro país las primeras manifestaciones feministas creándose el Partido Cívico Femenino. Por otro lado, se observa un fuerte proceso industrializador, lo que traerá consigo diversas consecuencias para los distintos sectores sociales, ya que algunas mujeres desean demandas legales para la igualdad de derechos en administrar su propiedad, laboral y sufragio, puesto que a estas mujeres se les paga un tercio de lo que se les paga a los hombres, y no se les reconoce el trabajo que estas realizan en las casas, como la crianza de los hijos y la administración del hogar y sus bienes como las dotes son administradas por sus esposos. Es en esta primera ola feminista donde los movimientos de mujeres se hacen notar, creando una primera conciencia de la diferencia de géneros.

En cuanto a la educación, se observan importantes mejoras como la promulgación de la Ley de Instrucción Primaria Obligatoria, junto a la ampliación del sistema universitario con la creación de nuevas universidades y al progresivo ingreso de mujeres a la enseñanza superior. Es así, que muchas mujeres intelectuales darán espacio a sus creaciones para darlas a conocer dentro de un canon tradicional, esperando que la recepción de los lectores le haga reconocedoras de verdaderas obras de arte. En este sentido, la situación de las escritoras y su relación con los cánones tradicionales, donde solo se leía a los hombres, es que podemos resaltar esta obra literaria que por su autora vemos una forma distinta de representar una realidad de la condición femenina, la que fue exaltada por el escritor Alone en la presentación de esta obra donde dice “¿Dónde aprendió esta joven de sociedad, en que escuela, con cuál maestro, su arte inmemorial y leve, esa lengua que lo dice todo y no se siente, que hace ver, oír, saber, de una manera como milagrosa, entre angélica y diabólica?” (Bombal 1990: 9) una realidad que esta autora quería mostrar.

A partir de estas manifestaciones sociales feministas es que claramente podemos apreciar en nuestra sociedad la subyugación que ejerce el hombre por sobre la mujer. La supremacía por medio de la violencia física y simbólica, es que la idea de dominio por parte de los hombres hacia las mujeres se ha hecho común o se ha naturalizado durante toda la historia de los seres humanos, puesto que “el principio de visión dominante no es una simple representación mental, un fantasma, una “ideología”, sino un sistema de estructuras establemente inscritas en las cosas y en los cuerpos” (Bourdieu 2000:57) es por esta razón que en la sociedad, el mundo femenino se ha visto como un mundo marginal, que por lo demás afecta la identidad social femenina. Con esto vemos el efecto que esta marginalidad tiene sobre la protagonista de esta obra, Ana María constantemente a lo largo de su vida lucho para lograr ser feliz, pero la fuerte presión le negó tener una vida pacífica, sufriendo desde el primer amor que logró tener, hasta sus últimos momentos que vivió con su marido e hijos.

Así fue, que en su lecho de muerte se siente admirada “no recuerda haber gozado, haber agotado nunca, así, una emoción” (Bombal 1990:17) puesto que “La invade una inmensa alegría, que puedan admirarla así” (Bombal 1990: 14) joven, sin arrugas, bella como nunca, puesto que hasta ese momento la recordaban devorada por insignificantes inquietudes, marchitada por las penas. Observa a todos los que la admiran y a los que ordenan el cuarto y cambian los cirios que se encuentran consumidos, dado a que se aproxima un visitante, el que Ana María reconoce como Ricardo y dice “Eras un espantoso verdugo. Y, sin embargo, ejercías sobre nosotras una especie de fascinación” (Bombal 1990: 20) este ser a quien ella amo, con ese amor pasional de su juventud, quien siempre ejercía sobre ella malos tratos, colocando sobre su espalda cuanto bicho extraño recogía en el campo, o simplemente le contaba historias terroríficas para que se sintiera angustiada. Ella se “resignaba a los peores malos tratos o a las más crueles burlas, según el capricho del momento” (Bombal 1990: 21) que Ricardo ofrecía a Ana María. Continua recordando cómo años después al llegar Ricardo la alzo por la cintura para llevarla montada en su caballo tomada de la cintura y que luego de un paseo que tuvieron se sintió atemorizada por lo que sentía, “el temor de que dejara de oprimirme tu brazo” (Bombal 1990: 29) ella le manifiesta el deseo que tenía de que no la deje, desde ese día ella se le entregó y así durante tres vacaciones, donde nunca logró compartir el frenesí que Ricardo sentía al poseerla, quién luego la abandona haciendo que este abandono se tornara trágico para Ana María “¡Oh, la tortura del primer amor, de la primera desilusión” (Bombal 1990: 30) intento asesinarse pero nunca tendría el valor para atentar contra su vida, pero “sin embargo quería morir, quería morir, te lo juro” (Bombal 1990: 31) la protagonista relata el recuerdo de cómo entra en depresión por este abandono de su primer amor. “Me sentía floja, sin deseos, el cuerpo y el espíritu indiferentes, como saciados de pasión y dolor” (Bombal 1990: 31)

Sin embargo nos demuestra en su relato que dentro de ella se estaba germinando el fruto de este amor pasional, puesto que al pasar los días ella comenzó a sentir deseos de comer frutas al leer un cuento donde la niña barría la nieve y al hacerlo se descubrieron fresas perfumadas y maduras que la niña llevo a la madrastra. “¡Esas! ¡Eran las fresas que yo quería!, ¡las fresas mágicas del cuento!” (Bombal 1990: 34) y así como muchos antojos le demostraban que se encontraba embarazada, pero la inquietud que sentía al verse embarazada la atormentaba para que tome una decisión, sin embargo ella deseaba que Ricardo volviera a buscarla, lo que nunca ocurrió. Fue así que al pasar de los días, sintió ese florecimiento de vida, que luego se deshizo “Zoila vino a recogerme al pie de la escalera. El resto de la noche se lo pasó enjugando, muda y llorosa, el río de sangre en que se disgregaba esa carne tuya mezclada

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