Capítulos 1,2,3 y / del País de Uno -Denise Dresser
irais.sgResumen26 de Junio de 2017
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INTRODUCCIÓN.
A lo largo de este libro, veremos, conoceremos y sabremos la opinión de la Politóloga Denise Dresser, la cual ha sido considerada como la mujer con “muchos pantalones” puesto su conocimiento en el ámbito político la ha llevado a ser una de las mujeres que no tiene miedo de lo que piensa y dice, así como su gran reconocimiento y conocimiento en el tema, y que a su vez, es una autora reconocida.
Hablaremos un poco sobre uno de sus libros “El país de uno” catalogado como uno de los tantos libros recomendados y que, cualquier mexicano debería leer para tener el conocimiento de lo que está pasando en su País, así como la forma de ver desde otra perspectiva, dejando ver la realidad de las cosas por muy crudas que sean y que no a todo mexicano le gustaría saber y/o conocer.
El libro nos habla sobre darnos cuenta de lo mal que estamos como país, porque no solamente los políticos y el gobierno son los que arruinan el país, también somos la sociedad que: no cede el asiento en el camión, no decimos gracias ni por favor, tiramos basura, nos volteamos para otro lado o nos quedamos callados cuando vemos que algo está mal y que muchas veces le dejamos la responsabilidad al 100% a otra persona con nuestros famosos “¿Y yo por qué?”, “Qué lo haga él”, “A mí no me corresponde”, “No es tema mío” y que muchas de éstas palabras las aplicamos en algo tan sencillo como lo es…”El trabajo”.
CAPÍTULO I.- ¿CÓMO HEMOS SIDO?
País Conformista.
En esta parte del capítulo, nos hace mención que los millones de jóvenes mexicanos crecerán y continuarán siendo educados para la conformidad o, en todo caso para seguir contribuyendo a que el país no crezca como debe de ser, es decir… estamos tan acostumbrados (y me incluyo, en ocasiones) a decir “por lo menos” como se ha dicho muchas veces en varias conversaciones tanto públicas como en los círculos sociales que frecuentamos, puesto se ha llegado a decir “por lo menos López Obrador hizo obra pública, “por lo menos” Enrique Peña es guapo, “por lo menos” solo se robaron un jeep rojo y una hummer y así… encontraremos muchos “por lo menos”, y es que, México se ha convertido en el país del “por lo menos”.
México, es un país donde las cosas están mal pero podría estar mucho peor, puesto ya no se vive en el laberinto de la soledad sino algo peor, en la conformidad.
Otra de las cosas que hace mención, es que el gobierno no logra combatir a los delincuentes, sino todo lo contrario… los ayuda de manera tal, que apoyan los desastres ocurridos, nunca falta el encapuchado que nadie sabe de dónde salen y que los ciudadanos no hacemos nada o como dicen “por lo menos” no son contratados, cuando sabemos en el fondo que sí es de esa manera.
Recordemos también que antes el PRI era el partido de Estado y ahora se ve obligado a reconquistarlo que en mi opinión no hay nada que reconquistar, nos lo están imponiendo y mucha gente lo ve como el vaso medio lleno o medio vacío, todo depende de la perspectiva puesto todo, es relativo.
Digamos, que dentro de los menos “peores” y que el país cree que no es conformista, es López Obrador, puesto promovió obras públicas, pero recordemos que bajo su gobierno la vida en el Distrito Federal no se volvió considerablemente mejor o como la Beatriz Paredes; que bajo su liderazgo el PRI no se convirtió en un partido más visionario o moderno como algunas lo llaman.
¿Por qué el país sigue siendo conformista? Fácil! Por qué después de tantas décadas de gobiernos desastrosos, muchos se conforman con gobiernos mediocres y se ha visto a lo largo de todo este tiempo que después de tantos años de presidentes depredados, se conforman con presidentes ineptos, de democracia disfuncional y que muchos… hasta parecen estar dispuesto a sacrificarla. A lo mejor como mexicanos no pueden imaginarse algo mejor, son mexicanos que no quieren salir de la pobreza, no quieren crecer, mejorar su calidad de vida. Es como en las elecciones, que la gente acepta algún desayuno, las famosas despensas, pantallas para vender su voto al mejor postor, se van contentos a casa y al paso del tiempo, no les importa lo que le pasa a nuestro México, ellos están conformes en su casa viendo los partidos que sólo idiotizan aún más al pueblo.
En México es más fácil jugar con las reglas existentes que exigir nuevas. Es más cómodo seguir las costumbres que confrontarlas. Es más rentable la conformidad cortés que la indignación permanente. Es más aceptable tolerar las grandes misiones y negociar las pequeñas sumisiones. Pero esa displicencia permite que la clase política siga actuando como lo hace. Ese conformismo corrosivo permite que el gobierno se dé palmadas en la espalda porque el nivel de violencia en México es menor que en Nueva Orleans; que AMLO sea apoyado tan sólo por las cosas inviables que promete.
Algo que me gustó mucho, fue cuando hizo referencia a Octavio Paz, donde dice “Y si no somos todos estoicos e impasibles, como Juárez y Cuauhtémoc- al menos procuramos ser resignados, pacientes y sufridos”, puesto la resignación es una de las virtudes populares y hasta cierto punto todo el ser humano se hace el sufrido por cosas vanas y sin sentido, cuando todo está en nosotros, en querer cambiar a nuestro México y dejar de ser conformistas.
Algo peculiar que menciona la periodista es que los perredistas defienden a capa y espada el monopolio de Telmex ya que dicen que al menos está en manos de un mexicano o como los líderes panistas que defienden la posición del SNTE por la alianza electoral-política que han establecido con la mujer a su mando. Es como la prevalencia de tantas ideas moribundas a una combinación de factores, como por ejemplo el cinismo, la indiferencia, la protección de intereses, negocios, concesiones y franquicias multimillonarias… pero con esas explicaciones yace un problema más; que vendría siendo la gran inercia intelectual que caracteriza al país en la actualidad y que más bien nos hemos acostumbrado a que así es México, así de atrasado, así de corrupto, de pasivo, de incambiable.
La tiranía de las ideas muertas nos obligan a vivir en la candidatura de los paradigmas del pasado y nos convierte en un país de masoquistas que, como buen mexicano…si no sufre, no está a gusto, o como sugiriera el C. Mario Vargas “Como México no logra pensar distinto no logra adaptarse a las nuevas circunstancias”.
CAPÍTULO I.- ¿CÓMO HEMOS SIDO?
País Discriminador.
Mucho se habla de la discriminación pero no nos damos cuenta que México es un país discriminador, ya que el conformismo y las ideas muertas permiten que en estos días y en la actualidad México se ha visto rutinario, que toda la discriminación es parte del paisaje.. por ejemplo… la violencia cotidiana en Ciudad Juárez y las muertes que produce la impunidad rampante y los cadáveres que permite que recordemos que todos los días, a todas horas, en todos los lugares y en cualquier momento ya sea ojos cerrados, abiertos, frente a miles de mujeres acechadas, hombres perseguidos, mexicanos maltratados, siempre tendemos a discriminar a nuestros propios paisanos!! A nuestros mexicanos y vemos cómo se matan los unos a los otros, que se burlan mutuamente, se discriminan entre sí y simple y sencillamente lo vemos como algo “normal”, pensamos que así es la vida, casi es el país de la violencia, pero creemos que el odio, la homofobia y el racismo no son motivos de alarma, pero recordemos que una persona al discriminar a otra, a un paisano, a un hermano, se está discriminando a sí mismo en cualquier parte del mundo, pero sobre todo….en nuestro México.
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Imagen 1: Cruces a las muertas de Juárez.
Hay algo que, como mexicanos se nos ha olvidado y es que México no tiene por qué ser sensible a las denominaciones raciales puesto que nunca ha sido un país racista, nunca ha sido un país de excluyente, nunca ha sido un país intolerante.
Dicen aquellos que ignoran los códigos de conducta del lugar que habitan, pero porque sus argumentos se ignoran a millones de mexicanos forzados a vivir a la intemperie, sin la protección de la ley, sin un paraguas de igualdad sin un cobertor que arrope sus derechos civiles. Muchos mexicanos han sido hostigados por depredadores sexuales, ya que actualmente a las mujeres y hombres (a pesar de que existen leyes que nos protegen) llegan a ser mutilados por secuestradores, asaltos por hombres abusivos, asesinatos incluso por su género y su edad, su etnia y hay millones de mujeres que viven la violencia desde su propia casa y millones de indígenas que padecen la discriminación, hay también muchos homosexuales que enfrentan la homofobia y miles de discapacitados que sufren el rechazo incluso de su familia por ser diferentes y a muchos de ellos, los catalogan raros. Cuando en realidad, todos somos raros por no defender a nuestro país y permitir que sea un país discriminador.
En nuestro país aún hay millones de individuos a los cuales se les discrimina, se les odia, se les golpea, se les trata como ciudadanos de segunda clase por su sexo, por alguna discapacidad, por ser joven, niño o niña, persona adulta, mayor o joven, incluso por su origen étnico, su apariencia su nacionalidad, por su preferencia sexual y por ser a veces un migrante.
En ocasiones hay indígenas a quiénes se les niega el ejercicio igualitario de libertades y oportunidades, de mujeres a las cuales se les excluye y se les pone en desventaja, hay homosexuales sometidos a la intolerancia sistemática injusta e inmerecida, no vamos tan lejos… Hay lugares donde se les prohíbe la entrada a indígenas a homosexuales en los camiones, en los vagones del metro, aunque haya asientos reservados para las embarazadas, personas con alguna discapacidad y/o para personas de la tercera edad, ¿Por qué hace el mexicano con su propia gente? ¡Fácil! No les dan el asiento, se hacen los dormidos, se voltean y miran a otro lado, se agachan y hay veces en las que se ha llegado a las agresiones por parte de un tercero al defender a la mujer, o al indígena, al niño o a la persona mayor para que se les otorgue el lugar asignado, donde se les otorgue una igualdad en cualquier ámbito y en cualquier lugar.
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