Cualidades Clásicas De La Formación Docente
LAGP1234525 de Enero de 2013
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Cualidades clásicas. Ideas principales que se enfoca el autor.
Cualidades clásicas: vocación y moral. El magisterio no es definido como una profesión sino como una misión.
No requiere tanto de un saber de una serie de cualidades lo importante es la vocación que es un conjunto de virtudes de todo tipo.
Elegir el magisterio no es hacer elección como otro oficio.
Debe haber una predisposición de un llamado interior a la vocación.
Los pedagogos estaban convencidos que la mujer era educadora moral de naturaleza y dirigen las tareas educativas al cuidado moral y material de los niños.
Según los pedagogos masculinos las mujeres tienen menores condiciones de carácter y algunas de espíritu para educar a la niñez.
El maestro redentor (trabajo) de naciones.
Características no cognitivas señaladas como deseables y prioritarias del maestro ideal. Características morales y conductuales.
Entusiasmo (amor por la carrera) paciencia, perseverancia (mantenerse siempre entusiasmado por la carrera) ternura, afabilidad (agradable en su labor) prudencia, honestidad, desinterés, vida sin tacha, firmeza de carácter.
Características físicas de auto presentación.
Porte exterior (una buena apariencia física ante la sociedad) buenos modales, tono de voz vista oídos sensibles para percibir y vestimenta.
La cientifizacion relativa del oficio. El maestro no solo tiene que tener dominio del saber sino el amor a la ciencia amor a la instrucción.
El maestro no debe ser un sabio, sino en asuntos de teorías y métodos pedagógicos.
El amor sin límites a la ciencia y una sabiduría mínima le bastan al educador.
El educador debe estar alerta a percibir palabras o ruidos que se produzcan en su entorno.
Cada maestro tendrá un método propio para enseñar y creer en lo que va a inculcar.
El maestro debe tener una buena personalidad en un carácter del grado de su cultura intelectual y moral interés en su profesión el cariño que les inspira a los niños el entusiasmo que siente por su alto y notable ministerio.
La lucha por el reconocimiento social. No hay palabras que signifiquen toda la grandeza toda la calidad, todo el sacrificio voluntario de su elevación extraordinaria del maestro de escuela y más cuando este ministerio se ofrece casi sin recompensa.
El maestro es mas celebrado cuanto más grande es su sacrificio y su voluntad y desinterés.
El maestro es prisionero de la definición social que se hace de su oficio y es cómplice cuando comparte esta creencia.
En el magisterio es contraproducente si se quiere obtener recompensas materiales y obtener prestigio.
El maestro es el verdadero rescatista de las naciones.
El maestro debe saber que cuando caiga agotado para no levantarse nunca no tendrá ni un adiós de aquellos quienes cariñosamente llamo sus hijos sobre su tumba no caerá ni una sola lágrima de aquellos que por quienes gasto los años de su vida.
En el porfiriato a los maestros se les decía que jamás eran iguales a los demás profesionistas y no tenían derecho a los goces supremos de la vida pero en los últimos de este siglo las garantías de los maestros cambiaron para lo que significa la profesión del magisterio.
La lucha por la obligatoriedad del título del maestro. En 1857 Díaz Covarrubias defendía los principios de libertad de profesiones sostiene que todo ciudadano es libre de ejercer la profesión de su preferencia sin que se le exija ningún requisito particular.
Se menciona que si no se vigila el aprendizaje los exámenes y los títulos la enseñanza será incompleta en casos inmoral y la profesión será la ejecución de acciones indebidas.
En 1901 se acordó el ejercicio de profesión seria libre pero no se
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