Formación Docente
berenice.nava8 de Noviembre de 2012
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FORMACIÓN DOCENTE
El concepto de formación docente carece de objetividad al momento de explicar su significado, debido a que hay demasiadas concepciones sobre dicho término. Es común encontrarnos con diversidad de opiniones en autores, sobre sus nociones al respecto. En este apartado se abordarán las más comunes, así como sus diversas clasificaciones, con la finalidad de plantear más delante una problemática relacionada con la formación docente.
De acuerdo con Francisco Imbernón, la formación docente se percibe como una preparación que conlleva aprendizajes que nos acercaran al desarrollo de actividades que se viven diariamente en la práctica. Álvaro Bustamante Rojas complementa dicho concepto con la importancia no de percibir la formación docente como un adiestramiento de profesores, ni como un conjunto de fórmulas que determinen como enseñar. Sino debe ser un espacio de reflexión sobre el compromiso que tiene el maestro con el aprendizaje del alumno, una forma dinámica de resolver problemas sociales por medio de la educación.
Visto de esta forma, se comprende el por qué llamar el trabajo del magisterio como una “profesión de vida”, además, se debe buscar la creación de oportunidades de aprendizaje en los estudiantes, no sólo dar conceptos de forma memorística, debido a que la sociedad cada vez exige más de los ciudadanos, se debe procurar formar personas competentes que pueden desarrollarse en una sociedad que está en constante cambio. Este desenvolvimiento conlleva un conjunto de aprendizajes, competencias, habilidades, actitudes y formas de convivencia, que acentúa el gran compromiso de los profesores con su trabajo.
También se concibe la práctica docente como la actividad dentro del aula, con referencia al hecho de enseñar; en ocasiones confundiéndolo con “transmisión” o “repetición”. Se deja de lado la práctica institucional global y sus nexos con los aspectos sociales. Estas percepciones son incongruentes al recordar la finalidad de la educación en general, viéndolo como el fenómeno social que pretende integrar al niño en la sociedad, conformando la realidad social y cultural de los seres humanos.
Sin embargo, el hecho de que existan están concepciones inconclusas sobre la formación docente, en gran medida es consecuencia de la falta de reflexión en la práctica. Cuando no se lleva una reflexión pedagógica sobre el trabajo del profesor, se convierte en mera actividad sin sentido, únicamente alentado por la necesidad de ver resultados, en este caso sería la aprobación de los alumnos. Así como el cumplir con un programa y contemplar todos los contenidos o temas asignados en un determinado tiempo, perdiendo el interés de lograr aprendizajes significativos.
Por tal motivo es indispensable en la docencia plantear este tipo de temáticas, para hacer una introspección sobre cómo se lleva a cabo el ejercicio docente. Y poder así, por medio de una reflexión y acción, disminuir todas las concepciones negativas sobre el magisterio.
Imbernón recopila varias opiniones de autores donde generalizan que la docencia no se considerara como una verdadera profesión, sino como una semiprofesión, debido a que no responde a las características usuales de lo que históricamente está contemplado como profesión. De ahí la existencia de ideas de menospreciar o tener la idea de un trabajo sencillo, que tiene muchas comodidades y pocas responsabilidades.
OBJETIVOS Y PRINCIPIOS DE LA FORMACIÓN DOCENTE
Uno de los propósitos de la formación docente es que la sociedad y el mismo magisterio valoren esta profesión como un medio para lograr un posicionamiento social que responda a una educación dirigida al desarrollo integral de los seres humanos.
La OCDE distingue cinco finalidades imprescindibles en la formación permanente del profesorado:
1. Mejorar las competencias en la ocupación del conjunto del personal de un centro docente.
2. Mejorar las competencias profesionales de un profesor considerado individualmente.
3. Ampliar la experiencia de un profesor, en el marco de un perfeccionamiento de las perspectivas profesionales o de objetivos de formación
4. Desarrollar los conocimientos y el enfoque profesional de un profesor.
5. Ampliar la educación personal o general de un profesor.
El conocimiento y las capacidades de las personas son el capital humano que permitirá el desarrollo de las naciones y el bienestar de las sociedades. Principalmente en la competencia que tengamos para resolver problemas, ya sean sociales, económicos, políticos, educativos y culturales. Por ello la profesión docente adquiere una gran relevancia porque es la que permitirá formar los ciudadanos que aspiramos.
Así mismo, ser profesor se vuelve más complejo porque la sociedad exige del docente conocimientos y competencias que van más allá de su formación inicial y de la propia experiencia. Requiere nuevas capacidades de un pensamiento crítico, conocer los contenidos curriculares, planificar, desarrollar y evaluar formativamente el proceso de enseñanza y aprendizaje. Potenciando procesos educativos que faciliten el cumplimiento de los aprendizajes esperados.
También se debe considerar un ambiente de equidad, de igualdad de derechos y oportunidades, formación ciudadana. Diseñar estrategias para animar a los estudiantes a esforzarse y promover su capacidad de ser autodidactas. Facilitar la toma de decisiones para que tengan autonomía, confianza e iniciativa.
Otro aspecto relevante es que los maestros deben dominar las tecnologías de comunicación, porque en este entorno tan dinámico los alumnos tienen acceso a estos recursos. Por ello el docente debe orientarlos para hacer un buen uso de estas herramientas. Ya que el uso excesivo y con fines deshonestos de las tecnologías puede convertirse en un recurso perjudicial.
Por tal motivo el fomento de valores es un objetivo primordial en la educación. Y no únicamente los de respeto y honestidad, sino también los valores democráticos, la economía sustentable, la ciudadanía responsable y participativa, la sensibilidad estética y la disposición al cuidado integral de su salud.
Todo lo anterior presente grandes retos en los propósitos que pretendemos conseguir los docentes, haciéndolo un desafío. Por ello la Reforma Integral de Educación Básica invita a la profesionalización continua de los maestros en servicio. Debido a que brinda oportunidades de crecimiento personal, renovación de saberes, evaluación de la intervención pedagógica, incorporación de nuevos materiales y aplicación de estrategias para promover el desarrollo de competencias para la vida en los alumnos.
ETAPAS DEL DESARROLLO PROFESIONAL
FORMACIÓN INICIAL
Imbernón (2004) señala que "La formación inicial ha de dotar de un bagaje sólido en el ámbito cultural, psicopedagógico y personal, ha de capacitar al futuro profesor o profesora para asumir la tarea educativa en toda su complejidad, actuando con la flexibilidad y la rigurosidad necesarias, esto es, apoyando sus acciones en una fundamentación válida."
Siendo así, la formación inicial consiste en la primera etapa, que se lleva a cabo en las Escuelas Normales, que en la docencia debería percibirse como el primer escalón de una larga escalera. Debido a que se aborda teoría y fundamentos sumamente básicos, que en la práctica no prevé muchos problemas diarios. Además, que no permite estar en contacto con las dificultades institucionales y sociales.
Olvidando que la planificación, no la planeación, es un recurso flexible en el cual deben ser incluidas las modificaciones pertinentes a cada grupo. Ya que los niños son muy diferentes entre sí por ser individuos únicos, aunado a eso el contexto donde se desenvuelven y sus intereses, confirma la importancia de planificar acorde los alumnos en cada ciclo escolar.
FORMACIÓN CONTINUA
La formación continua debe percibirse como el eje formativo de toda carrera docente, en el cual se pretenderá solucionar todos los problemas que surjan en el servicio. Es el momento de poder confrontar practica con teoría, tomar estrategias pertinentes, desechar las inadecuadas y buscar las que se necesitarán en un futuro, como menciona Alanís Huerta Antonio (2004): "preparar a los hombres para sociedades que todavía no existen" p. 54. De esta manera, ya no es suficiente que el profesor explique temas y encargue tareas, sino que exige que sus alumnos demuestren las competencias que él desarrollo en ellos.
El maestro no debe convertirse en un “repetidor de lecciones” que tenga como conocimiento mínimo la información de los libros de texto. Se exige una preparación completa para llevar a cabo una práctica docente óptima. Ya que si el profesor desea que se le considere un profesión, primero debe demostrarlo.
Alanís Huerta Antonio (2004) define esta etapa: “En el campo de la formación continua se incluyen todas las acciones de capacitación y actualización promovidas por las instituciones patronales (incluido el sistema educativo) p. 31. Estos son todos los cursos, diplomados y demás actividades de capacitación. Que todo maestro con visiones de superación, debe considerar prioritariamente.
Algunos profesores los toman para avanzar en Carrera Magisterial y Escalafon. Programas que originalmente eran para estimular al docente a tener una mejor preparación recompensados con una atribución monetaria. Sin embargo, con el paso del tiempo los profesores cursan capacitaciones y actualizaciones sólo por las constancias buscando
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