FORMACION DOCENTE

LA FORMACIÓN DOCENTE, UN RETO EN LA ACTUALIDAD

La labor docente cada día es más compleja, el docente actual está obligado a desarrollar una gama de competencias que le permitan realizar eficazmente su trabajo, y esto conlleve a que los alumnos alcancen el perfil de egreso de la educación básica.

El modelo educativo implementado en la actualidad se basa en el desarrollo de competencias, que tiene como finalidad formar a individuos capaces de resolver problemas de la vida cotidiana, haciendo uso de sus conocimientos, habilidades, destrezas y de actitudes. Debido a estas exigencias del modelo educativo, el docente ha tenido la necesidad de actualizarse día a día, es decir, lograr una buena profesionalización, que le permitan ser más productivos en su quehacer docente.

En la actualidad, los constantes cambios sociales, económicos, políticos y culturales plantean nuevos retos al docente, debido a que requiere mayor preparación, por ello es necesario que el docente este en permanente vinculación con los saberes pedagógicos e incluso de otras disciplinas que contribuyen en su práctica docente, tal como: la psicología, sociología, didáctica, entre otras.

Con el modelo enfocado al desarrollo competencias se promueve la profesionalización de las y los maestros, se pretende que los maestros desarrollen procesos de formación que les permitan fortalecer sus competencias profesionales, ello implica que sean sujetos activos, responsables y constructores de su formación profesional.

Se ha criticado la formación que han tenido los docentes, debido a que la sociedad ha catalogado a los docentes como incompetentes ante las adversidades que se presentan en el rubro de educación; la formación inicial que tienen los docentes realmente no es completa como se desea, el nuevo docente aprende en la práctica, cuando se topa con la realidad comprende que necesita de mucha perspicacia y preparación para solucionar los problemas que se le presentan. Incluso Pablo Latapí, señala que hay insatisfacción en la formación inicial, debido a que los sistemas de formación inicial no han atendido los requisitos de ingreso de los estudiantes, menciona que el nuevo docente debe tener “vocación” para desempeñar dicha profesión.

La formación inicial que tienen los docentes da mucho que desear, es por eso que el docente requiere que se actualice permanentemente debido a que su formación inicial no basta para desempeñar su quehacer educativo.

Los docentes que están en servicio y llevan muchos años se reniegan a cambiar sus metodologías, y por tanto a aceptar las nuevas reformas, esta actitud da pie a la desprofesionalización del docente.

El sistema educativo ha implementado estrategias que permiten al docente a tomar cursos como parte de su formación continua, uno de los programas que aún está vigente es PRONAP, que tiene como propósito brindar a los docentes cursos que le ayuden a actualizarse y no quedarse rezagados, existen también los centros de maestros, que fueron creados con el único fin de ofrecer a los docentes un espacio donde pueda investigar, resolver dudas, y contar con el apoyo de maestros especializados que ayudan a los docentes a resolver algún problema. A partir de lo que se percibe, y se nota en la actitud de los docentes, surge la siguiente interrogante ¿Realmente los docentes acuden a los centros de maestros para estar en constante aprendizaje permanente? o ¿Solo se acercan a esos espacios por alguna cuestión administrativa?, para dar respuestas a las preguntas sería necesario hacer una minuciosa investigación, aunque la realidad es demasiado cruda, porque la mayoría de los docentes no demuestran un interés por tener un aprendizaje permanente.

Es lamentable que los docentes actuales no busquen su profesionalización, probablemente la mayoría de los docentes que tienen muchos años de servicio son los que más se niegan a cambiar, y sobre todo aceptar las nuevas reformas, lo mencionado anteriormente lo refuerza Rosa María Torres del Castillo cuando dice que “las políticas y medidas que se han aplicado en los últimos años ante el problema docente, tanto a escala global como nacional, están lejos de responder a la complejidad y urgencia de la situación, y más bien, están contribuyendo a reforzar algunas tendencias más negativas hacia la desprofesionalización del magisterio” (1998)

Cuando la autora menciona que simplemente las políticas no han sido suficientes para mejorar la calidad de los docentes, alude a que por más reformas que se hagan, y se brinden diversas oportunidades a los docentes, sin ellos no deciden cambiar, será difícil alcanzar la anhelada calidad educativa. El problema recae en los docentes debido a que la mayoría de ellos no asumen una profesionalización con responsabilidad.

Es importante mencionar que los docentes aprenden en diferentes ámbitos, y los conocimientos que obtienen también ayudan en su práctica docente, aunque el aprendizaje permanente implica pues, que los docentes aprendan a aprender. Cabe resaltar que las competencias profesionales tienen su base en la formación inicial y se desarrollan durante todo el ejercicio docente.

En la denominada sociedad del conocimiento, desarrollar la competencia para el aprendizaje permanente resulta esencial, porque permite que los docentes cuenten con herramientas intelectuales, conocimientos y actitudes que les ayuden a comprender, adaptarse y a aprender a vivir en diferentes contextos, así como atender con mayor pertinencia los nuevos requerimientos sociales y laborales. El aprendizaje permanente es interdependiente

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