Cultura Estadística y Geográfica
miregonzalez21 de Mayo de 2015
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Cultura Estadística y Geográfica
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Antecedentes
El 8 de agosto de 2002 apareció
publicado en el Diario Oficial de
la Federación (DOF) el decreto por
el que se creaba el Instituto
Nacional para la Evaluación de la
Educación (INEE). De esta forma,
el INEE nació después de 18 meses
de intensas y complicadas
negociaciones en las que
participaron diversos sectores de la
educación en México, mismos que
tuvieron un intenso debate: o
se formaba un organismo
independiente y plenamente
autónomo mediante una iniciativa
de ley impulsada por el Congreso de
la Unión o, por el contrario,
se creaba por decreto presidencial
como entidad del sector educativo,
presidido por el secretario de
Educación Pública.
El Ejecutivo Federal optó por
esta última vía, pero dejó abierta la
posibilidad para que los legisladores
le dieran al INEE una base legal
La evaluación como factor
de cambio en la educación*
Porfirio Tamez Solís* *
En este documento se analiza el intenso debate surgido a partir del decreto
de creación del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, se destaca el
papel fundamental que desempeña la información en la ejecución eficiente de la
evaluación educativa y se abordan las características, ubicación y disponibilidad
de las fuentes de información relacionadas con el tema.
más amplia y con mayor autonomía.
Esto fue totalmente razonable pues
lo que a toda costa debía garantizarse
era la competencia técnica rigurosa
del Instituto, al margen de
toda politización.
Hasta hoy, en la discusión ha
predominado la perspectiva política
sobre la técnica acerca de su
integración, conducción y
operación, porque el debate de
fondo –el profesional, pedagógico
relativo a las características, ventajas,
limitaciones y posibilidades de
mejora del modelo de evaluación
propuesto– ha quedado relegado
a un segundo plano, y en
ciertos círculos de interés
prácticamente está ausente.
* Documento presentado en la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), en el marco de la Semana del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e
Informática (INEGI) en tu Universidad del 28 de octubre al 1 de noviembre de 2002.
** Director de la biblioteca Raúl Rangel Frías, de la UANL. Teléfono: 01 (81) 83 29 40 90, ext. 4090. Correo electrónico: ptamez@ccr.dsi.uanl.mx
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Con la aparición del Instituto
se abrieron espacios para el debate
–principalmente de orden político,
no técnico o académico– que
inició en febrero del 2001 con el
anuncio de la creación de un
organismo nacional dedicado a
la evaluación de la educación
en todos sus niveles.
De acuerdo con las diversas
versiones, que surgen de
los foros de discusión educativa
y de los medios de comunicación
masiva, es posible que los
legisladores federales discutan y,
en su caso, aprueben un nuevo
marco normativo para el INEE,
pero por ahora el decreto publicado
en el DOF es el sustento jurídico que
formula, delimita y regula la
operación y las actividades de
la nueva institución.
De toda esta polémica, han
quedado claras algunas cuestiones
fundamentales:
• Existía un consenso entre los
diversos sectores sociales y
fuerzas políticas en México en
el sentido de crear una entidad
evaluadora de la educación.
• Las diferencias de opinión
existentes sobre ésta eran, y
todavía lo son, de orden
político y no técnico,
metodológico o académico.
• Los organismos centrales
encargados de recabar y producir
información estadística, las
instituciones de educación
superior, e incluso, otros
grupos sociales y fuerzas políticas
coincidían también en destacar el
papel fundamental que desempeña
la información en los procesos
de planeación, programación
y evaluación de la educación y,
por lo tanto, se consideraba
como una tarea de la mayor
prioridad en México el crear los
instrumentos técnicos y
metodológicos necesarios
para diseñar y operar un sistema
nacional de información de
la educación.
Por ello, al considerar el tema de
la evaluación educativa –tratando
de analizar en particular el papel
que la información actual, veraz,
confiable y fidedigna desempeña
para su ejecución eficiente–, se puede
contribuir a sentar las bases para
el desarrollo y consolidación del
sistema nacional de información de
la educación que la Asociación
Nacional de Universidades e
Instituciones de Educación Superior
(ANUIES) ha estado tratando de
impulsar desde el 2001.
Entonces, los objetivos de este
artículo son:
• Analizar el debate sobre la
evaluación educativa que se
ha dado en nuestro país a raíz
del decreto por el que se creó el
Instituto Nacional para la
Evaluación de la Educación,
destacando el importante papel
que desempeña la información.
• Estimar las características,
ubicación y disponibilidad de
las fuentes de información
auxiliares en el proceso
de evaluación educativa.
Evaluación educativa
Ernesto Bolaños Lozano menciona
que aun cuando la evaluación
no dispone de un cuerpo conceptual
coherente que le otorgue
el nivel de disciplina científica, es
una actividad de gran importancia,
eminentemente práctica, auxiliar
de diferentes ciencias como
la economía, sicología, física,
pedagogía, etc., con una intención
utilitaria de medición que agrega
valor al asunto evaluado, pues
contribuye a la modificación de
una situación existente a otra
considerada deseable.1
La evaluación educativa es
un término demasiado amplio
y puede ser aplicado a múltiples y
variadas situaciones o momentos
del proceso, por ejemplo, se habla de
evaluación interna (o autoevaluación)
y externa; institucional y
departamental; de los centros
escolares y de una función dentro
de ellos; curricular y de una
materia; del aprendizaje en lo general
y, en lo particular, a la de los
alumnos; de los maestros; y de la
infraestructura, por mencionar
algunos tipos.
La experiencia mexicana en
este rubro se remonta a la década
de los años 60, cuando algunas
instituciones de educación
superior iniciaron tareas de
evaluación a nivel interno. En la
correspondiente a los años 70,
la Secretaría de Educación Pública
(SEP) y la ANUIES promovieron
su ejecución sistematizada a nivel
nacional, pero no fue sino hasta la
última década del siglo pasado que
1 Bolaños Lozano, Ernesto. Experiencias de evaluación externa de la educación superior en México. Monterrey, México, Universidad Autónoma de Nuevo
León, 1998, pp. 15 y 16.
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se sentaron las bases para
llevarla a cabo de acuerdo
con criterios que respetaban
las tendencias internacionales.
La creación, en 1989, de la
Comisión Nacional de Evaluación
(CONAEVA), que impulsó la
realización de autoestudios en
las universidades públicas y la
operación de los comités
interinstitucionales de evaluación
de la educación superior (CIEES) o
comités de pares, a partir de 1991,
fueron acontecimientos importantes
que atrajeron la atención de
los diversos sectores educativos
del país sobre el tema de la
evaluación, aunque al mismo tiempo
se generó una fuerte polémica
debido, particularmente, a la falta de
instrumentos para ejecutarla
de manera apropiada. Por ello, el
Centro Nacional de Evaluación de la
Educación Superior (CENEVAL),
formado en 1994, se dio a la tarea
de responder, en parte, a las
inquietudes existentes por medio
de la elaboración de pruebas
normalizadas para evaluar el
aprendizaje de los estudiantes de los
niveles medio-superior y superior.
Los investigadores del área, a su
vez, también participaron en el
debate; fue así que Eduardo Ibarra
Colado advirtió al sector educativo
superior, al inicio de la década de los
años 90, sobre lo que consideraba
un asunto fundamental, a propósito
de los lineamientos seguidos por el
Consejo Nacional de Ciencia y
Tecnología (CONACYT) en sus
procesos internos de calificación
y suministro de recursos. Él decía
que el problema de toda evaluación
educativa residía en la determinación
de los criterios por emplear, dando
como ejemplo los utilizados por
el Consejo para evaluar
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