EL ARTE COMO BIEN CULTURAL
37599173RAPráctica o problema13 de Junio de 2017
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EL ARTE COMO BIEN CULTURAL
Sobre el concepto de arte
“El arte y el hombre son indisociables. No hay arte sin hombre,
pero quizá tampoco hombre, sin arte. Pero él, el mundo se hace más inteligible y accesible, más familiar. Es el medio de un perpetuo intercambio con lo que nos rodea, una especie de respiración del alma, bastante parecida a la física, sin la que no puede pasar nuestro cuerpo. El ser aislado o la civilización que no llegan al arte están amenazados por una secreta asfixia espiritual, por una turbación moral” 1
René Huyghe
No resulta fácil ofrecerles una definición acabada de arte. Si así lo hiciere, solo sería mi definición de arte en tanto fue construida en base a la experiencia personal, única e irrepetible, de un sujeto. Picasso decía que si supiera lo que es el arte no se lo diría a nadie, pues cada uno debe elaborar su propia perspectiva en base a la apreciación y producción artística. Sin embargo, hace falta conceptualizar este campo del saber pues se constituye como el objeto de estudio de la Educación Artística.
Regularmente, cuando preguntamos acerca de su significado, el arte está asociado a la expresión de emociones y a la comunicación de estas. Pero, y aunque haya tantas definiciones como artistas hay, podemos ampliar su sentido y encontrar otras acepciones, más o menos recurrentes, que se proponen como aspectos esenciales de su función dentro de un contexto cultural. Entre las posiciones encontradas aparecen quienes consideran al arte como expresión de lo bello. Quienes participan de esta idea estudian las ideas estéticas a través de la historia, su cambio en relación a las diferentes épocas. Están quienes defienden la idea de que el arte es un modo de vida, un lenguaje, una manifestación de lo social, una forma de conocimiento… No es menos válida una definición actualmente circulante que considera al arte como el producto de una sociedad tecnológica que alcanza, como señala Montes Gutierrez (2007), la integración del arte en el proceso productivo industrial y que incluso ha derivado hasta en la propia negación del arte (anti-arte) y hasta la postulación del fin del arte. De todos modos, frente a la proliferación de conceptualizaciones, aparecen algunos aspectos que se repiten: el hombre, la civilización y la naturaleza.
El hombre aparece como un sujeto activo, como creador y también involucrado en la actividad artística como sujeto pasivo o interpretante de la obra. Dice Nora Ros:
El Arte, en sus más diversas expresiones, es una actividad eminentemente social, que se hace presente en la vida cotidiana del hombre. Es un aspecto central de su vida que lo ayuda a diferenciarse del resto de los seres vivos ya que él es el único capaz de producirlo y disfrutarlo. El Arte ocupa un lugar destacado para todos, es parte de la experiencia pública, ya que a través de él se manifiesta la propia cultura. Ros (200..:1)
Este hombre, creador de arte, pertenece a un contexto determinado, de allí que responde al conjunto de caracteres propios de la vida colectiva: la civilización. El artista responde a su contexto geográfico, social, económico, político y cultural. Su manifestación es expresión del contexto en el que se sitúa. Por ultimo, es recurrente también observar que las definiciones responden a la relación entre hombre y naturaleza. El artista no reproduce mimeticamente la naturaleza sino que crea y transforma la naturaleza. Las necesidades del artista pueden responder a diferentes motivaciones: humanas, sociales, espirituales, religiosas, políticas, etc.
¿Cual es la función del arte?
Ciertamente, la función del arte depende del espacio y el tiempo en el que este arte fue creado. Cada estilo artístico refleja las necesidades de un artista comprometido con su realidad. Es por esto que cada época, cada movimiento artístico, tiene su propia finalidad. Entre las funciones más recurrentes encontramos la función mágico-religiosa, estética, política, conmemorativa y educativa. Los elementos técnicos y estéticos utilizados en cada época responden a la función que se promueva como válida para una época y en un lugar determinado. Ros señala:
La actividad artística, múltiple e integradora, tiene distintas funciones en diversas
culturas, épocas históricas y grupos sociales, pero quizás la más importante sea la de lograr comunión, producir armonía en la personalidad, dar placer, reflejar la vida y la realidad, reflejar conflictos internos o sociales, estructurar la moral y desarrollar la capacidad creadora, base de todo nuevo descubrimiento científico que ayuda a satisfacer y mejorar la subsistencia.
Desde el punto de vista de la recepción del arte, también para el intérprete ha de estar presente la función del arte. En un interesante texto de Fisher llamado “La función del arte” (1973), el autor se pregunta qué hace que el arte se convierta en una necesidad para el hombre y porqué este fenómeno que promete recreo, diversión y entretenimiento es inherente al hombre y tiene una verdad en cuestión. Fisher se pregunta porqué, como receptores de arte, nos identificamos con una pintura o un fragmento musical y reaccionamos ante esta “irrealidad” como si se tratase de una intensificación de la realidad. Es evidente que el hombre quiere se algo más que él mismo. Adentrarse en un juego, en una representación, supone vivir una experiencia aunque sin pasar efectivamente por esta. El hombre necesita extender su “yo” y absorber el mundo circulante. El hombre “(…)quiere, con el arte, unir su “yo” limitado a una existencia comunitaria; quiere convertir en social su individualidad.” Fisher (1973:120) Esto significa que el hombre desea compartir experiencias e ideas que potencialmente pueden ser suyas. Sin embargo, no debemos confundir este proceso con una identificación meramente emocional de parte del interpretante como tampoco podemos decir que el artista responde solamente a la pulsión de sus sentimientos. El proceso artístico es altamente conciente y racional en el sentido en que “(…)el artista debe captar y transformar la experiencia en recuerdo, el recuerdo en expresión, la materia en forma” Fisher (1973:121) El arte propone un encuentro, una penetración hacia una realidad diferente, hacia una situación mágica donde el arte desarrolla formas para involucrarse con la fantasía, la persuasión, la exageración, el sentido, la distorsión, etc. Fisher(1973) expresa que: “El arte es necesario para que el hombre pueda conocer y cambiar el mundo. Pero también es necesario por la magia inherente a él.” (126)
Repasemos entonces cuáles han sido alguna de las funciones otorgadas al arte a través del tiempo.
Funciones del arte a través del tiempo: los movimientos artísticos
La obra de arte da cuenta de los factores que pueden influir en el creador y también en la propia obra de arte. Esto es, cuando observamos o escuchamos una obra, podemos contemplar aspectos vinculados a la personalidad del artista, sus inquietudes, deseos, necesidades, sentimientos; a factores que responden a la sociedad del momento, los gustos de la época, los acontecimientos históricos, las circunstancias biográficas del artista, la influencia de la obra de artistas contemporáneos; y además a los conocimientos técnicos de la época. De esta manera podemos penetrar en la representación comprendiendo algo del sentido que le imprime un artista perteneciendo o habiendo participado de un movimiento o estilo determinado.
Los movimientos artísticos y el desarrollo de sus estilos pueden observarse a lo largo de la historia del arte por las características comunes que se repiten en cada época. En este sentido deberíamos observar el estilo y la evolución que tuvieron las formas artísticas, las fases de esta evolución y las causas de cambio de estilo. Las valoraciones de este fenómeno también pueden realizarse desde distintas perspectivas. Puede darse un análisis formalista: sobre el arte a través de las formas; iconográfico e iconológico: sobre el significado de la obra de arte; sociológico: sobre el contexto de la obra de arte o el artista; psicológico: sobre la psiquis del autor y el receptor y; lingüístico o semiótico: atendiendo al arte como lenguaje. En este sentido, podríamos aventurar el análisis de una obra desde alguna perspectiva pero nunca agotar sus aristas. Les propongo entonces acercarnos a algunos movimientos y a sus características principales solo para reconocer pequeñas diferencias y sincronías temporales.
El arte en el tiempo
[pic 1] Imagen 1
Desde la antigüedad, se advierte la necesidad del hombre de manifestar su relación con lo natural y con lo espiritual a través de símbolos. En la imagen 1 observamos una imagen con sentido mágico-religioso asociada a la fertilidad “La Venus de Willendorf”. De igual manera, enfrentó e intentó dominar lo desconocido con su propio cuerpo improvisando danzas, ritmos y cantos. Las producciones eran modelos fijos, invariables para cada ocasión o necesidad. Buscó ampliar sonoridades, acompañándose instrumentos como el tambor, siendo al principio una cavidad hecha en la tierra que se cubría con un trozo de corteza, sólo lo tocaban las mujeres y se usaba en los rituales de fecundidad. La mano era el instrumento de percusión, que luego se reemplazó por el palillo cuando el hombre comenzó a participar del ritual; después fue un medio de trasmitir mensajes a larga distancia y posteriormente se utilizó para ceremonias de guerra y de muerte.
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