El Vitral Como Bien Cultural Y Material.
MirellGlass25 de Abril de 2014
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Índice.
Resumen. ------------------------------------------------------------------------------------------------------- 3
Aspectos Históricos. ----------------------------------------------------------------------------------------- 4
Algunas consideraciones sobre el tratamiento jurídico internacional y nacional. ------------ 4
Bibliografía. --------------------------------------------------------------------------------------------------- 7
Resumen.
La vidriera o vitral es el término por el cual se conoce todo elemento arquitectónico que actúe como cerramiento de un vano. Que incluya de forma completa o parcial, un conjunto de paneles compuestos por vidrios que pueden ser de colores o no, pintados o no. Unidos entre sí con propósitos decorativos o artísticos de acuerdo a varias técnicas de fabricación que los agrupan por categorías tipológicas y entre las que resaltan las tradicionales confeccionadas como mosaicos, con soporte en madera, con red de plomo o con cinta de cobre.
Con el paso del tiempo tanto los significados como las aplicaciones de los vitrales no solo han evolucionado, sino que han extendido su uso a los más variados espacios en los cuáles es posible apreciar una combinación cada vez más única y personalizada de belleza, colorido, armonía, técnica, y complejidad.
El patrimonio vitralístico enclavado en nuestras tierras ha permanecido prácticamente en el anonimato y la falta de estudios sobre el tema ha contribuido en gran medida al lamentable abandono o pérdida de algunas de estas piezas. Este elemento patrimonial como valor agregado de la arquitectura o como obra de arte es digno de reconocimiento, documentación, registro y catalogación científica que permita así la adquisición de un conocimiento más pormenorizado y actualizado de sus deterioros en aras de mantener un mejor mantenimiento y conservación.
La sistematización de este tipo de estudios servirá como un homenaje a aquellos artesanos y artistas que contribuyeron a desarrollar este oficio en Cuba. Permitirá asimismo no solo la divulgación para su gestión como bien patrimonial y cultural sino el completamiento de un registro histórico y técnico de las obras y de sus múltiples valores como arte industrial e industria menor. De estos objetivos se deriva la importancia de conservarlos para las generaciones futuras.
Palabras Clave:
Vidrieras; vitrales; bien cultural; conservación.
Aspectos Históricos.
La antigüedad de las vidrieras se remonta hasta la Edad Media, reportándose el hallazgo de las primeras piezas con anterioridad al siglo X y de las cuales solo se conservan escasos ejemplos de relativa baja calidad. A este período le siguió a partir del siglo XII el auge gótico donde adquirieron protagonismo como nunca antes por su forma de emplear la luz, los colores y las formas sin precedentes hasta ese momento. Posteriormente le siguió un intervalo de tiempo donde disminuyó de forma significativa su producción solo respondiendo a determinados encargos y/o a la restauración de algunas piezas de etapas anteriores.
No fue hasta el modernismo que el arte de la vidriería tuvo una recuperación que incrementó las creaciones y modernizó las formas de hacer, asimismo provocó la apertura de las temáticas y el alcance de los trabajos. Es en este período donde comienzan los primeros intentos de recuperación práctica de la actividad a una mayor escala y del desarrollo de todo un movimiento teórico para su protección y estudio.
Este tipo de manifestación en Cuba comenzó como un arte importado de la mano de reconocidas compañías europeas. Pronto tendríamos a nuestros propios artesanos desarrollando una industria que aunque menor (Arroyo, 1943), en comparación con las del Viejo Mundo, tendría una prolífica y destacable obra como es el caso de José M. Bustos y Campa autor de las piezas de la antigua sede del gobierno; la Ballesteros Cía. autores de la capilla de los Zayas-Jaén; así como otras compañías y artistas fundamentalmente españoles, franceses e italianos radicados en Cuba como Gino Ciolli autor de las vidrieras del Capitolio.
En la actualidad el patrimonio vitralístico comienza a ser valorizado como tal y no solo como un elemento agregado de la arquitectura de la cual forma parte. La sistematización de los estudios de cualquier tipo, ya sean histórico-artísticos o de materiales sirve como un sencillo homenaje a aquellos artesanos y artistas que contribuyeron a desarrollar este arte. Aportan además una visión más real y pormenorizada de sus múltiples valores, conjuntamente con la posibilidad de trazar mediante la divulgación y socialización planes de gestión que tributen a su mejor conservación y mantenimiento.
Algunas consideraciones sobre el tratamiento jurídico internacional y nacional.
La "vidriera histórica" entendida como todo tipo de cerramiento de un vano o ventanal que utilice vidrio, como material principal, tratado con cualquier tipo de técnica decorativa u ornamental. El término histórico no llega a acotarse en período alguno, tan solo las épocas históricas de las que la legislación y los organismos pertinentes pretenden preservar, conservar y proteger su valor. (Cortés, 2005:01)
Una vidriera considerada histórica es un bien cultural mueble, reconocido así por ser un objeto producido por los seres humanos como testimonio de procesos históricos, económico-sociales, artísticos, científico-técnicos, arquitectónicos, entre otros. Este tipo de bienes permiten como evidencia material identificar las características esenciales de un grupo humano en un período y ámbito determinados. Las vidrieras al ser consideradas como parte de la arquitectura y no por su propia riqueza han sido en muchos casos pasadas por alto. Ellas constituyen entonces un tipo de patrimonio muy desconocido y con grandes peligros de destrucción y espolio. Ejemplo de esto son el caso español donde han sido sustraídas de una locación particular por pertenecer a determinado autor o período, o la Necrópolis de Colón donde han sido simplemente presas del vandalismo sin compasión de personas inescrupulosas que no comprenden sus múltiples valores.
El envejecimiento y deterioro de este tipo de bien cultural realizado con cualquiera de las técnicas consideradas tradicionales constituye un fenómeno importante, si tenemos en cuenta que la confección de estas piezas de forma manual y artesanal les otorga una categoría única. Además de que han sido asumidas en la representación de distintas etapas históricas, estilos arquitectónicos y condiciones sociales y económicas representan entonces mayoritariamente una proyección de la clase alta e ilustrada. En nuestro país este grupo se sirvió de ellas para proclamar su gusto exigente y refinado como parte del conjunto de relaciones sociales que las mantenía en el poder.
Para los estudiosos del patrimonio es entonces une herencia y constituye un tipo de memoria. Entendida así no solo por el trabajo con el vidrio que es considerado un material histórico sino de los bienes que poseían estas clases y que en su momento aportaron a su condición e inserción social.
El arte de las vidrieras declaradas históricas o no pudiera considerarse por su especificidad como falto de regulaciones, nada más lejos de la verdad. Su vinculación con la legalidad no es muy abundante y sí específica y poco conocida. Lo cierto es que este elemento ha sido de cierta manera mantenido al margen de las normas legales internacionales más divulgadas (entiéndase convenciones, cartas, declaraciones y recomendaciones). Su aparición en muchas de ellas se limita meramente al hecho de ser consideradas como elementos arquitectónicos o decoración interior en el caso de que el inmueble en el que se encuentran corresponda a alguna categoría patrimonial.
En el caso de estas normas legales y en base al tratamiento que reciben podemos agruparlas en tres grupos fundamentales. En el primero encontramos un tratamiento muy general y por consiguiente superficial que corrobora el planteamiento anterior. En el segundo grupo podemos hallar los que asumen una postura también general, aunque contienen detalles más encaminados a la conservación y/o restauración de alguno de los materiales o estructuras que las integran. Un tercer y último grupo que contiene acciones concretas diseñadas para las vidrieras y sus tratamientos.
Los artículos relacionados en el primer grupo corresponden mayormente a monumentos o sitios históricos con alguna alusión a la protección de sus estructuras o fábrica, de forma universal en aras de no afectar el todo patrimonial. En este caso podemos citar fundamentalmente ejemplos como: las Cartas de Venecia, 1964; de Nara, 1994; de Brasilia, 1995; de Cracovia, 2000 y la Recomendación de promover la conservación integrada de conjuntos históricos compuestos
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