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EL CAPITAL MONOPOLISTA


Enviado por   •  14 de Enero de 2015  •  3.666 Palabras (15 Páginas)  •  259 Visitas

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El propósito de la lectura es realizar un análisis del capitalismo monopolista, tomando como ejemplo la experiencia que hubo en Estados Unidos sociedad monopolista capitalista más desarrollada y logra su unidad esencial alrededor de un tema: la generación y absorción de los excedentes bajo las condiciones del capitalismo monopolista. Desde este punto meramente económico, se trata de juzgar también los modos de utilización de los excedentes, que constituirían el mecanismo indispensable que enlaza los fundamentos económicos de la sociedad con lo que Marx llamó la superestructura política, cultural e ideológica.

El excedente económico es definido como la diferencia entre lo que una sociedad produce y los costos de esa producción, se emplean el concepto de “excedente” en vez del tradicional de “plusvalía”, de Marx, porque éste, en la práctica, se ha desvirtuado comprendiendo sólo utilidades, interés y renta, y se quiere que el nuevo término excedente económico ayude a volver a una posición teórica en la que este concepto comprenda, además, la renta del Estado (o impuestos) y de la Iglesia (donde ésta la perciba), los costos de transformación de las mercancías en dinero y los salarios de los trabajadores improductivos.

Los autores tratan de construir un modelo el cual ayude a comprender mejor la realidad de la economía, este modelo es irreal ya que la llamada corporación gigante es solo el nombre que se le da a la economía capitalista monopolista. Esta corporación tiene tres aspectos: 1) el control descansa en la dirección; 2) la dirección está constituida por un grupo desligado de los accionistas, que se autoperpetúa para fines prácticos; 3) cada corporación aspira —y generalmente lo logra— a su independencia financiera, que es la fuente y la base de la continuación del poder, la riqueza y los privilegios.

La inferencia de los llamados “grupos de intereses”, como corporaciones de banqueros u organizaciones económicas que controlarán como accionistas y desde fuera grandes negocios, es cada vez menor debido al poder económico y financiero, dominio sobre el mercado y fuerza de investigación y desarrollo que han ido acumulando las grandes corporaciones incrementando sus utilidades derivadas del monopolio y haciéndose cada vez más capaces de autofinanciarse pero no descartan la posibilidad de alianzas, pactos y agrupamientos entre corporaciones ya que al igual que la lucha y la competencia son esencia del capitalismo monopolista

No puede pensarse, según los autores, que la administración científica de las grandes corporaciones, formada por una tecnocracia, procederá con criterios más equitativos y de mayor sentido social que los viejos capitalistas; contra estas opiniones manifiestan que el principio por el que se rigen los consejos directivos, salvo casos de excepción, lo constituye el enfoque sistemático a la reducción de costos, la expansión de ingresos y el incremento de utilidades; y así la economía de las grandes corporaciones está más dominada por la lógica de hacer ganancias de lo que estuvo la economía de los pequeños empresarios.

Los autores hacen una comparación de las personas que integran el cuerpo directivo de la gran corporación, sostienen que el director actual es muy diferente del magnate de hace cincuenta años: este se mantuvo fuera y por encima de la empresa, el administrador actual está dentro y dominado por ella; la lealtad de uno fue hacia sí mismo y su familia; la lealtad del otro es para la organización a la que pertenece y a través de la cual se expresa. Por eso, según los autores, los directivos de las grandes empresas modernas se despersonalizan y están determinados por una tendencia que es inherente a la corporación, y cuyo fiel seguimiento determinaría su conducta y su ascenso y posición final dentro de la misma ya que como se menciona en la lectura, el primero robo a la empresa y el actual roba para ésta.

Nos dice que la tasa de crecimiento, la fuerza y la magnitud son los objetivos primordiales de las políticas de las corporaciones ya que son índices importantes para el crédito y el precio de los valores de la empresa. Las utilidades aportan los fondos internos para expansión; son la fibra y el músculo que a su vez da acceso a fondos de exterior, siempre y cuando son necesarios. La expansión interna, la adquisición y las fusiones son los medios gracias a los cuales crecen las empresas, y el crecimiento es el camino para la magnitud. Así que las utilidades, aunque no sean la meta final, son los medios necesarios para lograrla. Aquí está la verdadera explicación socioestructural para distinguirla de la individual-psicológica, de la clase de conducta que busca el máximo de ganancias.

Más adelante, recalcando aún más estas ideas, concluyen: «Sintetizando, los negocios constituyen un sistema ordenado que selecciona y recompensa de acuerdo con un criterio bien entendido.El principio motriz es llegar tan cerca como sea posible de la cumbre dentro de una empresa que esté tan cerca como sea posible de la cumbre de las corporaciones. De ahí la necesidad de utilidades máximas. De ahí la necesidad de destinar las utilidades adquiridas a acrecentar la fuerza financiera y a acelerar el desarrollo. Estas cosas llegan a ser la meta subjetiva y los valores en el mundo de los negocios porque son los requisitos objetivos del sistema. El carácter del sistema determina la psicología de sus miembros y no viceversa». Nótese cómo esta última expresión encierra la idea, muy propia del marxismo de que son los sistemas y los procesos sociales como la avaricia y el deseo de enriquecerse los que determinan la conducta del individuo. Es decir, se despersonaliza al hombre.

Si bien consideran los autores que la empresa gigante trata de hacer máximas sus ganancias y capital, como su antecesora la empresa individual, señalan respecto a la misma dos diferencias: un horizonte más a largo plazo que el del capitalista individual y una mayor cautela para asegurar su permanencia y estabilidad. Estas diferencias dan ciertas características y forma de conducta que se traducen en dos características importantes:

1) Una sistemática evasión de riesgos. La gran corporación está más capacitada para prever y prevenir los riesgos de lo que estaba el empresario individual. Frecuentemente las grandes corporaciones, cuando surgen nuevas industrias o nuevos productos quedan a la expectativa de los resultados, dejando el riesgo a la pequeña empresa: ella hará el trabajo de exploración. Si tiene éxito, la gran empresa intentará una compra o una fusión.

2) Una actitud de vivir y dejar vivir hacia los demás miembros del mundo corporativo. Esta actitud que caracteriza a la gran corporación, depende según los autores de la magnitud de sus inversiones y de la racionalización del

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