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“EL JUEGO: UNA MIRADA VIGOTSKYANA”


Enviado por   •  4 de Noviembre de 2016  •  Prácticas o problemas  •  2.136 Palabras (9 Páginas)  •  249 Visitas

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                                                UNIVERSIDAD NACIONAL DEL COMAHUE

                                                FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

EL JUEGO: UNA MIRADA VIGOTSKYANA”

                                                        Ficha de Uso Interno

                                                        Cátedra Psicología del Niño

                                                        Psic. María Elisa Cattaneo

                                                        2005


INTRODUCCIÓN

Las aportaciones Vigotskyanas ponen de relieve un interés especial en  delimitar conceptualmente el origen y la naturaleza de la actividad lúdica y su papel en el desarrollo humano. Desde esta perspectiva, hallamos un planteo que nos posiciona frente a la actividad lúdica de un modo particularmente distinto a otros modelos teóricos. Trataremos de explicar a continuación, de modo breve y conciso el sentido sociohistórico, psicológico e instrumental del juego en tanto actividad humana personal o colectiva, a través del lenguaje y la adquisición de códigos comunicativos.

DESARROLLO

Vigotsky considera inadecuado definir el juego como una actividad placentera para el niño, es decir,  no es el placer una característica definitoria del juego, en tanto existen otras actividades que representan para el niño mayores experiencias de placer, por ejemplo el succionar un objeto, aunque ello no lo sacie. Por otra parte, hay juegos que sólo producen placer si el niño encuentra interesante el resultado, por ejemplo: juegos en los que se puede ganar o perder, característicos del final de la edad preescolar y principios de la etapa escolar. Por ello, se dice que el juego completa las necesidades del niño. Detrás de cada acción hay una necesidad, una motivación.

 Los  niños pequeños necesitan satisfacer sus deseos en forma inmediata, el intervalo entre el deseo y su satisfacción suele ser muy breve. Pareciera que el juego emerge en el momento en que el niño empieza a experimentar tendencias irrealizables, por ejemplo, en la edad preescolar, cuando aparecen deseos que no pueden ser inmediatamente gratificados u olvidados y aún persiste la tendencia de los primeros años a la inmediata satisfacción de los mismos, la conducta cambia y para resolver esta tensión recurre a un mundo imaginario, en el que aquellos deseos irrealizables encuentran cabida, este mundo es el juego.

Cabe agregar que la imaginación constituye un nuevo proceso psicológico, al igual que todas las funciones del conocimiento surge originariamente de la acción, quiere decir que el niño crea una situación imaginaria, no obstante, el juego no es exactamente una acción simbólica en el sentido estricto del término, de manera que es imprescindible averiguar el papel de la motivación en el juego; pues, si cualquier tipo de juego representa la realización en forma lúdica de tendencias que no reciben inmediata satisfacción, los elementos de las situaciones imaginarias, se convertirían inmediatamente en parte del tono emocional del juego. Las cosas poseen una fuerza motivadora inherente respecto a las acciones del niño, en el sentido de que las cosas mismas dictan al niño lo que éste debe hacer. Así, al crear situaciones imaginarias de juego, el niño está incorporando de manera no conciente valores, actitudes y comportamientos de la vida real, en otros términos está desarrollando patrones motivacionales, porque al jugar ingresan a la cultura, a los valores, a los posibles roles sociales y desde luego, va de la mano de los padres, de “otros”.

A partir de  observaciones e  investigaciones , el juego que comporta una situación imaginaria es de hecho el juego provisto de reglas. Para Vigotsky siempre que se produzca una situación imaginaria en el juego habrá reglas, pero no el tipo de reglas que se formulan por adelantado y que van cambiando según el desarrollo del juego, sino reglas que se desprenden de la misma situación imaginaria, reglas que van surgiendo en simultáneo a la actividad lúdica : por ejemplo, si una niña está representando el papel de mamá, debe observar las reglas de la conducta materna que le permite interpretar tal rol y no otro.

Ahora bien, desde la perspectiva Vigotskyana, el jugar en una situación imaginaria no es posible para un niño menor de tres años, de hecho sus acciones están determinadas en gran medida por las utilidades que tienen los objetos en el mundo real: un teléfono sirve para jugar a que se habla por teléfono. Sin embargo puede decirse desde el punto de vista del desarrollo, que la creación de la situación imaginaria es la puerta de entrada al pensamiento abstracto, característico de una etapa posterior del desarrollo y prepara las condiciones para la integración social.

 Por su parte, los niños preescolares una vez que empiezan a crear situaciones imaginarias y a comprometerse en ellas, los objetos de la realidad dejan de imponer acciones precisas fuera del juego, los niños ven el objeto real pero se comportan eludiendo lo que ven. Lo decisivo de esta nueva etapa es la independencia del actuar del sujeto respecto de la realidad establecida, para ello, han debido asignar un significado  propio al objeto en cuestión. (Un palo no es sencillamente un palo, sino que a partir del juego, se convierte en  un caballo).Son las ideas las que establecen la acción y no los objetos.

Es importante destacar, que los niños no asignan significado arbitrariamente, no cualquier objeto puede cumplir el rol de caballo, el niño elige uno: el palo, de modo que ciertos rasgos particulares del objeto real en cuestión, permiten el desplazamiento hacia lo imaginario: acciones y objetos se funden en un sentido.  Además, la pasión por el juego y sus reglas internas tiene más que ver con el deseo de saber y de saber hacer , de controlar a través de procedimientos lúdicos parcelas de la realidad a las cuales los niños no tienen acceso habitual, más que con el deseo de perderse en el principio imaginario del placer puro. Como diría Vigotsky, el deseo y pasión por el juego es más de naturaleza cognitiva, epistémica, que afectivo emocional, porque para él, las necesidades motivadoras del símbolo lúdico son de naturaleza fundamentalmente epistemológica. La motivación que produce la necesidad, lleva al conocimiento a través de la actividad.

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