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EL JUGADOR: FIODOR DOSTOIEVSKY

Alejandro MarínInforme27 de Septiembre de 2015

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INFORME EJECUTIVO

EL JUGADOR: FIODOR DOSTOIEVSKY

ALEJANDRO MARÍN ORTEGA

PROFESOR

LUIS ALFONSO ZAPATA RESTREPO

INSTITUCIÓN UNIVERSITARIA COLEGIO MAYOR DE ANTIOQUIA

FACULTAD DE ARQUITECTURA E INGENIERÍA

INGENIERÍA AMBIENTAL

INFORMÁTICA GRUPO: 3826A

MEDELLÍN

 2015

TABLA

TABLA        

PALABRAS CLAVES.        

INTRODUCCIÓN        

CUERPO DEL TRABAJO        

CAPITULO I        

CAPITULO II        

CAPITULO III        

CAPITULO IV        

CAPITULO V        

CONCLUSIÓN-ENSEÑANZA        

MAPA CONCEPTUAL        

ANEXOS        

BIBLIOGRAFÍA        

        

PALABRAS CLAVES.

A

ambiental        26

aprendizaje        4

B

biblioteca        4

C

CAPITULO        1, 5, 11, 14, 17, 20

D

Dostoievski        26

E

El jugador        5, 26

enseñanza        26

estudiantes        4

F

futuro        13, 26

I

informe        4

ingeniero        26

J

juego        5, 11, 13, 14, 17, 18, 21, 26

M

Microsoft Word        4

O

obra        4, 26

P

parcial        4

R

Roulettenburg        5, 6, 11

T

trabajo        4, 13, 18, 19, 23

INTRODUCCIÓN

Con propósito de evaluar las capacidades adquiridas durante las clases acontecidas en lo que lleva el semestre académico en el área de Informática avanzada, se realiza un informe ejecutivo con base en una obra literaria selecta a gusto por cada estudiante y tomada de la biblioteca institucional de la universidad colegio Mayor de Antioquia. Compuesto de variados ítems, el informe reúne distintos campos estudiados en clase sobre el procesador de texto-Microsoft Word- entre los cuales destacan las organización del trabajo (márgenes, tipo de fuente, tamaño de fuente, sangría) además de pestañas adicionales útiles a para la presentación de un trabajo como Índices y diseños, entre otros.

En este orden de ideas, la realización del trabajo, aparte de justipreciar lo aprendido en clases anteriores, invite y promueve la lectura y marca un hito en la vida personal de cada estudiante al proponer llevar el libro leído a la vida práctica, por lo que el trabajo comprende tanto un ámbito académico como de crecimiento personal.

Un correcto informe ejecutivo evidenciará el completo aprendizaje de las unidades propuesta en el área de informática y aportará en el componente socio-cognitivo de cada estudiante, por esto, este tipo de evaluación como parcial es un completo reto y un claro ejemplo de que no siempre en la educación es necesario papel, lápiz y un corto tiempo de respuesta para que los estudiantes puedan poner en práctica lo conocido y demostrar lo aprendido en un área en específico.

CUERPO DEL TRABAJO

El jugador- Fiodor Dostoievsky

CAPITULO I

Por fin he vuelto. Después de quince días de ausencia. Hace ya tres días que los nuestros llegaron a Roulettenburg. Creí que me esperarían con la mayor impaciencia, pero me equivoqué. El general tenías un aire sumamente desenvuelto. Me habló con arrogancia y me dijo que fuera a hablar con su hermana. Era evidente que habías conseguido que les prestaran dinero. Incluso me pareció que al general le molestaba mi presencia. María filippovna estaba muy agitada. Apenas me dijo unas palabras, pero tomó el dinero, lo contó y escuchó mi relato hasta el fin. Esperaban que viniera comer  Mezentzov, el francés y un inglés. Como siempre, así que tienen dinero, invitan a la gente a comer: a lo moscovita. Paulina Alexandrovna, Cuando me vio, me preguntó por qué había estado tanto tiempo ausente, y se fue sin esperar respuesta. No hay duda que lo hizo adrede. Sin embargo, es preciso que tengamos una explicación. Necesito aligerar mi corazón.

Me han dado una pequeña habitación en el cuarto piso del hotel. Aquí saben todos que yo formo parte del “séquito del general”.  Es evidente que han conseguido verse notar. Aquí tienen al general por un riquísimo señor ruso. Antes de comer, entre otros encargos, me dio dos billetes de mil francos para que se los cambiase. Los cambié en la oficina del hotel. Ahora nos mirarán, por lo menos durante ocho días, como a millonarios. Fui a buscar a Micha y Nadia para llevármelas a pasear, pero cuando estaban en la escalera el general me mandó a llamar: le pareció conveniente enterarse del lugar a donde me iba a llevar a las niñas. Verdaderamente, este hombre no puede mirarme a la cara. Aveces lo intenta pero siempre le respondo con una mirada tan insistente, es decir insolente, que parece que va a sacarle de quicio.

En un discurso enfático lleno de paréntesis, en el que acabó por armarse un verdadero lio, me dio a entender que debía de pasear con las niñas por el parque al cierta distancia del casino. Al final acabó por enfadarse y me dijo en tono brusco:

—Si no, es usted capaz de llevarlas a la ruleta. Perdóneme–añadió– pero sé que no tiene usted todavía muy sentada la cabeza y podría dejarse atraer por el juego. En todo caso, aunque yo no sea su mentor ni tenga en absoluto la intención de asumir este papel, tengo al menos el derecho de desear que no me comprometa, valga la expresión…

–Usted sabe perfectamente que no tengo dinero–le respondí con calma– para poder perderlo en el juego es preciso antes poseerlo.

–Se lo daré inmediatamente – respondió el general, que enrojeció ligeramente.

Rebuscó un instante en su mesa, consultó una agenda y vio que me día cerca de 120 rublos.

– ¿Cómo arreglamos esto?–preguntó–. Hay que convertirlos en táleros. Tome usted 100 táleros, en números redondos. Ya le daré el resto.

Tomé el dinero sin decir nada.

–no se ofenda usted por mis palabras, se lo ruego. Es usted tan susceptible…

Si le hago esta observación es, digámoslo así para ponerle en guardia. Tengo cierto derecho…

Cuando volví con las niñas, un poco antes del almuerzo, me crucé con una cabalgata. Los nuestros iban a visitar no que ruinas. Dos magníficas calesas y caballos espléndidos. Mademoiselle Blanche estaba en uno de los coches con María filippovna y Paulina; el francés, el inglés y nuestro general las escoltaban a caballo. Los transeúntes se detenías para mirarlos; habías causando efecto, pero esto acabará mal para el general. He calculado que con cuatro mil francos que he traído, añadidos por lo visto, han conseguido que les presten, tendrá ahora de siete mil a ocho mil francos. Es demasiado poco para Mademoiselle Blanche.

Madeimoiselle Blanche se ha hospedado con su madre en el mismo hotel que nosotros. Nuestro francés también se aloja en el mismo sitio. Los criados le llama Monsieur le Comte. La madre de madeimoiselle Blanche se hace llamar Madam La comtesse. Al fin y al cabo quizá sean conde y condesa. Yo estaba seguro que Monsieur la Comte. No me reconocería cuando nos encontráramos para comer.  Naturalmente, al general nisiquiera se le había ocurrido presentarnos o al menos presentarme a mí. Monseiur la Comte ha vivido en Rusia y sabe que personajillo es un Uchítel, como ellos dicen.

Por lo demás me conoce muy bien. Pero lo cierto es que no me esperaban a comer. Sin duda, el general olvidó dar las órdenes oportunas; de otro modo, me abría enviado a comer a la mesa redonda. He venido por mi propia iniciativa y me he atraído una mirada de desagrado del general. La buena María filippovna me señaló enseguida un sitio pero mi encuentro con Míster Astley me sacó de ese mal trance, y por la fuerza de las circunstancias, me vi formando parte del grupo.

En Prusia me encontré por primera vez con ese hombre original. Estábamos sentado uno frente a otro en un compartimiento cuando iba a reunirme con mis amigos. Luego me lo volví a encontrar en la frontera francesa y después en Suiza. Por tanto, lo he visto dos veces en quince días ¡y ahora me lo encuentro en Roulettenburg! En la vida he visto un hombre tan tímido; llega hasta la tontería, y lo sabe muy bien, porque no sabe nada de tonto. Tiene además un carácter pacífico y encantador: cuando nuestro primer encuentro en Prusia, le hice hablar. Me dijo que aquel verano había visitado el cabo norte y que tenía mucho interés en ver la feria de Nigni-novgorod. Ignoro cómo se puso en relación con el general; me parece que está enamorado de Paulina.

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