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Ejemplo de El mundo a través del olfato ( El perfume)

Sandalio RelocoEnsayo27 de Abril de 2018

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 El siguiente ensayo se enfocará en la temática de la esencia humana y del mundo en base a lo mostrado en el libro El Perfume  del autor Patrick Süskind, en la cual el protagonista  de nombre Jean Baptiste Grenouille identificaba esta esencia por medio del sentido del olfato, de manera que este termina siendo la principal premisa del título anteriormente mencionado.

        Desde el inicio de la obra hasta el final de la misma, Grenouille demuestra una gran capacidad olfativa a través de su nariz, así como un terco y aferrado comportamiento a vivir, a pesar de que nadie le quería, a tal grado en que una de las tantas nodrizas que tuvo llegó a decir que el niño en cuestión, estaba poseído por el demonio; “sólo quiero sacar de mi casa a este bastardo”[1], esas fueron sus palabras al contarle al padre Terrier acerca del crio, del cual se quería deshacer cuanto antes; a pesar de que el padre defendió al pequeño, poco a poco y en cuestión de muy poco tiempo comenzó a sentirse incómodo con él.

A Terrier se le antojó que el niño le veía con la nariz, de un modo más agudo, inquisidor y penetrante de lo que puede verse con los ojos, como si a través de su nariz absorbiera algo que emanaba de él[2], esto que emanaba de Terrier, era su olor, su esencia, de manera que aunque él no fuera capaz de percibirlo de manera clara, Grenouille lo hacía de una manera natural, pero eso no quitaba el hecho de ser inquietante.

Poco a poco Grenouille fue creciendo en la casa donde Terrier lo había encomendado, hasta que un día los gastos del inquietante muchacho dejaron de ser pagados, por lo cual fue vendido a un curtidor. “…después del primer husmeo con que absorbió el alma olfativa de Grimal, supo Grenouille que ese hombre sería capaz de matarle a palos a la menor insubordinación.”[3], de esta manera entendió que tenía que hacer lo que fuese sin oponerse y sin dar objeción alguna si quería sobrevivir a lo que le esperaba, todo esto lo pudo comprender únicamente con su olfato, como si se tratara de un don sorprendente ante el cual el peligro no podía pasar inadvertido.

        Después de un tiempo Grenouille fue a parar con Baldini, donde después de un encuentro no esperado con aquel sujeto por parte de Baldini, este último quedó maravillado ante el don olfativo que poseía Jean Baptiste, no sin antes dudar de él, llegando a creer ser un farsante o un simple charlatán; sin embargo, parecía que por primera vez a Grenouille le sonrió la suerte, ya que entró en un ambiente totalmente distinto a lo que él estaba acostumbrado, pero a pesar de eso era un lugar más agradable, ya que estaba rodeado de  diversos olores sumamente disfrutables, el cual era como un paraíso; más aún cuando desde el momento de su nacimiento estuvo rodeado por olores desagradables, que, aunque no podía nombrar muchos de ellos, poseía el perfecto recuerdo de cada uno y en qué consistían, “No quería en absoluto enemistarse con Baldini; al contrario, deseaba aprender de él. No a mezclar perfumes…En este terreno no había nadie que pudiera enseñarle algo”[4] así Grenouille con una gran curiosidad y Baldini con sed de fama (fama que le otorgarían los exquisitos y diversos perfumes que aquel joven le podía proporcionar), trabajaron en unión.

        Pasando unos cuantos mese, aún cuando Grenouille había aprendido a extraer la esencia de diversas flores y plantas, no se sentía satisfecho, él quería sacar la esencia de objetos cuyos olores pasan sin ser percibidos por otras personas a excepción de él, olores extraños en los cuales sólo alguien como aquel prodigio del olfato prestaría atención.

        La misma curiosidad por saber más acerca de la extracción de olores lo orilló a salir de París hacia el sur en busca de los lugares donde trabajaban con otras maneras de extraer los aromas. “Había dejado atrás la atmósfera de la gran urbe y a cada paso que la alejaba de ella el aire era más claro, puro y limpio.”[5] De esta manera mientras el joven perfumista emprendía su viaje se percataba de olores que antes no había tenido oportunidad de percibir, ya que había vivido encerrado en las calles de París con sus pestilentes hedores; pero todo ese aire fresco que aspiró lo único que logró fue desviarlo de su objetivo, y decidió alejarse lo mayormente posible de las personas, reincorporándose siete años después a convivir de nuevo con la gente y desarrollarse en su entorno, ya que terminó hartándose de esta vida  por percatarse de no tener olor.

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