El Arte De La Guerra

Universidad Nacional Autónoma de México

Facultad de Estudios Superiores Acatlán

División de Ciencias Jurídicas

Lic. Derecho

Teoría del Estado

EL ARTE DE LA GUERRA

Profe. Lic. Díaz de León Matínez Alejandro

Alumno (a): Guerrero Camacho Mary Karen

Grupo: 1105

Fecha de envío: 3 de septiembre de 2013

El arte de la guerra Sun Tzu

I. Apreciaciones estratégicas

La guerra es una base importante que determina la supervivencia o la aniquilación de toda una sociedad, ésta debe estar favorecida por cinco factores fundamentales; la influencia moral, el clima, el terreno, el mando y la disciplina. La influencia moral está referida a la armonía entre el pueblo y sus dirigentes para que compartan la vida y la muerte, los dirigentes deben mantener siempre optimista a su pueblo. El clima se refiere a las estaciones y las estrategias que cambian de acuerdo a ellos. El terreno son las distancias y la facilidad para recorrerlas, las oportunidades que la naturaleza les da para vivir o morir. El mando son las cualidades de inteligencia, justicia, humanidad, valor y severidad y por último la disciplina está referida a la organización que tengan los organizadores para suministrar justicia y satisfacer necesidades de sus ejércitos. Estos factores deben estar en coordinación con las los puntos; Qué soberano tiene mayor influencia social, Qué comandante es el as competente, Qué ejército cuenta con las mayores ventajas de las condiciones climáticas y del terreno, Quién tiene la disciplina más eficaz, Qué tropas son más fuertes, Quién ha entrenado mejor a sus oficiales y tropas y Quién recompensa y castiga de manera más justa. Si se contestan favorablemente estos cuestionamientos seguramente se obtendrá la victoria, un buen dirigente debe saber engañar a su enemigo para controlar sus acciones, para aprovechar sus desventajas, debe aparentar una cosa y realizar otra, confundir a su oponente para que éste no pueda conocer sus estrategias, no debe compartir estos consejos con nadie y siguiéndolos podrá predecir y/o arreglar su victoria

Comentario:

Siempre debemos conocer a nuestro enemigo y conocer un poco de psicología para controlar sus movimientos y crear inteligentemente un escenario en el que nosotros sepamos movernos bien y poner ahí a nuestro enemigo o si no saber utilizar los recursos que el medio prevea para utilizarlos a nuestro favor siempre, se podrá pensar que si son puntos valiosos y no deben compartirse están publicados en un libro, pero la estrategia es que no todos lo saben interpretar o ejecutar de manera a tal que sea eficiente. Tanto en la guerra como en la política no existen compasiones ni sentimentalismos, se busca siempre un bien común, dicho de otra forma, el fin justifica los medios.

II. En la batalla

Los ejércitos deben estar siempre bien armados, deben tener armaduras reforzadas pero sobre todo un gran ánimo siempre para estar preparados para la batalla, pues si las distancias son muy largas, el ejército se cansa, si el tiempo en que están inactivos es mucho se desaniman, además de que se terminan los recursos para satisfacer necesidades de los soldados, esto representará una ventaja para el enemigo. Es por esto que cuando se va a una batalla se debe pelear casi inmediatamente, o a un tiempo no tan prolongado, pues así la batalla no tendrá éxito, por ello una estrategia de batalla es de los pueblos que se van conquistando ir extrayendo de ellos suministros alimenticios además de hombres para mantener a un ejército fuerte en todos los sentidos, pues para un estado agotar sus fuerzas y consumidos todos sus recursos es perder siete décimas partes de sus riquezas por ello, un comandante sensato debe procurar que sus tropas se alimenten a costa del oponente y si de sus conquistas obtiene prisioneros, debe tenerlos en buenas condiciones, luego entonces podemos concluir desde un principio que lo que importa en una batalla es la victoria.

Comentario

Siempre se debe reforzar el ejército o las armas con las que se cuente para la batalla, por eso cuando se tiene un gran número de enemigos, como en el caso de tener de enemigo a un estado completo, se debe quitar con los prisioneros cualquier enemistad que se tenga para en caso necesario ocuparlos como piezas claves para obtener si no más información del enemigo, hombres que peleen de tu lado conociendo ya los puntos débiles del oponente.

III. Planificando la ofensiva

En una guerra es más conveniente tomar a un estado intacto que destruirlo, los que se rindan los ejércitos sin luchar son los mejores maestros del arte de la guerra, no se debe permitir que tus enemigos se unan, pues podrían traicionar entonces si tus enemigos tratan aliarse contigo lo más conveniente es destruirlo. Un verdadero maestro en este arte es capaz de someter a su oponente si llegar al combate, pues debe combatirse sólo cuando no quede otra posibilidad, de lo contrario siempre perderás fuerza, el objetivo debe ser tomarlo todo sin tocarlo, si tus fuerzas son diez veces mayores que las del oponente, rodéalo, si son cinco veces mayores, atácalo, si son el doble de fuerza, divídelo, si son iguales, combate y si son menores, retírate. Cuando el servicio de los comandantes es correcto el estado puede fortalecerse pero si no se debilita, existen sólo tres formas en las que se puede llevar a un ejército al fracaso; ignorando los hechos pues así se inmoviliza al ejército, cuando se participa en la administración militar y cuando ignorando los problemas del mando toman parte en el ejército de las responsabilidades, pues se crea una desconfianza. Por otro lado se puede predecir una victoria si se pelea sólo cuando es conveniente, si sabe manejar un ejército numeroso o débil, si se logra unir a las tropas en un objetivo común, si con la prudencia necesaria se espera a sus enemigos y cuando se tenga oficiales competentes, pues un soberano inteligente debe ser capaz de conocer al hombre adecuado para confiarle responsabilidades y esperar los resultados. Se debe conocer al oponente mejor o igual de lo que se conoce a uno mismo solo asi se puede asegurar una victoria.

Comentario

Dicen que para saber mandar

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