El Arte Del Buen Maestro

“arte del buen maestro”

1.- Las cualidades clásicas: vocación y moral

La definición es clara el magisterio no se define como una profesión si no como una misión o sacerdocio, explica que más que nada ser maestro tiene que ser por vocación natural y no por lo artificial (que es la que se obtiene por el resultado de un esfuerzo analítico y de una disciplina en particular) que también se menciona ahí. No se trata de escoger al magisterio entre otros oficios, tenerla como segunda opción porque ya no sería estar aquí por vocación natural, la haríamos una vocación artificial. Años atrás había un proyecto político-ideológico que hacía que el maestro solo fuera alguien que solo transmitiera conocimientos, pensamientos y Habilidades, por esta razón el maestro era definido como prototipo del hombre ideal y no era vocación natural y no se formaba al alumno como persona, fue por eso que se integro a la mujer como docente, porque ella por naturaleza era docente moral, se fijaban en los aspectos morales, materiales del niño, era apta para este oficio, tenían una vocación más natural que de un hombre que solo escogía el magisterio por trabajar. Para este entonces ya se buscaba educar y enseñar.

Las características morales que cada maestro tiene que tener son; entusiasmo, paciencia, perseverancia, dulzura, ternura, afabilidad, prudencia, honestidad, desinterés, vida sin tacha, firmeza de carácter, caballerosidad, entrega y temperancia. Así como las físicas en las que resalta tener un buen porte y buenos modales, este aspecto de características físicas anteriormente se tenía antes un reglamento de cómo los maestros se tenían que mostrar físicamente el maestro frente a los demás. Este subtema es muy claro, se busca que en la escuela haya más vocación, más práctica y menos teoría.

2.- La “cientifización” relativa del oficio

Junto con las cualidades de vocación, moral y físicas, se busco que con el curso pedagógico actual el maestro tuviera conocimientos científicos y así promover el amor a la ciencia. Al maestro de educación básica se le asigna principalmente la función de vulgarización del saber científico, tomando en cuenta que en esta etapa constitutiva del sistema de educación básica los conocimientos a inculcar se dirían al desarrollo de habilidades mínimas del campo del cálculo y la Lecto-escritura, junto con nociones mínimas de las ciencias naturales. El buen maestro es una combinación históricamente variable de vocación, cualidades morales, conocimiento pedagógico y conocimiento de contenido. Pero aunque dos maestros observen muy el lado pedagógico el resultado será muy distintos si uno es entusiasta y activo, el otro indiferente y apático; el primero es franco y el otro hipócrita; el primero cariñoso y cortes y el otro áspero y grosero. Los nuevos

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