El Enamorado Y La Muerte (análisis)

Literatura

El enamorado y la muerte:

El enamorado y la muerte es un romance novelesco, antropomórfico porque la muerte está antropomorfizada con una mujer, lírico porque expresa sentimientos (él está profundamente enamorado y solo le importa ella), narrativo porque cuenta una historia y dramático porque se puede representar y tiene diálogos. Presenta dos temas, el amor y la muerte que son adelantados por el título, por lo tanto, es emblemático.

El romance simboliza una lucha del amor contra la muerte, cuyo vencedor es la muerte, como hay circunstancias en el amor que conducen a la muerte.

El romance consta de cuatro personajes, el enamorado, la muerte, la amada y el narrador.

Se puede dividir en tres momentos, el primero es en la casa del enamorado (alcoba) y a su vez, ese momento puede dividir en dos, el sueño del amor primero, y luego el diálogo con la muerte; luego, hay una intervención del narrador, y comienza el segundo momento que se desarrolla en la casa de la amada (afuera), en donde dialoga con la amada; luego, vuelve a intervenir el narrador y comienza el tercer momento, que es el regreso de la muerte.

Presenta un comienzo semi abrupto, porque a pesar de que brinda poca información, menciona dónde está, que está haciendo, hay un personaje y una pequeña introducción. Aunque el comienzo es semi abrupto, podemos deducir que está en su dormitorio durmiendo.

El relato es contado al otro día de que suceden los hechos.

El poema comienza con algo feliz y mental y finaliza con algo triste y real.

Al principio del poema, el enamorado se encuentra seguro dentro de su casa, con las puertas cerradas, pero en la segunda parte del poema se encuentra afuera, vulnerable y expuesto en un lugar en donde no debería estar . Él va contra la hora, contra el tiempo, las puertas nunca están como él quiere, cuando quiere que estén cerradas, están abiertas y cuando quiere que le abran la puerta, la amada no las abre, las puertas demuestran hasta qué punto él no controla su vida y lo vulnerable que es frente a la muerte.

En los primeros cuatro versos se observa una aliteración, ésta consiste en la reiteración de un sonido que se lo asocia con una idea que el texto quiere transmitir, en este caso, el sonido que se reitera es el de la “s”, es un sonido sibilante, éste sonido imita a una persona cuando está dormida, cuando está en paz. La aliteración podría representar la respiración del enamorado, o un sonido susurrante que podría ser la voz del más allá, de la ultratumba, con la cual él mismo cuenta como murió.

A parece el sustantivo “sueño” y su diminutivo “soñito”, y se da una repetición no formal. El narrador tiene la intención de destacar una idea de sueño llamada onírica, en la que todo viene del sueño.

El enamorado cumple la función de narrador y utiliza la palabra “soñito” para referirse a su sueño, ya que éste conmueve al enamorado, es valioso y querido. Utiliza un diminutivo como encarecedor afectivo, ya que el alma es la esencia del ser humano, lo más profundo e interno.

El amante sueña con sus amores, él emplea el plural, pero tiene significado singular porque sueña con una persona.

El sueño es un sueño romántico, físico, espiritual, agradable y erótico. Al decir “que en mis brazos los tenía” habla de la amada, y la tiene en sus brazos debido a que su amor es un amor prohibido y en secreto, los padres de la amada no aprueban su relación por la diferencia social y se ven a escondidas. Él sueña con la amada porque la extraña, y el sueño es compensatorio porque compensa lo que no puede vivir en la realidad. Tener a su amada en los brazos significa poseerla, están teniendo contacto físico y se podría considerar que están teniendo relaciones.

Para representar a la amada utiliza una imagen visual con referencia cromática (color blanco), y aquello que comienza como una imagen cromática termina como una imagen táctil térmica (fría).

Cuando dice “nieve fría” aparece un recurso literario llamado epíteto que se utiliza para emplear un adjetivo que no agrega información, sino que enfatiza, resalta una característica que ya está en el verbo, en este caso, el dato de la frialdad es inherente, toda la nieve es fría.

El blanco representa cosas positivas como la pureza, lo bueno, la inocencia, pero no si es en exceso, él exagera la blancura y la compara con la nieve, la nieve es peligrosa y te ciega, es tan blanca que te da escalofríos, la frialdad se puede asociar con la muerte.

La muerte fue a despertar al enamorado y lo saca del sueño, él queda confundido y confunde la muerte con su amada y a la vida con la muerte, se despierta tan repentinamente que ve con deslumbramiento. El enamorado empieza a dudar, está complacido por ver a su amante pero a la vez le da miedo, comienza a hacer preguntas y a sospechar, deja de ser el narrador y empieza a hablar en sentido directo a través del diálogo. Hay una ironía trágica la llamarle vida a la muerte.

El enamorado es el único que expresa emociones en el poema, es expresivo, sentimental y extrovertido.

Cuando el enamorado comienza a dialogar con la muerte, suponemos que el sueño terminó, el enamorado piensa racionalmente, lo que es poco común para ser un sueño.

La forma de hablar de la muerte es ambigua, ésta lo desengaña, lo saca del error y de la confusión, es sincera con él, es un mensajero de Dios, una especie de ángel que le afirma que es la muerte y no el amor. La muerte es directa pero no agresiva.

Él estaba durmiendo y soñando con su amada, se encontraba dentro de una fantasía, estaba feliz, pero luego comenzó a estar triste, dolido, desesperado, asustado, y empezó a lamentarse, porque se dio cuenta de que no estaba cerca de su amada, sino frente a la muerte.

El enamorado reconoce una característica de la muerte, es rigurosa (es dura, cumple su palabra, es estricta y nadie escapa de ella).

La muerte es una servidora de Dios, Dios tiene más poder que la muerte, y la muerte tiene más poder que el enamorado.

El enamorado

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