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El Mito Del Paradigma


Enviado por   •  2 de Octubre de 2014  •  7.899 Palabras (32 Páginas)  •  148 Visitas

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EL MITO DEL PARADIGMA

Dr. Jorge G. Garzarelli

Universidad del Salvador (Argentina)

Y todo es una parte del diverso

cristal de esa memoria, el universo;

no tienen fin sus arduos corredores

y las puertas se cierran a tu paso;

solo del otro lado del ocaso

verás lo Arquetipos y Esplendores.

Jorge L. Borges

El Arte en sus diversas manifestaciones muestra a la Fantasía y al Mito siguiendo aquellos aquellos procesos característicos del mundo de los sueños. Tratará de descubrir lo obscuro, lo que se intenta esconder tras las palabras: tras las máscaras que las palabras representan. De quitar máscaras para encontrar las razones y las sin-razones, los 'arquetipos y los esplendores' del poeta-hombre; trata una forma especial del Arte; la literatura en el teatro..

A los efectos del presente capítulo me referiré a un arte particular; aquel que hace a la ilusión, la ficción, lo imaginario, donde todo ocurre 'como sí' fuese real: El teatro. Sobre todo el que hace referencia a lo polar. El teatro de las dos máscaras. Las máscaras del amor y del odio. De lo extremo, la Indiferencia, no habría teatro. Quizás, la Indiferencia podría llegar a traducirse como la Gran Ausente. La Ausencia del Drama.Y...sin embargo.....

En todos los lugares del mundo parecen haber existido siempre máscaras que intentaban dar cuenta de verdades trascendentales. Un ejemplo del valor de las máscaras lo comenta Mannoni (1979), cuando hace referencia a la creencia de las tribu 'hopi', cuyas máscaras se llaman 'Katcina' y son utilizadas en una oportunidad al año representando figuras terroríficas que intentan comerse a los ninos. Las madres simulando estar aterrorizadas rescatan a sus hijos ofreciendo a los 'Katcina' trozos de carne como intercambio. A su vez estos 'Katcina' darán a los ninos unas albondiguillas de maiz y de 'piki' que en estas ocasiones están tenidas de rojo. A poco, estos adultos quitándose las máscaras, revelan ser los padres y tios de los niños. Un 'hopi' relata: 'Cuando los 'Katcina' entraron en la villa...los hombres sin sus máscaras (…), yo experimenté una profunda conmoción: no eran espíritu. Los reconocía a todos y me sentía muy desdichado porque toda mi vida, se me había dicho que los 'Katcina' eran dioses (…), yo sé que los 'Katcina' no son espíritus, son mis padres y mis tíos, pero aún así, los 'Katcina' están allí cuando mis padres y mis tíos bailan enmascarados'. (M. Mannoni – 1979)

Acaso nos sucede algo muy distinto, cuando 'inmersos' en el mundo del teatro o de una ópera, vivimos aquello, 'como si' fuese una verdad? Una verdad existe en ello y es la verdad de lo vivenciado. Una verdad que se acerca a la mítica por su parentesco con los contenidos de la vivencia.

Allí también podemos decir, 'ya lo sé, pero aún así'. Aún así, lo vivo real, lo vivo verdadero. De esta suerte profunda de identificación que se hace real ante la presencia de lo imaginario, dará cuenta el teatro. Y da cuenta de modo tan patético porque ha nacido de la fantasía de un hombre que, como nosotros, necesitó decir realidades tascendentales.

Es que en el teatro, en la tragedia, hay algo más que un texto.

Si todo fuese solo texto, la profundidad desaparecería. Obviamente aparecerá una superficie 'opaca', bidimensional, la que debemos retirar temporalmente para tener acceso al deseo del autor (el que garantiza lo escrito). Es que el texto solo, pude ser considerado apariencia, residua, cosa externa. Será o podría aproximarse a ser, esa pequeña 'a' que conforma parte de los matemas lacanianos. Tal como ella, las máscaras. Si hay máscara solo, no hay nada detrás, será esa superficie que no esconde nada más que a si misma. Pero si consideramos que hay un más allá, nuestra consideración como superficie-sola, desaparece.

Si esta máscara es solo eso, nos llevará a la ilusión de algún otro, de un otro del más allá. Ocurre que la máscara nos sugestiona como incitándose a ese otro que en el texto sería, lo que el texto dice, lo que yo leo y todo lo demás; su triangulación, ya que el texto leído, incluye la dimensión de un tercero y su transferencia.

Será por esto que entonces, todo lo que aparece como máscara, pide ser descifrado. Un desciframiento similar al de los sueños.

LA MASCARA EN EL TEATRO

Máscara de qué? Máscara = persona. Persona = personaje.

Personaje 'obsceno', como aquel que en las obras de teatro, en principio representadas en honor a dioses y héroes, bajo la protección de Dionisio, 'dios de los misterios', comenzó a ser incluído, con escenas de bufonerías indecentes, las que de hecho ofendían a los dioses. En este sentido 'obsceno', se ganó el significado de indecente o depravado. Este término provendría del latín 'obscenus' (nefasto, de mal aguero), formado por la preposición 'ob' (contra, fuera) y de la griega 'skené' o 'skaene' (representación teatral), (escena).

La más utilizada en las representaciones teatrales, hablaría de un otro, escondido detrás de la misma. El personaje, quién sería?, la máscara, el actor o el acto que los funde?

Es claro que aquí todo texto teatral puede leerse y pensarse como parte de un conjunto mayor que lo contiene y que se transforma en un 'continuum'. Texto éste, que unirá a sus 'contrarios', creador-creado, actor-actuado, interno-externo. Realidad-Fantasía.

También el texto profundo se fundirá con sus superficies. La máscara desaparecerá como tal y el texto emergerá como alguna forma posible de la verdad.

De estos modos y probablemente de algunos otros, el texto se insertará en las escrituras universales. El que firmará su obra, no será el autor, sino que la obra firmará en nombre de su autor.

El teatro apoyado sobre textos que insinúen la verdad del hombre, será el que perdurará. Tal el texto de los mitos que 'per se' 'hablan'

...

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