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El SOCIOLOGO COMO DOCENTE


Enviado por   •  20 de Septiembre de 2012  •  Trabajos  •  1.354 Palabras (6 Páginas)  •  767 Visitas

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Trabajo Nro 1

El SOCIOLOGO COMO DOCENTE

Carla Wainsztok

I. Introducción

El material aquí analizado se relaciona con el punto B de la unidad 1: Los paradigmas en Ciencias Sociales: Positivismo, Interpretativo y Sociocrítico. El rol docente según los distintos paradigmas, la presencia de los marcos teóricos en la práctica docente. Sesgos.

II. La Revolución Francesa y los maestros

Desde un principio, los ideólogos de la Revolución Francesa entienden que la ruptura con el Antiguo Régimen y la consolidación de un nuevo tipo de sociedad exige el cambio de las leyes y las conciencias. Perciben la necesidad de formar un "hombre nuevo" o, con más exactitud, un hombre con unas costumbres que estén a la altura del orden constitucional implantado, a semejanza de lo reclamado por Mirabeau. Y atribuyen a la educación un enorme potencial transformador en sintonía con el pensamiento de la Ilustración y, por lo tanto, con sus dos postulados básicos:

• la perfectibilidad del hombre y de la sociedad; y,

• la confianza casi ilimitada en la educación como motor de ese perfeccionamiento progresivo.

Lamentablemente, el aparato educativo de la época, al ser tradicional y deficiente, no se halla en condiciones de asumir esa función regeneradora, circunstancia que reclama la construcción de un nuevo sistema educativo, y motiva la elaboración y la discusión de un conjunto de propuestas sobre la organización de la educación nacional. Dichas cuestiones llevan de un modo previsible al problema de la selección de los docentes, un tema que no resulta menor ya que los "nuevos maestros" provienen del "antiguo régimen", con sus imaginarios y sus creencias. Aquí, Condorcet adquiere una importancia que no puede ser ignorada. Para él, un maestro debe reunir un conjunto de requisitos y, por ende, debe tener la "capacidad suficiente" para desempeñarse como tal, debe convenir al puesto por sus "circunstancias personales y locales", debe ser el "mejor de los que reúnen" las condiciones anteriores y debe surgir de una selección que esté a cargo de hombres que se encuentren en "condiciones de juzgar y de escoger".

En nuestro continente, la problemática expuesta aparece en las reflexiones de Simón Rodríguez, amigo y maestro de Simón Bolívar; y plantea un interrogante: ¿cómo formar ciudadanos republicanos con maestros que provienen del mundo material y simbólico del orden colonial?

III. El sociólogo como docente

En la mayoría de los establecimientos educativos y, especialmente, en los que pertenecen a los niveles medio y superior, un buen docente es aquel que conoce su disciplina. Y aunque nadie niega la importancia de los saberes académicos, cabe preguntarnos si alcanza con los saberes disciplinarios o si, por el contrario, es necesario un saber docente que sea especializado. Para resolver esta cuestión, vamos a analizar el rol del sociólogo cuando actúa como docente, desde la perspectiva que corresponde a los paradigmas de la sociología, considerando que un paradigma es la expresión del modo adoptado por una comunidad científica para enfocar los problemas en un momento determinado.

a. El paradigma positivista

Este enfoque teórico de la realidad se basa en la teoría positivista del conocimiento que caracteriza al siglo XIX y a los comienzos del siglo XX; se extiende con denominaciones diversas desde los ámbitos anglosajón y francés; está representado por Comte y Durkheim, entre otros autores; y se distingue porque:

• postula la unidad de la ciencia;

• considera que la metodología de la investigación debe ser la de las ciencias exactas, es decir, la de las matemáticas y la física; y,

• afirma que la aplicación científica es de naturaleza causal y, por lo tanto, consiste en la subordinación de los casos particulares a las leyes generales.

Según Emile Durkheim, la educación es una cosa de "autoridad" que no debe ser entendida como algo violento u opresivo, sino como un ascendiente moral, ya que "todo poder moral" que reconocemos como superior ejerce un ascendiente "sobre nosotros". Requiere la presencia de "una generación de adultos" y "una generación de jóvenes" y, asimismo, de "una acción ejercida por los primeros sobre los segundos". Y no consiste en la "pedagogía". Consiste en el "saber hacer del educador" o, en otras palabras, en la "experiencia práctica del maestro", cuestión que pone de manifiesto que un

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