El Valor Económico De La Educación

En 1963, Theodore W. Schultz escribió el libro El valor económico de la Educación, donde sostiene que “el componente de la producción, decurrente de la instrucción, es una inversión en habilidades y conocimientos que aumenta futuras rentas y, de ese modo, se asemeja a una inversión en otros bienes de producción”. Schultz utiliza el término decurrente, como sinónimo de resultante o proveniente al afirmar que la producción de la instrucción es una inversión que a futuro genera ingresos. Consideró que debía otorgarse importancia a las distintas formas de capital y al mismo tiempo elaborar nuevos conceptos omnímodos de factores de producción para no creer que el capital físico es la clave para el crecimiento y desarrollo de los países, como creencia generalizada que la economía es materialista, sino que dicho capital aunado a otro capital, como el no humano realizan la verdadera fórmula para desarrollo de las naciones.

Para este economista la educación:

• Difiere de una comunidad a otra, considerando las diferencias culturales.

• Forma parte de la integralidad de la persona.

• Significa el desarrollo moral y mental del individuo.

• Prepara para desempeñar una profesión u oficio.

• Significa disciplinar, ejercitar o dar forma a facultades o talentos.

Todo esto con el propósito de hacer al individuo sensible frente a la realidad social. De esta manera realiza una aclaratoria en su libro al distinguir el término educación del proceso de enseñanza y aprendizaje pues a pesar de ser vistas como sinónimos; considera que debe establecer dicha diferencia; pues para algunos fines empleará el término Instrucción para identificar el proceso de enseñanza-aprendizaje y el término Educación para las funciones particulares del establecimiento educativo, de las cuales unas son organizadas (Escuelas) y otras son esencialmente no organizadas(El hogar).

También asevera que la adquisición de conocimientos y habilidades tienen un valor económico, (advirtiendo que su teoría podía “generar miedo”, promover resistencia “bajo el prejuicio de que el precio envilece”) por tanto piensa que la educación no puede ser considerada como un bien más de los que son intercambiables en el mercado por otro tipo de mercancía, la persona no puede desprenderse de este tipo de capital. No obstante, al realizar un trabajo productivo le agrega valor al producto, lo cual indudablemente impacta positivamente en su remuneración salarial y en beneficios colectivos o sociales. De esta manera evidencia que la educación es una inversión pura y un consumo puro en el ser humano y sus consecuencias una forma de capital, ya que dicha inversión pasa a ser parte del sujeto que la recibe y se le llamará en lo sucesivo Capital humano.

Esos conocimientos y habilidades son en gran medida parte del producto de la inversión y junto con otras inversiones humanas, explican principalmente la superioridad productiva de los países técnicamente avanzados. Schultz, establece indicadores para demostrar la existencia de una relación positiva entre “la inversión educativa individual y la percepción futura de ingresos, así como entre el gasto gubernamental en educación y el producto nacional. Sin embargo, también reconoce que existen dificultades para la medición exacta de los gastos de consumo, de los gastos de inversión. Según estas ideas, los recursos invertidos para mejorar las dimensiones cualitativas de los recursos humanos tales como las habilidades, conocimientos y atributos que influyen en la capacidad humana de desarrollar trabajos, aumentan el valor de la productividad del esfuerzo humano generando un rendimiento productivo en materia económica.

La conclusión a la que arribó Schultz fue que el rápido y sostenido aumento en inversiones en educación explica por sí mismo el aumento en los ingresos de los trabajadores. Igualmente considera las inversiones educativas como una forma de mejorar las capacidades innatas de las personas, produciendo un incremento en su productividad. Este aumento del rendimiento de los trabajadores se ve acompañado por un aumento en sus salarios. Del mismo modo asevera que el valor de la educación es múltiple ya que sirve al mismo tiempo a propósitos sociales, políticos, además de evidenciar que es moral al refinar el gusto y brindar autenticas satisfacciones a la gente y práctico ya que crea destrezas, además que como anteriormente se menciona aumenta los ingresos para el hombre a futuro constituyendo una inversión.

En el mismo orden de ideas Mark Blaug inicia su trabajo Nuevas exploraciones acerca del valor económico de la educación, realizando una comparación entre dos grupos con las mismas características de edad y sexo, diferenciándolos únicamente por el conocimiento que tienen, demostrando que sea cual fuere sus características el grupo mejor capacitado devengará un sueldo mayor, es decir que los sueldos serán mayores a medida que avanza la edad, la experiencia laboral y los conocimientos;

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