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El buscador de finales.

ArmandoPeabodyTrabajo8 de Noviembre de 2012

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El buscador de finales.

1). Un cajón de manzanas.

Juan Brum es un chico que compra, lee y colecciona historietas. Las guarda en un cajón de manzanas, su preferida es Cormack, el detective de lo sobrenatural. Debe tener cuidado al ordenarlas para no lastimarse con la madera sin cepillar del cajón de manzanas.

Juan quiere ser dibujante, y un día, sin que su madre sepa, fue hasta la editorial Libra, sube hasta el séptimo piso, donde están los dibujantes y pregunta por el que dibujo a la Gorgona. El que responde se llama Laurenz. Juan le cuenta que quiere ser dibujante, pero Laurenz le explica que no lo iban a tomar de dibujante directamente, sino que debía empezar como cadete. Laurenz, además le cuenta que los cadetes recorren toda la editorial y, quizás, cuando entre como cadete le interese más ser guionista, letrista o buscador de finales.

2). La casa de Sanders.

Juan decide pedir trabajo como cadete en la editorial y a las tres semanas lo llaman. Su jefe, el señor Greve, le da un uniforme que le queda grande y le dice que está a prueba.

Con el uniforme le dieron guantes de goma, pero Juan no los quería usar hasta que, al tocar el botón del ascensor, una descarga de electricidad estática lo tiro al piso, desde entonces se puso los guantes y no volvió a sacárselos.

Durante más de un mes trabajo dentro del edificio, así conoció a dibujantes, letristas, guionistas y escritores, los cuales siempre le preguntaban, a verlo llegar, si traía material de Sanders. Juan contestaba que no, además, él no sabía quien era Sanders.

Un día, lo llamo su jefe, el señor Greve, y le dijo que dejaba de estar a prueba y que tenía que ir a buscar material a la casa de Sanders. Juan fue hasta la casa de Sanders que estaba cerca de la estación y era baja y antigua, le entregó a Sanders un sobre grande y a cambio este le dio una caja. Juan se fue rápidamente con la caja sin haber podido ver la cara de Sanders.

3). Todo lo que viene después.

Dos o tres veces por semana Juan iba a lo de Sanders a buscar material. Los escritores se desesperaban a verlo llegar y le quitaban de las manos la caja con lo que Sanders enviaba sin siquiera decir gracias. Una vez le preguntó a Laurenz quien era Sanders y que hacia, entonces este le contó que Sanders era un buscador de finales, su trabajo era leer las historias y encontrar un final adecuado.

Durante el quinto o sexto envío, Juan no pudo más y comenzó a mirar dentro de las cajas que Sanders le daba y encontró cosas como una pluma, un reloj, un boleto de tren, etc. Juan pensó entonces que Sanders se ganaba la vida fácilmente.

4). Interceptado.

Juan leía las historietas y novelas sin terminar que le daban para llevar a la casa de Sanders y luego miraba dentro de las cajas que este le entregaba para llevar a la editorial, entonces se dio cuenta que no tenían una relación directa. Sanders actuaba de modo muy indirecto, pero a través de los objetos que enviaba lograba inspirar a los escritores para terminar las historietas.

Una vez, yendo a la editorial con una caja de Sanders, cruzando el parque, empujaron a Juan y le robaron la caja.

5). El fondo de los cajones.

Cuando iba a lo de Sanders después de las seis Juan no tenía que volver a la editorial, podía irse a su casa y llevar la caja de Sanders a día siguiente. Por eso decidió ocultar lo del robo para que no le cambiaran el recorrido, y llevar un objeto cualquiera de su casa, pero no encontraba ninguno adecuado, Juan se veía perdido.

6). El palacio de los botones.

El padre de Juan se había ido de casa hacia muchos años y la mamá era la que mantenía la casa con el sueldo que ganaba en el palacio de los botones. Además de ella trabajaban allí la señora Haydée y el dueño el señor Carey.

Después del robo, Juan fue al palacio de los botones y hablo con el señor Carey de lo ocurrido, este le dijo que buscara en las cajas del fondo, donde se guardaban botones sueltos y piezas únicas. Juan encontró un botón dorado y lo puso en una caja parecida a la de Sanders esperando que no se dieran cuenta en la editorial.

En la editorial nadie noto la diferencia y terminaron la historieta sin problemas, pero cuando Juan volvió a ir a la casa de Sanders, este no le entrego la caja como acostumbraba, sino que lo tomo de la muñeca y lo metió dentro de la casa.

7). Sanders.

Era alto, huesudo, viejo, su mano parecía una garra y todo él tenia algo de pájaro. Vestía un traje ajado y una corbata negra, deshilachada.

Sanders se enojo con Juan por haber cambiado la caja, pero le pareció bien que los guionistas no hubieran notado el cambio, entonces le propone a Juan ponerlo a prueba como buscador de finales. Juan se pone muy contento. Sanders le dice que lo espera el jueves a la noche, porque los finales se buscan de noche.

8). La oficina de objetos perdidos.

La madre de Juan lo despertó al día siguiente con el uniforme remendado y los botones cambiados. A Juan no le gusto que cambiara los botones. Además, la madre le dijo que el señor Carey le ofrecía trabajo, pero Juan no acepto porque ya tenía trabajo.

Ese día, después de la escuela y el trabajo fue a la casa de Sanders para ir a buscar juntos dos finales. Cuando llego, Sanders salio de su casa y se encaminaron hacia la Oficina de objetos perdidos, que era de donde Sanders sacaba las cosas que enviaba a la editorial. Esa vez, Sanders eligió: un disco de pasta para el final de la historia de amor y una lata oxidada de té para El naufragio del Capitán Corti. Al salir del lugar, caminaron unas cuadras juntos y luego se separaron.

9). Los números especiales.

A partir de entonces Juan acompañaba, de vez en cuando, a Sanders a la Oficina de objetos perdidos. Una vez Sanders le mostró como hacer un arma con un paraguas viejo para usarla contra los interceptadores.

Al llegar el invierno Sanders enfermo, entones Juan tuvo que ir solo a la Oficina de objetos perdidos en busca de finales para la edición especial de 80 paginas que se hacia cuando las ventas subían.

El número especial salió a tiempo y Sanders felicitó a Juan diciéndole “bien”. Juan sabía que había sido aceptado como buscador de finales.

10). Paciencia.

Sanders no se veía con nadie, pero si se comunicaba con el Señor Libra, el dueño de la editorial, porque a Juan empezaban a tratarlo mejor.

Sanders solo escribía finales para la editorial Libra y para el escritor Salerno, y la Agencia Últimas Ideas era su rival.

A Juan lo mandaron a entregar un paquete a la Agencia, pero fue una excusa, porque el paquete no era importante, lo realmente importante era que Paciencia Bonet, la directora general de la Agencia Ultimas Ideas, quería conocerlo para ofrecerle trabajo. Juan le contesta que ya tiene trabajo, entones Paciencia lo invita a pasar a otra sala donde había muchas personas trabajando, hacían cuentas, escribían a maquina, miraban mapas o hablaban por teléfono. Paciencia le explica que estaban usando el método científico Bonet para buscar finales y que el método de Sanders no servía.

Luego lo despide y le dice que tiene dos días para decidirse sobre la oferta de trabajo, sino haría cerrar la Oficina de Objetos Perdidos. Paciencia tenía dos hermanas Plata, que era pobre, Salud que vivía enferma y ella que era muy impaciente.

11) Un cuaderno amarillo.

El día que empezaba el invierno, Sanders y Juan fueron a ver a Salerno.

Salerno escribía sus libros en cuadernos escolares marca Greco de 48 hojas, tapa dura y cubiertas con papel tipo araña. Salerno tenia buena letra y sus libros salían publicados imitando su letra, de esta forma, al lector le parecía que tenia un manuscrito original de Salerno.

Sanders le comenta a Juan que el próximo libro de Salerno saldría escrito con tinta termo-sensible, cuando le diera la luz, las palabras aparecerían.

Fueron a la librería de la señora Greco, que estaba casi enfrente de El Palacio de los Botones, donde trabajaba la madre de Juan. La señora Greco se ponía vestidos cuya tela imitaba a el diseño arácnido de sus cuadernos. Esta los hizo pasar a un comedor diaria donde se encontraba Salerno.

Salerno le encarga a Sanders el final para su nuevo libro, pero como hay rumores de que

la Oficina de objetos perdidos seria demolida, Salerno también le había encargado un final a Paciencia Bonet. Salerno usaría el mejor de los dos finales. Sanders se enoja mucho cuando se entera, pero igual acepta el trabajo. Se van casi sin despedirse con el manuscrito que les dio Salerno que estaba escrito en un cuaderno de tapas amarillas.

12). Los objetos perdidos se pierden de verdad.

Greve, el jefe de Juan, lo recibe al día siguiente diciéndole que Sanders ya no cuenta y que la editorial Libra va a contratar a la Agencia.

Juan va a la casa de Sanders y juntos van a la Oficina, pero la encuentran demolida por maquinas de construcción. Vuelven a la casa de Sanders, toman té y Sanders le dice que el único que puede ayudarlos ahora es su viejo rival, Mister Chan Chan, Julio César Molinari, que vive en Finlandia Sur, un pueblo a 500 km de aquí. Sanders no puede ir, en Finlandia Sur están prohibidos los buscadores de finales, debe ir Juan y tratar de encontrarlo en el Hotel Las Nubes.

13). Preparativos para el viaje.

A Juan le costó convencer a su madre para que lo

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