El cocinero Chichibio

RESEÑA

Boccaccio, G. (1351). El cocinero Chichibio. En G. Boccaccio, El Decamerón. Italia: Filippo y Bernardo Giunti.

El cocinero Chichibio es uno de los cuentos que conforman el Decamerón, de Giovanni Boccaccio. Este relato pretende divertir al lector mediante un relato ágil con un final poco esperado. Además, podemos decir que está dirigido a cualquier público gracias a su trama entretenida y ligera. Posee la estructura característica del cuento: un inicio, que nos presenta a Chichibio, el cocinero protagonista de la historia; a Currado Gianfliglazzi, patrón de Chichibio; y a la aldeana Brunetta. Posteriormente el nudo, que cuenta el apuro que pasó Chichibio tratando de salir bien librado de sus equivocadas acciones. Y finalmente el desenlace, donde se muestra cómo el cocinero pudo resolver su problema de forma imprevista.

El cuento comienza cuando Chichibio cocinó una grulla para Currado. Sin embargo, apareció una aldeana de la cual estaba enamorado, Brunetta. Dada la constante persuasión de la chica, Chichibio, en un momento de debilidad causado por su admiración y aprecio hacia ella, le dio una de las patas del ave. Esto suele pasar cuando queremos algo con mucha fuerza, pero que sabemos que está mal y nos traerá consecuencias. En algunas ocasiones, lo hacemos y corremos con ese riesgo.

Currado, al darse cuenta, se enoja con el cocinero. Esta reacción es comprensible, puesto que él debió cumplir con su responsabilidad y entregarle la grulla entera. Luego, Chichibio, en una actitud bastante astuta, pretende engañarlo y no admitir su acción inventando que las grullas solo tienen una pata. Esta forma de “cubrir” el error no tiene mucho sentido, dado que Currado ya conocía las características del animal dado que él mismo lo cazó. Por esto, decide ir por sí mismo a comprobar si eso es cierto.

Para eso, al día siguiente van a un lugar donde había muchas grullas durmiendo y ambos observan que las grullas sólo tienen una pata, pero esto es sólo porque están durmiendo. Chichibio se alivió, pero no pasó mucho tiempo antes de que Currado despertase a las grullas y éstas sacaron su pata restante, lo que le concedió la razón al patrón. Al ver eso, Chichibio utiliza la absurda excusa de que eso no lo hizo con la grulla cocinada, por eso tenía una sola pata. Dicho argumento causó la risa en Currado, quién gracias a esto perdonó al cocinero. Aunque la excusa fue necia, el hecho de que Currado lo haya disculpado demuestra que su carácter no es tan rígido como mostró en un principio. Además, el ser exonerado de forma tan sencilla puede hacer que los lectores consideren los chistes o las actitudes cómicas como maneras fáciles de enmendar errores y salir ilesos.

Concluimos que el cuento es agradable y grato de leer. Además, su corta extensión hace que no sea tediosa su lectura. Algunos términos usados son poco comunes, pero se pueden comprender con el contexto. Sin embargo, es necesario que no sea malinterpretado su mensaje por la facilidad con la que el personaje principal escapó de su problema: simplemente siendo gracioso. Por el contrario, se puede tomar de forma educativa: es mejor ser honestos y mejorar con acciones concretas, que pasar por riesgos y momentos difíciles por no admitir un error.

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