El libro Enrique

El libro es un diario escrito por un niño llamado Enrique que vive en la ciudad de Turín, Italia y acaba de entrar al 4° grado de educación primaria. Los sucesos descritos transcurren entre el 17 de Octubre de 1881 y el 10 de Julio de 1882: todo un año escolar. Enrique además adjuntó a su diario unas cartas que recibió de su familia; así como 9 "cuentos mensuales".

El diario

En el diario, Enrique nos presenta antes que nada a sus compañeros:

Ernesto Derossi (El primero de la clase, pertenece a una familia rica y es muy inteligente)

Garrone (El mayor de todos, no es muy listo pero es bastante noble)

Coretti (Es el hijo de un revendedor de leña, buen amigo de Enrique)

Nelli (Es un chico jorobado, flaco y pálido, molestado por algunos, pero defendido por Garrone)

Votini (Este chico siempre esta bien vestido, es muy presumido y le tiene envidia a Derossi)

Antonio Rabucco (Es hijo de un albañil, por ello le llaman el "Albañilito", es muy simpatico y hace puede hacer un "hocico de conejo" que le hace mucha gracia a sus compañeros y a su padre)

Garoffi (Es alto y flaco, sueña con ser un gran empresario y siempre anda vendiendo cosas)

Carlos Nobis (Es un niño bien bastante estirado)

Stardi (Se empeña bastante en prestar atención en clase, lo que al final le es recompensado, ama los libros)

Franti (Es un chico bastante sucio e irrespetuoso que fue expulsado de otra escuela, fue encarcelado)

Precossi (Es el hijo de un herrero, usa un gran chaquetón y siempre se anda disculpando)

Crossi (Es un pelirrojo que tiene un brazo paralitico, si lo molestaban, Garrone también lo defendía)

Betti (Es el hijo de un carbonero, uno de los más pequeños de la clase)

Enrique nos relata los buenos y malos ratos que pasan juntos, sobre las familias y las situaciones de cada uno además de los paseos que hace con ellos, y las reuniones que tenían en su casa o en la de algún otro.

En el diario también se menciona el Sr. Perboni, que sería el maestro de su grupo durante ese año escolar, un hombre serio pero resulta ser muy cariñoso e inteligente; también hay algunos relatos en los que aparecen otros maestros como la Sra. Cromi, la Sra. Delcatti, el Sr. Coatti, el "Abogadito", y el director, todos ellos maestros de la escuela de Enrique, y Vicente Croseti, un maestro ya retirado que le dio clases al padre de Enrique.

También se incluyen en el diario acontecimientos que son de reelevancia para Enrique, como la llegada de la primer nevada, del carnaval o del verano, los funerales de Víctor Manuel II, la muerte de Giuseppe Garibaldi, las entregas formales de premios y la enfermedad o muerte de alguno de sus conocidos, que siempre eran narradas con tantos detalles y seriedad, que partían el alma; así como las excursiones que realizaba con su padre o su madre en las que siempre aprendía algo nuevo. De hecho, todo lo que relataba Enrique dejaba una importante lección de vida.

De esta manera, Enrique (así como yo) aprendió la importancia del respeto, de reconocer nuestros errores, del patriotismo, de la gratitud; también descubrió a ser piadoso con los enfermos, comprendió cómo es la vida de los huérfanos y que los ciegos a pesar de su desgracia también pueden estar llenos de virtudes, que la mayor desgracia que puede caer sobre un

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