El país de uno - Ensayo

Introducción

El país de uno es uno de esos libros que generan un deseo de convertirte en una Katniss Everdeen de los Juegos del Hambre para luchar por el país que queremos y merecemos, es un libro que genera un revuelo en la forma de pensar y ver las cosas, un libro que te saca del ensimismamiento social y político en el que muchos mexicanos vivimos.

Hemos pasado mucho tiempo esperando un cambio, uno que por supuesto venga del gobierno sin que nosotros tengamos que mover un solo dedo y en el que todo se convierta mágicamente en el paraíso prometido. ¿Cuánto tiempo mas vamos a seguir conformándonos con el México que nos dan y no con el que merecemos? Peor aún, ¿cuánto tiempo más vamos a seguir conformándonos?

Como explica Denise Dresser, México no es el país de Peña Nieto, ni de los gobernadores, ni de los diputados y senadores, es el país de uno. Nuestro país. Detalle que a menudo pasamos por alto por encerrarnos en el paternalismo que venimos cargando desde hace varias generaciones y que solo genera que nos sigamos estancando en el mismo país que tiene todo para avanzar, menos iniciativa.

El país de uno.

A mi gusto el título no es precisamente el adecuado, ya que el decir “uno” no genera un sentimiento de pertenencia sino que es como echarle la bolita a otros, te hace reflexionar en cuanto a que querrá decir la autora con semejante frase.

Dresser nos habla de como lentamente nos hemos deslindado de las responsabilidades que nos corresponden a todos como ciudadanos mexicanos, de como nos hemos conformado con que las cosas no estén “tan mal” y lo que todo esto ha provocado: un país estancado en todos los ámbitos posibles. En México los gobernantes ya no buscan el generar un cambio que provoque un progreso, no buscan erradicar la pobreza, al contrario, buscan beneficiarse de los pobres dándoles esperanzas pero dejándolos en la misma situación y con los mismos conflictos.

Desde López Portillo los ciudadanos se idiotizaron con el petróleo, este era la solución a todos nuestros problemas y con el petróleo no se necesitaba de nada más para darle a la patria prosperidad y paz durante mucho tiempo. Todos se confiaron, hasta el mencionado ex presidente y el resultado es una riqueza que no se ha aprovechado como debería y que solo favorece a las mismas personas desde hace mas de 40 años. Es una riqueza que no se ha usado para crecer en educación o salud y que genera aún más estancamiento. Comenta la autora que el día que el petróleo se nos termine, no sabremos que hacer. México no sabrá que ofrecer al mercado internacional.

México sigue sufriendo los estragos de una sociedad que no esta bien educada y que no tiene para cuando cambiar ese detalle. Los gobiernos creen que la solución a los problemas educativos es generar más escuelas, cuando lo que en realidad necesitamos en un sistema educativo capaz de crear un pensamiento libre y emprendedor en los niños y jóvenes que solo escuchan que “podría ser peor”. México aún es un país que piensa como tercermundista, digan lo que digan. Seguimos teniendo altos índices de racismo, discriminación y odio hacia las personas con capacidades diferentes, los indígenas, los extranjeros, los homosexuales, las mujeres y, aunque el libro no lo menciona, creo yo que es importante destacar el odio que inclusive se desprende entre los mismos mexicanos. El mandato de Benito Juárez no nos convierte en un país civilizado.

Vivimos gobernados por un PRI que mantiene las mismas

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