ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

El país de uno, análisis de la lectura

Luú HnjInforme13 de Noviembre de 2015

4.730 Palabras (19 Páginas)239 Visitas

Página 1 de 19

El país de uno

Capitulo I

Iniciando el libro Denise menciona como es que no sabemos describir el amor por México, pues estamos terriblemente invadidos por el pesimismo, encerrados en lo que pudo ser pero no fue, pues pensamos estar atrapados ante una realidad inamovible, en donde la corrupción no puede ser combatida, los politos no pueden ser propositivos, la sociedad no puede ser movilizada, la población no puede ser educada, donde los buenos siempre perecen. Y ante esto que está sucediendo es mejor callar, es mejor ignorar, es mejor huir a otro lugar, salir corriendo de México.

Es el tiempo de nublados de muertos y heridos, de ciudadanos que están cuidando el poder y de partidos que abusan de él, donde estamos rodeados de sabotajes. Estamos en un México ambivalente donde nos encontramos con la tristeza de unos y la precaria tranquilidad de otros, entre la confusión y la certidumbre de unos cuentos. Podría decir yo que estamos en un país de doble moral, ya que mientras fingimos preocupación por lo que pasa en nuestro país nos dedicamos al mismo tiempo a ignorarlo a decir que la pobreza no existe, que las injusticias para las clases bajas no existen y que si ellos no progresan es porque no quieren hacerlo, ignoramos realmente la necesidad de las personas que habitan México.

Es necesario empezar a ver a México como realmente es, quitarnos esos lentes que hacen que veamos nublado, hay que despertar ante lo que está pasando a nuestro alrededor, un mundo lleno de injusticia social, de desigualdad, de indiferencia ante el sufrimiento del otro, para poder empezar con una transformación desde sus raíces, desde sus ciudadanos. Basta ya de ir de acuerdo en acuerdo para solucionar las cosas necesitamos encarar los problemas como sociedad, estar consciente de lo que pasa para poder encararla y poder realmente llegar a un equilibrio.

México se dice ser democrático, pero realmente no ha aprendido a adaptarse a la democracia, donde siguen existiendo corrupciones, hay desigualdad y mucha deshonestidad ante las decisiones políticas. En donde utilizan dicha democracia pero a favor de ellos, y así también para obstruir al cambio, se dice que cada quien es libre de votar por quien quiera pero detrás de esos hay sobornos, hay corrupción electoral. México dice que apoyar y conservar sus tradiciones pero que pasa con los indígenas de las sierras donde cada vez más los obligan a dejar de lado sus tradiciones obligándolos a ser parte también ya de este mundo globalizado, en el cual dicen ayudarles con instancias médicas en las cuales la mayoría de las medicinas ya son caducas, y el servicio que residen es realmente precario, es contradictorio hacen que ellos olviden sus costumbres, como los curanderos los hacen a un lado ¿para qué? Para que llegue un servicio médico decadente que dice ayudarlos cuando lo mejor sería que ellos siguieran acudiendo a un curandero, el cual es parte de sus costumbres, ya que realmente la atención que les dan es una atención a medias.

Es como podemos darnos cuenta que vivimos en un País a medias, donde dan “oportunidades” pero a la mitad, decadentes, faltas de progreso, carentes de calidad y de oportunidad, por ejemplo dicen dar educación a los indígenas, en la cual dicha educación es incompatible con su estilo de vida, van allá y les dan libros de texto de primaria en donde les mencionan sobre otro contexto totalmente diferente al de ellos, les hablan de centros comerciales, de cosas de las cuales son ajenos, intentando cambiar toda su forma de vida, sus costumbres.

Hay un uso arbitrario del poder y la impunidad con la que todavía se ejerce, realmente el poder está  cada vez menos centralizado, pero eso realmente no nos da nada nuevo pues se ejerce de manera cada vez más desastrosa.  El país cada vez quiere recaudar más pero sin dar explicación alguna de para qué son esos fondos, todos posicionándose para luchar políticamente sin mirar a la ciudadanía, quien es la que paga el precio final de esa lucha política interminable.

Por lo que podemos decir que en esencia se trata de cambiar cómo funciona la política y cómo funciona la sociedad, lo que requiere de construir ciudadanos capaces de escribir cartas y con el valor de retar a las elites y fundar organizaciones  independientes, fomentar normas cívicas, pagar impuestos y cabildear en  nombre del interés público. Necesitamos ser ciudadanos activos y   tener la preocupación de lo que sucede en nuestro país, en nuestro alrededor, con los nuestros, empezar a contagiar a los demás de nuestras ganas de cambiar a México, de mejorar a México.

En México muchos viven con la mano extendida, en espera de la generosidad del Estado, en donde se han creado personas acostumbradas a recibir en lugar de hacer, en lugar de participar, resignados a conformarse con lo poco que el gobierno les avienta a sus manos vacías. Estas personas se han transformado en tazas, en recipientes en espera de que algo las caiga pera llenar su hueco, en donde solo esperan en lugar de exigir algo que les corresponde. Por qué el país no crece lo que debería, no logra avanzar lo suficiente, el tiempo transcurre y los pobres no dejan de ser pobres, estamos atrapados en la clase social en la que nacimos, pues difícilmente se puede lograr saltar de una clase a otra, es como si esto fuera genética y la pobreza se hereda de generación en generación y muy difícilmente se puede cambiar.

Somos un país estancado, un país atorado, un país que no se preocupa por educar a su población, un país con petróleo pero sin ciudadanos activos y participativos. Un país lleno de empleados, de obreros, en lugar de buscar crear emprendedores. Dañado ya por las riquezas que explota pero que comporte con la mayoría de su gente. Años dejando ser y dejando pasar. Años de más de lo mismo ante la realidad que demanda mucho más, que demanda ser cambiada, ser mejorada. Postergando las decisiones difíciles y las reformas dolorosas, posponiendo la modernización por los intereses que afectaría, e ignorando por completo lo que la globalización conlleva: una población educada, un capitalismo dinámico que genere riquezas y al mismo tiempo tenga los incentivos para distribuirá mejor, una economía competitiva, una mano de obra más productiva.

Pero a México le da medio tener personas educadas, le da miedo que le arrebaten el poder económico, le da miedo que las personas piensen, que la personas empiecen a despertar y empiecen a actuar ante las injusticias. Ralamente es hora de despertar, ya basta de dejar gobernar a unos y otros, sin reformar a fondo, gobernar sin modernizar la velocidad que la globalización requiere y que los mexicanos necesitamos.  Políticos dejando de hacer y dejando de empujar una reforma hacendaria impostergable, una reforma energética que; México ve con ambivalencia pero difícilmente puede eludir.

Claro este parece ser que es más fácil dejar todo como esta, seguir como siempre se ha seguido, sin mover un solo dedo y seguir esperanzados a que algo bueno caiga dentro de nuestra taza, esperar a que alguien más se decida hacer algo, culpar a los demás por que como está el país, seguir lamentándonos pro la falta de oportunidades, porque no hay trabajo. Como bien menciona Luis Rubio el problema de México no es técnico, sino que el problema es que muchos saben qué hacer para mejorar la economía y la política pero pocos están dispuestos  a hacerlo. No se trata de hacer presente al gobierno sino de insistir en que actué de otra forma.

Todos hemos empezado a sentir que lago este mal, que algo no funciona como debería de hacerlo; tiene que ver con una cuestión profunda, histórica y cultural, más que nada se ve reflejado en como el país hace a sus recursos por encima de su gente, de sus pobladores. Un ejemplo es la extracción de petróleo sobre la inversión en las personas y las consecuencias que ese modelo genera, en el cual es la población pobre y poco educada que produce, creando una población poco participativa, generación tras generación. Podemos decir que le petróleo es la maldición entrañada para obtener unos cuantos ingresos, ¿pero acosta de qué?, de explotación tanto de personas como del medio ambiente en el cual vivimos y habitan miles de especies, a costa de una contaminación que daña a todos, a costa de la destrucción de sus propios pobladores. Y todo porque es mejor seguir cómodos que exigir un cambio, es mejor no mover un dedo y esperar que alguien más lo haga.

Porque el sistema educativo no está pensado para garantizar la movilidad social. En México, nacer en la pobreza significa  morir en ella. Y podemos decir que eso debe a nuestros carentes resultados educativos. Se debe a nuestra apuesta histórica a la plata, al oro, al cobre, al petróleo, al gas, a las playas, a los bosques. Realmente están más interesados en invertir en los recursos naturales y a la población mal pagada que los procesa, en lugar de buscar invertir la educación, en jóvenes emprendedores. Inclinándose más la extracción de materias primas y a la mano de obra barata. Por lo tanto provoca un país de hombres ricos y empleados pobres; de líderes sindicales privilegiados y miles de maestros mal pagados. Lo que no hemos logrado entender aún es que la única apuesta que verdaderamente cuenta es la apuesta a la gente, al capital humano, a aquello que es genuinamente renovable y multiplicador, que es lo que realmente vale la pena y que es lo que verdaderamente ayuda al cambio, lo que va hacer que México progrese.

Realmente está forma de llevar a México está haciendo crecer a un país mediocre, permanente porque de cada 100 estudiantes que ingresan a la primaria, sólo 68 completan la educación básica y sólo 35 terminan la secundaria. Increíblemente  sólo 8.5 por ciento de la población cuenta con una licenciatura, y aún más sorprendente sólo 3 por ciento de la población indígena completa al menos un año de universidad. Sólo una de cada cinco mujeres indígenas entre la edad de 15 y 24 años sigue estudiando. La educación pública en México es un desastre es una falsa ayuda que el gobernó brinda día con día a sus ciudadanos, lo que provoca que sigan existiendo solo unos cuantos con el poder casi mayoritario de México mientras que otros luchan en la miseria con las falsas oportunidades que les brinda su querido país México, el cual solo enmascara los benéficos que brinda, dice dar un servicio de salud, al que todos debemos tener derecho, pero este es decadente, dice dar educación gratuita, porque todos tenemos el derecho a ella, pero aun así la educación que da se queda muy precaria y aun así debemos dar gracias a México, al gobernó, los políticos que se bañan en miles y millones de pesos, de que los niños pobres sepan leer y escribir, lo básico porque eso es lo único que enseñan y a medias en las escuelas públicas, y así esperan que estas personas salgan a delante, se superen y cambien a México, cuando a lo mucho que pueden hacer es logar seguir vivos después de la primaria, después empezar a trabajar quizás en la calle, lavando coches, siendo obreros, o peor a un caer en la prostitución y después en las drogas. Y después de  todo esto ver como las personas en sus coches del años pasan y ven a estas personas pidiendo una moneda y escucharlas decir “mejor que trabajen , que hagan algo productivo de su vida”, pero como hacer lo cuándo México ha sido tan injusto con ellos.

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (27 Kb) pdf (111 Kb) docx (21 Kb)
Leer 18 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com