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El sujeto moderno en "El caballero inexistente"


Enviado por   •  23 de Marzo de 2022  •  Ensayos  •  1.743 Palabras (7 Páginas)  •  186 Visitas

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El estudio del sujeto moderno en El caballero inexistente de Italo Calvino

El caballero inexistente, de Italo Calvinon y publicado por primera vez en 1959, hace una crítica al sujeto moderno a partir del individuo medieval,  aspecto que se concentra en la figura del caballero Agilulfo, quien es también el protagonista de la historia. Esta obra, ambientada en la Edad Media, posee un carácter satírico dentro de su contexto y sus personajes (principalmente el caballero inexistente); esto se debe a que a lo largo de la narración se realiza un análisis del sujeto moderno a partir de sus raíces históricas en la época medieval, pero el narrador siempre utiliza un tono burlesco. Es fundamental analizar al sujeto moderno en el contexto medieval, puesto que la novela explora una construcción ontológica del ser que, en cierta medida, puede servir como una herramienta de autocrítica sobre nuestro verdadero significado de vida (que aparentemente es inalcanzable) en la sociedad de hoy. Calvino propone esta idea, mientras que es el lector quien debe de cuestionarse el significado del sujeto moderno. Si el hombre medieval seguía esquemas al igual que el individuo actual, entonces sólo han cambiado los medios, y es eso exactamente lo que busca transmitir Calvino. Es importante entender el porqué del estudio de los niveles de existencia en la modernidad, presentado por Calvino, y sobre todo, cómo se desarrolla dentro de un contexto antiguo; por esta razón es fundamental tomar dicha temática como una base analítica para así poder comprender la novela.        

La historia, que es narrada por el personaje Sor Teodora, posee una especie de máscara figurativa debido a que, tal y como mencioné, es el sujeto moderno quien es representado en la historia. Sor Teodora está condenada a escribir la obra dejando de ser sí misma, es su penitencia, tal y como el sujeto moderno está condenado a carecer de identidad. “¿Qué puede saber del mundo una pobre monja? Así pues, continúo trabajosamente esta historia que he empezado a narrar como penitencia[1]”. De tal manera, se podría pensar que Calvino escribió El caballero inexistente con dicha redacción por medio de Sor Teodora para así poder describir el contexto moderno.  Calvino siempre pretendió hacer una crítica a la verdadera naturaleza humana y mostrar a un nivel satírico[2] las características del hombre moderno y la medida en la que este no ha cambiado con el tiempo. En este ensayo analizaré al sujeto moderno, para ello se explicarán y estudiarán dos principales aspectos de la novela de caballería. Primeramente, el contexto moderno que hay en la obra y la medida en la que éste habla de la sociedad, así como de sus características por medio de la reconstrucción medieval (que no es histórica realmente). Asimismo, se escrutará en el  concepto del sujeto moderno que de manera indirecta es mostrado y explicado por Calvino; mediante  la construcción de algunos de los principales personajes (no sólo  Agilufo, sino también en Rambaldo, Bradamante y Gurdulú). Por tal motivo, analizaré cada uno de estos personajes.

        El concepto del caballero inexistente es de amplia  complejidad y su estudio va más allá de un individuo que aparente y simplemente no existe. La descripción de este personaje puede llegar a ser un tanto absurda y por ende satírica. Esto se debe principalmente a que Agilulfo es todo lo contrario a lo que aparenta, ya que hay todo un trasfondo social detrás  lo que representa, y es por ello que carece de cuerpo y forma física (que representa la ausencia de su identidad): “Agilulfo pareció vacilar un momento, y después, con mano firme pero lenta, levantó la celada. El yelmo estaba vacío. Dentro de la armadura blanca de iridiscente cimera no había nadie”.[3] Él refleja lo ideal y la búsqueda de la felicidad;  en la sociedad moderna, el individuo presenta una constante necesidad por quedar bien con el prójimo, esto es precisamente lo que acontece con Agilulfo.

La figura del hombre medieval, al igual que el sujeto en la actualidad, busca también una felicidad inexistente y disfrazada de manera necesaria. El sujeto moderno está en un constante proceso de lucha y contradicción. Como señala Marshall Berman: “Necesita de la historia porque es el armario en que se guardan todos los trajes. Advierte que ninguno le va completamente bien, ni el primitivo, ni el clásico, ni el medieval, ni el oriental; sigue probándose unos y otros, incapaz de aceptar el hecho de que un hombre moderno nunca puede verse verdaderamente bien vestido, porque no hay ningún rol social en los tiempos modernos que se pueda calzar perfectamente”.[4] El caballero es realmente una persona falsa, puesto que demuestra siempre cumplir con las expectativas que se le imponen (ya sean modernas o medievales), tiene siempre una presión encima y la armadura cubre realmente su personalidad nata (que está vacía). Analizar este trasfondo puede hacer que lleguemos a una conclusión sínica con relación al mensaje de la novela. El caballero entrega su fuerza de voluntad al reino medieval al que pertenece, pero realmente sólo está cumpliendo con las normas que se le imponen sin darse cuenta de ello. El sujeto moderno cumple con los esquemas sociales a veces de forma involuntaria; aunque en sí el texto no exponga esto explícitamente; cumple con una función alegórica que simboliza algo que va más allá de la lectura como lo es el individuo de hoy. Por su parte, el hombre medieval seguía estandartes como el honor y la valentía.

Realmente, ¿quién es el sujeto moderno?, es un individuo que carece de identidad real como Agilulfo. La apariencia en la sociedad de hoy se basa únicamente en una crítica de lo exterior y carece de ideas reales, cuando las personas sólo siguen esquemas construidos por la sociedad misma. El sujeto moderno entrega su voluntad, por lo que le será imposible encontrar su verdadera identidad. Claro está que Calvino realiza una constante crítica a los estigmas sociales; esto se puede notar en la reconstrucción que realiza de la Orden del Santo Grial. Los caballeros del Santo Grial dejan su verdadera voluntad para así formar parte de una “unión con el todo”, que puede ser interpretada como una unión con la sociedad y lo que ésta impone; el problema radica en que este es el punto en el que el sujeto moderno pierde por completo su individualidad y, por ende, un sentido en su vida. La religión, en este caso particular, es tan sólo un ejemplo de ello. “- ¡No quiera escrutar los designios del Grial, novicio!- le amonestó el anciano-. No somos nosotros los que hacemos esto: ¡Es el Grial que está en nosotros lo que nos mueve! ¡Abandónate a su furioso amor!”.[5]

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