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Ensayo 80 Dias


Enviado por   •  22 de Marzo de 2015  •  2.967 Palabras (12 Páginas)  •  208 Visitas

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La Vuelta al Mundo en 80 días La historia comienza describiendo al personaje principal de esta obra, Phileas Fogg, personaje enigmático y del cual sólo se sabía que era un hombre muy galante y de los más cumplidos gentleman de la alta sociedad inglesa. Phileas Fogg exigía de su único criado una regularidad y una puntualidad extraordinarias. Un día común, Phileas Fogg había despedido a James Foster, su criado, por el enorme delito de haberle llevado el agua para afeitarse a 84 grados Fahrenheit en vez de 85, y esperaba a su sucesor, que debía presentarse entre once y once y media de la mañana. Phileas Fogg era la exactitud personificada, era de aquellas personas matemáticamente exactas que nunca precipitadas y siempre dispuestas, economizan sus pasos y sus movimientos. Atajando siempre, nunca daba un paso de más. No perdía una mirada dirigiéndola al techo. No se permitía ningún gesto superfluo. Jamás se le vio ni conmovido ni alterado. Era el hombre menos apresurado del mundo, pero siempre llegaba a tiempo, sabía que en la vida hay que dedicar mucho al rozamiento. Fogg, es una de esas personas poco conocida, en cuanto al guardarropa del señor, estaba perfectamente arreglado y maravillosamente comprendido. Cada pantalón, levita o chaleco tenía su número de orden, reproducido en un libro de entrada y salida, que indicaba la fecha en que, según la estación, cada prenda debía ser llevada; reglamentación que se hacía extensiva al calzado. En las empresas encontramos gerentes con muchas cualidades, sin embargo, encontrar personas con el perfil de Philias Fogg es muy complicado, ser estrictamente exactos quizá en nuestra cultura no encaja, tener las cualidades de Fogg quizá sean las características que necesiten nuestros lideres para que cumplan sus objetivos y que se comprometan con los retos que demandan las empresas actuales, porque cuando de retos se trataba Fogg era el primero en asumirlos, visitaba un club distinguido, estando en un juego de whist con sus compañeros Decidieron apostar: Phileas Fogg dijo: Apuesto veinte mil libras contra quien quiera a que yo doy la vuelta al mundo en ochenta días ¿Aceptáis? Aceptamos -respondieron los señores Stuart, Falletín, Sullivan, Fianagan y Ralph después de haberse puesto de acuerdo. Señores, me voy; y como he de visar mi pasaporte en diferentes puntos, eso os servirá para comprobar mi itinerario. Regresando dentro de ochenta días, el sábado 21 de diciembre de 1872 a las ocho y cuarenta y cinco minutos de la noche. Hasta la vista, señores. Phileas Fogg, al dejar Londres, no sospechaba, sin duda, el ruido grande que su partida iba a provocar. La noticia de la apuesta se extendió primero en el Reform-Club y produjo una verdadera emoción entre los miembros de aquel respetable círculo. Luego, del club la emoción pasó a los periódicos por la vía de los reporteros, y de los periódicos al público de Londres y de todo el Reino Unido. Esta cuestión de la vuelta al mundo se comentó, se discutió, se examinó con la misma pasión y el mismo ardor que si se hubiese tratado de otro negocio. Unos se hicieron partidarios de Phileas Fogg; otros ---que pronto formaron una considerable mayoría- se pronunciaron en contra de él. Realizar esta vuelta al mundo de otra suerte que en teoría o sobre el papel, en este minimum de tiempo, con los actuales medios de comunicación, era no solamente imposible: era insensato. El "Times", el "Standard", el "Evening-Star', el "Morning-Chronicle" y veinte periódicos más de los de mayor circulación se declararon contra el señor Fogg. Únicamente el "Daily-Telegraph" lo defendió hasta cierto punto. Phileas Fogg fue tratado como maniático y loco, y a sus colegas del Reform-Club se les criticó por haber aceptado esta apuesta, que acusaba debilidad en las facultades mentales de su autor. Para que pudiese tener éxito el proyecto, era necesario admitir una concordancia maravillosa en las horas de llegada y de salida, concordancia que no existía ni podía existir. En Europa, donde las distancias son relativamente cortas, se puede en rigor contar con que los trenes llegarán a hora fija; pero cuando tardan tres días en atravesar la India y siete en cruzar los Estados Unidos, ¿podían fundarse sobre su exactitud los elementos de semejante problema? ¿Y los contratiempos de máquinas, los descarrilamientos, los choques, los temporales, la acumulación de nieves? ¿No parecía presentarse todo contra Phileas Fogg? Y bastaba con un solo retraso, con uno solo, para que la cadena de las comunicaciones sufriese una ruptura irreparable. Si Phileas Fogg faltaba, aunque tan sólo fuese por algunas horas a la salida de algún vapor, se vería obligado a esperar el siguiente, y por este solo motivo su viaje se vería irrevocablemente comprometido. Sin miedo a nada Fogg había aceptado llevar a cabo aquel gran reto sin que nadie pudiera convencerlo de abandonar su objetivo y sobre todo su palabra. El estaba consiente que iban a ver obstáculos en su camino. Todo líder de empresas debe estar consiente de que se van a presentar inconvenientes en su camino. Todo gerente debe considerarse capaz de resolver los problemas presentes en el camino hacia sus objetivos sin importar que grande sea este problema, Fogg se enfrentó a aquellos problemas hasta un momento, difíciles de imaginar como el siguiente: El honorable gentleman desapareció para dejar sitio al ladrón de billetes de banco. A Fogg se le había acreditado el robo de un banco de Londres, su fotografía, depositada en el Reform-Club con las de sus colegas, fue examinada. Reproducía rasgo por rasgo al hombre cuyas señas habían sido determinadas en el expediente de investigación. Todos recordaron lo que tenía de misteriosa la existencia de Phileas Fogg, su aislamiento, su partida repentina, y pareció evidente que este personaje, pretextando un viaje alrededor del mundo y apoyándose en una apuesta insensata, no tenía otro objeto que hacer perder la pista a los agentes de la policía inglesa. Hasta este momento el viaje de Fogg no había sido interrumpido por este problema más adelante se convertiría en un obstáculo para lograr sus objetivos. La planificación se hace evidente en el viaje de Philias Fogg utilizaba un libro de anotaciones, que llevaba los siguientes apuntes: "Salida de Londres, el miércoles 2 de octubre a las ocho y cuarenta y cinco minutos de la tarde. "Llegada a París, el jueves 3 de octubre a las siete y veinte de la mañana. "Llegada por Monte Cenis a Turín, el viernes 4 de octubre a las seis y treinta y cinco minutos de la mañana. "Salida de Turín el viernes a la siete y veinte minutos de la mañana. "Llegada a Brindisi el sábado 5 de octubre a las cuatro de la tarde. "Embarcado en el "Mongolia", el sábado a las cinco de la tarde. "Llegada a Suez, el miércoles 9 de octubre a las once

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