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Ensayo un mundo feliz LA VERIEDAD DEL SOMA


Enviado por   •  20 de Marzo de 2018  •  Ensayos  •  940 Palabras (4 Páginas)  •  241 Visitas

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LA VERIEDAD DEL SOMA

By: Valentina Bula Charry

SOMA… puede tomar tantos nombres diferentes, desde la ilegal cocaína hasta la muy legalmente deliciosa azúcar refinada, pasando por antidepresivos hasta llegar a la heroína y recordando el opio, pude también tomar forma de nuevas tecnologías, tendencias de moda y extravagantes estilos de vida. El mundo cambia contantemente, pero desde tiempos remotos ha tenido siempre en su vivir, sustancias que han hecho que eluda su tristeza momentánea, que lo hagan experimentar sensaciones fuera de lo real.

El afán de muchos por escapar de sus realidades los lleva a querer realizar una paralela en la cual se puedan sentir más cómodos, más felices y más excitados. Otros por en cambio notan esta necesidad de cierta parte de la población y crean y comercializan elementos y sustancias que generan completa adicción y que prometen una felicidad falsa.

Por un lado los medios  saben lo que inconscientemente queremos y hacen hasta lo imposible por que lo tengamos a la mano cada vez más fácil y rápido. Nuestras mentes son inundadas de publicidad que nos hacen creer que realmente necesitamos un nuevo automóvil, comprar más y mejor ropa, tener el ultimo teléfono móvil, al crear esta falsa necesidad, nos muestran es mucho más sencillo de lo que pensamos obtenerlo, a un solo clic, tenemos un mundo de posibilidades, desde entregas a domicilio de productos hasta servicios personalizados en casa.

Y ¿el dinero? Pues no es problema, para eso están las tarjetas de crédito, o créditos en tiendas o entidades bancarias, y no es necesario ahorrar por un largo periodo de tiempo para conseguir lo que quieres, ahora puede adquirirlo primero y después pagarlo, pero claro esta maravilla no es gratis, los intereses generados por estos servicios son muy altos y solo generan más endeudamiento, por no hablar de que la facilidad de compra nos hace adueñarnos mucho más fácilmente de cosas que realmente no necesitamos, en algunos casos de objetos que tal vez nunca usaremos.

Y ¡si! Esta oleada de nuevas adquisiciones son una especie de SOMA psicológico que le hace creer a nuestro cerebro que “entre más y mejores cosas tenemos más felices seremos”.

Pero el SOMA psicológico no para en obtener artículos y productos, también se aferra al ideal superficial de belleza física. Gastamos a lo largo de nuestra vida mucho dinero en productos que nos hacen aparentemente vernos más bellos, tratamientos faciales, corporales y capilares; maquillaje de toda clase, ropa y zapatos costosos y de última tendencia;  y los más radical y costoso, cirugías platicas, que póngame aquí, que quíteme aquí, que móldeme aquí, todo con el fin de vernos más “bellos” siendo así mas aceptados y por ende más “felices”.

Por otra parte nos vemos enfrentados a una gran ola de medicamentos y sustancias que nos persiguen, nos hacen adictos y que química y biológicamente generan en nuestros cuerpos estados de paz, tranquilidad, satisfacción, adrenalina y pasión que nos hace creer que somos “felices” consumiéndolas.

El SOMA químico puede ser en algunos casos un poco complicado de encontrar, por ejemplo las drogas ilegales o estupefacientes tales como la cocaína, heroína, mariguana, metanfetaminas, entre muchísimas más, que ponen a nuestro cuerpo en un estado de trance que nos genera placer, pero solo mientras estamos bajo los efectos de ellas, porque al caer el efecto tenemos la necesidad de pronto volver a consumirlos. Otras como las bebidas alcohólicas si bien son nocivas para el cuerpo, son perfectamente legales en casi todo el mundo, el ron, las cervezas, el wiski, tequila, vokca, brandi, coñac, etc. Que llegar a ser parte de nuestro diario vivir y son aceptadas socialmente, el alcohol inhibe nuestro cuerpo y mente, ocasionando muchas sensaciones que nos ponen a gusto, sensaciones que queremos repetir y porque cuando llega el fin de semana nada mejor que irse con unos amigos a tomar “unos traguitos” que si bien no son cuidadosamente contados pueden generarnos terribles desavenencias, incluso la muerte misma.

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